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CINE - ESTRENO. Manifiesto de Ale Rath, un viaje onírico al encuentro de Breton y Trotsky

Se estrena Manifiesto de Alejandro Rath, protagonizada por Pompeyo Audivert e Iván Moschner. El 23 de febrero llegará a la plataforma Cine.ar y el Viernes 26 a las 22 hs podrá verse por Canal Encuentro dentro del ciclo No Ficción

Javier Gabino

Javier Gabino @JavierGabino

Martes 23 de febrero de 2021 12:20

El film propone un acercamiento lúdico y experimental al encuentro entre el líder revolucionario ruso León Trotsky y el fundador del movimiento surrealista André Breton. Conocido como “el encuentro entre el águila y el león”, el hecho sucedió en México en 1938 y es una de las cimas del deseo de unión entre arte y política revolucionaria en el Siglo XX. Supuso un esfuerzo único de dos personas para llegar a escribir una declaración que sirviera de base para un agrupamiento internacional de artistas bajo el programa de la revolución socialista.

A partir de este disparador, Manifiesto nos propone un juego: Iván Moschner (Bretón) y Pompeyo Audivert (Trotsky), dos actores, se trasladan a una solitaria casa de un pueblo costero argentino con el evidente plan de trabajar sobre los textos de este encuentro. Ensayan sobre las transcripciones reales de las conversaciones de 1938 en lo que inicialmente les parecen frases extrañas y complejas. Pero la repetición necesaria en búsqueda del “tono” en que deberían expresarlos, progresivamente los convierte en un mantra que nos ayuda a cruzar el umbral del espacio y el tiempo.

León Trotsky le pide a André Breton que escriba el manifiesto como síntesis de sus debates, pero Bretón se siente atormentado por la presión del líder revolucionario y ya no distingue sueño de vigilia. Quizás Moschner no sabe si Bretón lo sueña. De su inconsciente brotan encuentros con una pianista, un cineasta, una poeta y una escritora en clave surrealista.

La película aborda el tema y la difícil pregunta sobre la relación entre arte y política, para traernos pistas profundas del problema y síntesis inconclusas de las posibles respuestas a las que llegaron los protagonistas, apostando al lenguaje propio del cine: la política de la forma.

Hay claramente una revalorización del método en Manifiesto . En todo. El método de trabajo entre Trotsky y Breton. El método de ensayo entre Pompeyo y Moschner. El método de escritura al que se siente “sometido” el líder surrealista. Pero esta forma que adquiere la película también expresa un método de trabajo en ella, que los autores presentan en los títulos finales donde la autoría se desenvuelve colectiva. Lo interesante es que ese dispositivo de trabajo se percibe pero no se ve, no cae en la opción burda de mostrarse realmente, se lo desecha con la importancia que tiene un andamiaje de albañiles para dejar a la vista una construcción que busca en la belleza la respuesta a sus preguntas.

Crédito Viviana De Rosa

En busca de la pulsión surrealista, también en Manifiesto surge el collage y el juego, evidente en las historias de otros artistas como Cesar González, María Negro y Cabezón Cámara, donde aportan fragmentos de ellos mismos y su obra, como también de la música de Adriana de los Santos. Mientras la dimensión del "juego" y de la diversión corre con la historia de los perros que ya podrá ver el espectador.

Método, juego, collage, diversión, son palabras mayores para intentar cualquier obra y Manifiesto nos lleva a caminar por ese laberinto.

Arte, política, revolución, son palabras mayores también, raras para un cine “actual” que se cree liberado, para el que “nada es tabú”, excepto la lucha de clases y soñar con hacer saltar por los aires el capitalismo.

Quizás este último aspecto sea también uno de los aires más frescos que nos trae Manifiesto . Conecta dos “momentos de peligro”: los años previos a la Segunda Guerra Mundial, la medianoche del siglo XX, con nuestro presente de capitalismo decadente, peste, cambio climático y desigualdad brutal que se conjura con amenazas reaccionarias.

En todas las capas que tiene la película hay una que me permito rescatar por tocar una fibra íntima. Para todos aquellos que pretendemos unir arte y política revolucionaria de manera consciente, y “sufrimos” de la contradicción profunda que esta práctica olvidada trae. Nos recuerda que vamos bien cuando explotamos la enorme capacidad productiva del juego polar entre racionalidad e irracionalidad, locura y cordura, sueño y vigilia.

Si todo el arte es también una forma de conocimiento de la realidad y de la historia por medios sensibles, y si también puede considerarse una forma de hacernos despertar atravesando los sueños, hoy conocemos un poco más de nuestra propia herramienta de lucha.

Trailer:

Ficha técnica:

Escrita y dirigida por Alejandro Rath / Compañías productoras Protón Cine, Zebra Films y Puente filmsy / Con el apoyo de INCAA / Producción Mariana Luconi, Juan Martín Hsu, Ana Remón y Alejandro Rath / Producción Ejecutiva Mariana Luconi / Cámara y Fotografía Baltasar Torcasso / Directora de arte Angeles García Frinchaboy / Vestuarista Manuela Maglio / Director de sonido Nicolás Torchinsky / Supervisora de Edición de Sonido Sofía Straface (ASA) / Mezclador de sonido Nahuel Palenque (ASA) /Montaje Ana Remón y José Goyeneche / Elenco: Pompeyo Audivert, Iván Moschner, César González, Gabriela Cabezón Cámara, María Negro y Adriana de los Santos.

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Javier Gabino

Nació en Santa Rosa, La Pampa, en 1972. Grupo de Cine Contraimagen. Codirector, guionista y montajista de La internacional del fin del mundo (2019), la serie Marx ha vuelto (2014), Memoria para reincidentes (2012) y diversos materiales audiovisuales sobre revoluciones y luchas obreras.

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