El presidente no confirmó como se realizaría, pero todo apunta a que la utilizaría para consolidar su giro bonapartista. La oposición derechista rechazo el llamado y convoco a nuevas movilizaciones.
La Izquierda Diario Venezuela @LaIzqDiario_VE
Martes 2 de mayo de 2017 16:44
El presidente Maduro anunció la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y nombró una comisión presidida por el ministro de educación, Elías Jaua, para organizar el proceso en los próximos meses. Los términos de la misma no están claros todavía. Al parecer se constituiría con una mitad de representantes nombrados por las estructuras del “Poder Comunal”, y el resto por voto, aparentemente.
Por lo pronto, el llamado generó una tensión aún mayor a la coyuntura política, signada por el enfrentamiento entre gobierno y oposición derechista, ya que parece patear el tablero de cualquier negociación posible en el corto plazo y significaría que el gobierno no va a otorgar el calendario electoral reclamado por los opositores. El gobierno trata de crear otro escenario más favorable para él y su supervivencia.
La oposición rechazó inmediatamente la iniciativa y anunció que seguiría en las calles. Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional (AN) y referente de la MUD, declaró que “Lo que terminó presentando Maduro es mucho peor que la denuncia que hicimos. El presidente ha disuelto la democracia y la República. La Constituyente es una estafa para engañar al pueblo con un mecanismo que no busca otra cosa que agravar la crisis en Venezuela".
El presidente de la AN reiteró el llamado a que las Fuerza Armada que se pronuncien, así como "a las otras instituciones, a la fiscal (Luisa Ortega), a los magistrados, a quienes tengan todavía conciencia y les duela el país, no se hundan con este golpe de Estado, es el momento de la conciencia, rebélense". La oposición reitera su llamado para que las Fuerzas Armadas den una salida a la situación, lo que pone en evidencia que tras sus llamados a que se “respete la democracia" se esconde la una alternativa militar.
En principio, la convocatoria de Maduro a una Asamblea Constituyente, aspira a recuperar la iniciativa política perdida por el chavismo y, mediante un rodeo “constituyente”, tras el fracaso en quitarle los poderes a la Asamblea Nacional, volver a insistir, ya que la actual AN quedaría definitivamente en el aire, impotente y al margen de tal proceso o sería anulada.
De poder instrumentarse, la ANC sería una ambiciosa maniobra -intentada por un gobierno muy debilitado, y por lo tanto de crisis y resultados inciertos-, para liquidar la posibilidad de elecciones regionales, la activación del referéndum revocatorio o la anticipación de elecciones presidenciales que reclama la MUD. También dejaría en el limbo la actual Asamblea Nacional hasta su liquidación en la nueva constitución, para disputar la fachada democrática que hasta ahora usufructúa la oposición, y recuperar de alguna manera el elemento plebiscitario para encubrir el bonapartismo en crisis que preside Maduro.
Hay que tener en cuenta que tal proceso se haría bajo el “estado de excepción”, el creciente despliegue represivo y militar y con el control autoritario desde el gobierno y el PSUV, con la exclusión de figuras de la oposición de derecha pero también de la izquierda, a la que se le viene negando la personería jurídica, como a MS o el PSL producto de la ley de renovación de partidos políticos, que favoreció un sistema de partidos mayoritarios. A esto se le suman las demás restricciones a las libertades de prensa, organización sindical y política que viene instrumentando el gobierno.
El gobierno ha declarado que la base del proceso se apoyaría en un intento de reanimamiento del “Poder Popular”, estructura burocrática creada por el chavismo como punto de apoyo de las políticas oficiales a nivel local.
Los Consejos Comunales fueron creados en 2006 para gestionar servicios a nivel comunitario y como célula clave del llamado “Poder Popular”. Presentados como un mecanismo de “democracia participativa”, son paralelos a los municipios actuales y constituyen un mecanismo de cooptación controlado desde el Estado por el chavismo.
Pero en los hechos el discurso oficial no pasó de una farsa, pues tales Consejos Comunales, estatizados o cooptados, nunca llegaron a ser expresión de un verdadero poder popular y en aquellos lugares que al comienzo tuvieron algún tipo de autonomía, rápidamente fueron cooptados para terminar siendo estatizados.
Junto con otras formas de representación del “Poder Popular” controladas por el chavismo que podrían designar representantes a la nueva ANC (sindicatos, “movimientos sociales”, pueblos indígenas, etc.) le asegurarían una mayoría al oficialismo.
Este “Poder Popular” y Comunal, dirigido por el aparato del PSUV y aceitado con los mecanismos de distribución de alimentos y otros bienes junto a las Misiones, además del fortalecimiento de las Milicias bolivarianas también anunciado por Maduro, apuntarían a blindar el bonapartismo y liquidar el espacio político conquistado por la derecha en la Asamblea Nacional y las gobernaciones.
Está claro que la medida no parece que sea aceptable para la oposición, que ya salió a rechazarlo, ni el imperialismo. Y hay que ver si Maduro logra unificar alrededor del mismo al propio chavismo, y le dan su respaldo las FANB.
El curso bonapartista de Maduro no tiene nada progresivo, el gobierno pretende hacer pasar la convocatoria a una ANC como una instancia democrática y de decisión popular, cuando en realidad enmascara una política para reforzar el control del partido de gobierno y las fuerzas armadas.
En este sentido el gobierno mantiene la restricción a las libertades políticas, de organización, manifestación, prensa, etc., que deben ser firmemente rechazadas. Porque aunque golpeen a veces a una oposición de derecha reaccionaria, de tradición golpista y proimperialista, estas medidas anti democráticas afectarán a fin de cuentas a los trabajadores y el pueblo, ya que hoy posibilitan la aplicación de un programa económico que descarga la crisis sobre sus espaldas y entrega aún más el país al capital extranjero.
La medida anunciada por Maduro está lejos permiten la plena expresión de esa voluntad, a pesar de la fraseología del chavismo sobre “participación” y “protagonismo”, e incluso de “poder popular”. Pero tampoco son una salida las propuestas “republicanas” de la derecha, que para imponerlas llama a la intervención de los militares y se apoya en la injerencia imperialista, y que se prepara para aplicar un ajuste aún peor que el actual.
Es por eso que para favorecer una salida independiente a favor de los trabajadores, se plantea la necesidad de una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana que ataque el avance bonapartista y antidemocrático, que supere la forma de representación de la Asamblea Nacional (que no es proporcional y sobre representa a la primera fuerza), que elimine la injerencia de las FANB en la vida económica y civil y su intervención represiva en el orden interno. Pero fundamentalmente una Constituyente Libre y Soberana donde se discuta la resolución efectiva de todas las demandas económicas, democráticas y sociales del pueblo trabajador y que revierta las medidas de entrega de los recursos nacionales al imperialismo.
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Junto a el llamado a una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, es necesario poner en pie una pelea por un plan obrero de emergencia ante la crisis imperante que el gobierno descarga sobre los trabajadores y el pueblo, que en nuestra opinión debe ser en una perspectiva anticapitalista, antiimperialista y por un gobierno propio de los trabajadores.
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