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Red Internacional
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Educación. Marcianeke o el Estado ¿Quién es responsable de la violencia escolar?

Esta semana, el diputado Lagomarcino señaló a Marcianeke y otros ídolos como responsables de la violencia escolar, pero ¿qué pasa con las condiciones estructurales de desigualdad, competencia, e individualismo en donde el más fuerte aplasta al más débil?

Sábado 9 de abril de 2022

El retorno presencial alentó altas expectativas, sobre todo en materia de “espacios de socialización”, que producto de la pandemia estuvieron, en gran medida, coartados. Sin embargo, las escuelas no estaban preparadas para enfrentar la presencialidad, las múltiples denuncias por violencia escolar, las condiciones de infraestructura y recientemente el intento de suicidio de un estudiante dan cuenta de esto.

¿Es algo nuevo?

Claramente, no. Violencia escolar ha existido siempre, pero ahora contamos con más herramientas para identificarlas. Profesores o estudiantes agredidos por otros profesores, otros estudiantes, directivos o apoderados han sido noticia en contextos previos a la pandemia. A la fecha, esto no ha logrado detenerse y hoy se profundiza.

Por otro lado, dos años de pandemia evidentemente dejan una huella, como un episodio traumático en donde muchas familias vivieron problemas de hacinamiento, cesantía y también violencia. La salud mental se vio notablemente afectada, según unicef, aumentó la ansiedad, la depresión y frustración, además del aumento de la demanda hacia adultos.

Es importante un proceso de adaptación al nuevo contexto, y que debe ser acompañado por una contención adecuada, necesariamente con un equipo de profesionales que puedan atender a estudiantes y trabajadores de la educación, sin embargo, nos encontramos con denuncias en donde se les ha bajado el sueldo a psicólogos escolares, que ha motivado la renuncia de estos a sus antiguos centros de trabajo.

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Esta grave falta a los ambientes de aprendizaje tiene su origen en el abandono del Estado a la educación, la cual, además, se ve aumentada por las condiciones sociales, culturales, económicas y políticas de Chile en la actualidad.

Los problemas estructurales

Antes de la pandemia, las expresiones de violencia ya eran un tema. Es de esperar que en un mundo tan desigual y violento, en donde se discrimina a pobres, negros, indígenas, mujeres, LGTBIQ+, extranjeros, etc, las escuelas serán un espacio en donde se materializa la reproducción de dichas violencias.

El abandono de la educación pública tiene consecuencias en el problema de la salud mental. Hay una necesidad urgente de contención y orientación psicológica para trabajadores de la educación, estudiantes y las familias, pero en la realidad, vivimos condiciones impresentables, existe una baja contratación de psicólogos producto de que no existe un financiamiento integral a la educación, para que existan las garantías que necesitan las escuelas para funcionar.

Por eso, la problemática de la violencia en las escuelas está ligada con la falta de financiamiento y por el abandono de la educación por parte del Estado, y son las y los trabajadores de la educación que, en conjunto con estudiantes, deben discutir sobre estas problemáticas más allá de las jornadas propuestas por el Mineduc, las cuales discuten muy superficialmente la problemática.

La violencia se ha instalado como una forma válida de relacionarnos. Se vive en la pobreza, las carencias, las condiciones laborales, en la calle, en el transporte, las poblaciones, los lugares de trabajo y las escuelas. Por esto, cuando desde la educación abordemos el problema de la violencia escolar, no se puede tapar con el dedo.

Es necesario levantar encuentros, asambleas y levantar las demandas por una educación pública de calidad, no sexista, asegurando educación sexual integral y salud mental, financiada íntegramente por el Estado. Es importante exigir dichos espacios a las direcciones del Colegio de Profesores, dirigentes comunales y sindicales de trabajadores de la educación, y orgánicas estudiantiles como los Centros de estudiantes, en donde se pueda avanzar a la discusión de estas demandas y unificarlas.