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Red Internacional
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Debates. Manifiesto del PT y el PSOL de Brasil: ¿quieren que asuma la presidencia el militar golpista Mourão?

El llamado a un "Frente Amplio" de los opositores a Bolsonaro, sin distinción, culmina en un manifiesto que detrás de la demanda de "renuncia" del presidente, llevaría a que los militares se hagan del poder.

Viernes 3 de abril de 2020 11:17

Queda demostrado para qué sirve el denominado "Frente Amplio" opositor a Bolsonaro: el conglomerado sin ninguna distinción lanzó un manifiesto que detrás de la demanda de "renuncia" del presidente, en la práctica es un llamado que los militares tomen de una vez por todas para sí la presidencia y la dirección del país, con nada menos que por el vicepresidente Hamilton Mourão, que elogió el golpe militar de 64, a la cabeza.

El manifiesto fue firmado por los ex candidatos presidenciales Fernando Haddad del PT, Ciro Gomes del PDT y Guilherme Boulos por el PSOL, junto a figuras de otros partidos como el PCdoB, entre otros.

El manifiesto exige la renuncia de Bolsonaro, que en la práctica es un llamado a que termine asumiendo el vicepresidente, el exgeneral Mourão, y por esa vía consolidar el autoritarismo militar (bonapartismo) en el país. Pero además presenta "puntos de programa" que serían para ser aplicados por un gobierno militar absolutamente reaccionario. Es una política que propone un país liderado por los militares golpistas y crea ilusiones en que estos podrían adoptar (mejor que Bolsonaro) medidas "progresivas". Este camino, que debería ser absolutamente rechazado por la izquierda, es vergonzosamente respaldado por Guilherme Boulos, figuras importantes de PSOL y por el propio PCB.

Se trata del abandono incluso de las banderas democráticas más elementales, sin mencionar la independencia política de los trabajadores, que es un principio muy necesario pero que estos partidos nunca han apreciado.

Un manifiesto que lleva el sentimiento de las masas por el "Fora Bolsonaro" por el peor camino posible

La insatisfacción contra Bolsonaro creció entre las masas en medio de la actual crisis por el coronavirus y el estado de la salud. La ira de las grandes masas que acuden con sus cacerolas a las ventanas para pedir "Fuera Bolsonaro" es legítima y correcta, ante lo absurdo que son las políticas del Gobierno para enfrentar la crisis. Es un odio contra un gobierno que menosprecia las vidas humanas.

Este sentimiento es extremadamente progresivo y es una de las bases para dar una solución progresiva a la enorme crisis que está ocurriendo en Brasil, que es sanitaria, económica, política y social y está incubando una revuelta popular, como Bolsonaro y varios analistas ya predicen, en pánico.

Este manifiesto muestra que si este sentimiento se canaliza detrás de algunos líderes y del "Frente Amplio" en formación, llevará a las masas al abismo, a un país gobernado directamente por los militares.

Ni siquiera se trata de denunciar que están haciendo un frente que rompe con cualquier perspectiva de independencia política, uniéndose con los partidos burgueses. No podemos considerar este "frente" ni siquiera como "democrático", porque no se puede hablar de "democracia" y al mismo tiempo defender un posible gobierno de Mourão y los militares. Por parte de los "nacionalistas" burgueses como Ciro Gomes, de los partidos de conciliación con los empresarios como el PT y el PCdoB, no sorprende, aunque no es menos repudiable. Los mismos que denunciaron el golpe institucional en Brasil, algunos que denunciaron que Mourão era un "burro de carga", ahora lo llaman para dirigir el país.

Pero lo peor es la adhesión de sectores de la izquierda como el PSOL y PCB. La política propuesta en el manifiesto ¡es una "solicitud de renuncia" de Jair Bolsonaro! ¿Podemos llamar a esto "oposición"?

La propuesta política concreta de este manifiesto resultaría en la presidencia del exgeneral Mourão y un enorme fortalecimiento de las Fuerzas Armadas en el país, que vienen desempeñando un papel de "mediadores" en los conflictos entre Bolsonaro y el Congreso. Una defensa de la "unidad" con actores reaccionarios de la institucionalidad burguesa como respuesta al bolsonarismo. Una política que señala como salida al vicepresidente, que el martes pasado tuvo la audacia de defender abiertamente la sangrienta dictadura militar brasileña y sus violaciones a los derechos humanos, en medio de la crisis que vive el país.

El manifiesto dice que “Frente a un gobierno que apuesta de manera irresponsable al caos social, económico y político, es deber del Congreso Nacional legislar en la emergencia, proteger a la gente y al país de la pandemia. Es deber de los gobernadores y alcaldes velar por la salud pública, actuando de manera coordinada, como muchos lo han hecho de manera encomiable. También es deber del Ministerio Público y del Poder Judicial detener rápidamente las iniciativas criminales de un Ejecutivo que viole las garantías constitucionales a la vida humana. Es deber de todos actuar con responsabilidad y patriotismo".

Colocan deliberadamente todas las fuerzas para luchar contra Bolsonaro en manos del Congreso, el mismo que viene votando las reformas neoliberales, en el Poder Judicial, actor central en el golpe institucional de 2016 que allanó el camino para la llegada al poder de Bolsonaro y para aplicar las reformas.

Hasta el mismo Lula, en un video reciente, confía en el Congreso para "enfrentar" a Bolsonaro. Este Congreso, que es parte de lo más reaccionario y representa los intereses de los principales capitalistas del país. Además en una publicación de Twitter aseguró que "tenemos que reconocer que los gobernadores y alcaldes están haciendo el trabajo más serio en esta crisis", reivindicando el desempeño de nada menos que el derechista João Doria en San Pablo. Es detrás de esta gente que el PT y la izquierda están intentando canalizar la creciente bronca contra el bolsonarismo.

El manifiesto además da por buenas las acciones de los gobernadores que implementan una política que está lejos de contener mínimamente las muertes y el impacto de la crisis económica y de salud que se está desarrollando, sin garantizar en los estados pruebas masivas, camas y equipos básicos para los trabajadores que continúan con sus labores, sin contratación de profesionales, sin ofrecer una garantía contra los despidos, sin ofrecer una garantía de salarios, poniendo en riesgo la salud y la vida de millones de trabajadores y familias.

¿Adónde va la izquierda que se dice "socialista"?

El programa político del manifiesto firmado por dirigentes del PSOL y el PCB no presenta una alternativa que no sea fortalecer a los actores de este reaccionario régimen. Bolsonaro no es el único que tiene como objetivo hacer que los trabajadores y los pobres paguen esta crisis. De "mal menor" en "mal menor", estamos llegando al borde del abismo.

La búsqueda de acuerdos con estos partidos de "oposición" a Bolsonaro, en lugar de buscar construir una perspectiva de unidad de los trabajadores, es algo en lo que la mayoría del PSOL viene insistiendo hace mucho tiempo.

Este no puede ser el camino que la izquierda propone a los trabajadores, los jóvenes que arriesgan sus vidas en trabajos precarios y la población pobre. Este camino señala a los sectores dispuestos, antes y ahora, a salvar a los mercados en lugar de salvar vidas.

Para construir una verdadera alternativa hay que decir “Fuera Bolsonaro, los militares y los golpistas". La pelea por una respuesta independiente a la crisis debe enfrentar estos sectores con un programa que satisfaga las demandas de la clase trabajadora frente a la crisis de salud y la crisis económica.