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El Círculo Rojo. Mare of Easttown y las mujeres en la pantalla

Un policial como fachada que habla de mucho más que un crimen. Columna de Cultura en El Círculo Rojo, programa de La Izquierda Diario los jueves de 22 a 24 por Radio Con Vos FM 89.9.

Celeste Murillo

Celeste Murillo @rompe_teclas

Viernes 14 de mayo de 2021 00:41

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· Hace algunas semanas, la plataforma HBO estrenó la miniserie Mare of Easttown. Easttown es un suburbio obrero en el estado de Pennsylvania, al Este de EEUU. El clima no es amigable y eso se suma al ambiente sombrío de la serie. En Easttown desapareció una chica, asesinaron a otra, y las noticias no mejoran.

· Mare Sheehan (interpretada por Kate Winslet) es la detective de la Policía de esta ciudad. Es además una mujer de duelo, su hijo se suicidó hace un tiempo, vive con su madre, su hija y su nieto. Dice en un episodio “No soy el alma de la fiesta” para resumir su estado de ánimo.

· Es una protagonista clásica del policial negro: una detective con una vida complicada, agobiada por la investigación pero también por administrar las relaciones sociales en esta ciudad obrera, atravesada por problemas profundos que tienen que ver con la desintegracion social de las comunidades, la adicción a los opiáceos (extendida en Estados Unidos) y la violencia. En ese contexto aparecen los fantasmas de los muertos que le recuerdan los fracasos, los propios y los de la pequeña comunidad en la que vive.

· Por momentos, la serie parece ser una fachada, una investigación que nos cuenta la decadencia social, según la receta básica del género negro del policial. En este Easttown de ficción vemos varios problemas de muchos lugares de Estados Unidos: la destrucción del empleo deja comunidades empobrecidas, muchos no tienen trabajo y dependen de los refugios para no pasar frío y de la ayuda estatal para no tener hambre. Toda esa información que parece tirada al azar, arma el escenario.

¿Qué ves cuando me ves?

· Algunas reseñas de la serie insisten en hablar de un tema que pasa desapercibido cuando el protagonista de la historia es un varón. Que Mare no se maquilla, que está excesivamente masculinizada o que es poco femenina. Y acá es necesaria una aclaración: a lo que se refieren es que la mujer que protagoniza la historia no se esfuerza por ser linda. Y el problema es mayor porque la actriz que compone el personaje, Kate Winslet, es alguien de quien siempre se resalta su belleza (y se recuerda que ella era la “estrella hermosa” de Titanic, en ¿contraste? con este personaje).

· En la historia, Mare es una mujer común. Su descuido, su enojo o su hastío son parte de su personaje pero no hay nada en la historia que busque resaltar que ella no es sexualmente atractiva. Incluso, algunos detalles de los primeros episodios contradicen esa idea: Mare es una mujer como cualquier otra, que trabaja, tiene una familia, a veces sale con alguien, es atractiva para diferentes personas. ¿Qué es lo que llama la atención a las miradas que señalan esto?

· El problema es que esta protagonista no tiene nada de objeto sexual, que es lo más común de las mujeres en los medios y producciones culturales, incluso cuando son detectives.

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· Mare ni siquiera es la primera de sus colegas que abandona el estereotipo sexualizado de las mujeres en las pantallas, Sarah Linden en The Killing podría entrar en esta categoría, la detective Catherine Cawood del policial inglés Happy Valley también.

· De hecho, es parte de una tendencia en crecimiento hace muchos años, el femicrime. Un subgénero donde las mujeres dejan de ser exclusivamente las víctimas y se transforman en detectives, en un paso de objeto del crimen a sujetos de la investigación.

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· No es una novedad, pero que sea materia de debate habla de que la regla sigue siendo que las mujeres sean víctimas u objetos sexuales. Es la narrativa que prefieren las producción culturales, menos ásperas y menos a contrapelo de prejuicios y estereotipos.

· Todo esto no quiere decir que no haya novelas, series y películas que busquen la forma de contar algo distinto dentro de formatos conocidos. Incluso en historias con el modelo clásico del “show de la chica muerta” (donde el centro es el asesinato de una mujer), desde la pionera Twin Peaks hasta la genial True Detective y los femicidios en el sur de Estados Unidos, tienen mucho para decir.

· Algo interesante que pasa en Mare of Easttown es que la violencia contra las mujeres jóvenes no son presentadas mediante la hipótesis de un monstruo aislado. El relato es bastante claro cuando cuenta la violencia que cruza la mayoría de las relaciones, muchas son relaciones asimétricas entre padre e hija, novio-novia, en las que los varones no son violentos por naturaleza. La violencia está en cómo se establecen las relaciones (de este lado, podemos pensar en diferentes problemas y atar o no los cabos con otros elementos del escenario).

· Y aunque nos lleve de acá para allá especulando sobre los culpables, los misterios sin resolver son responsabilidad de alguien, no hay una fuerza maligna misteriosa, incluso la propia Mare Sheehan no está conforme con el trabajo de la policía en ocasiones o de otras instituciones (otro ingrediente del policial negro, las instituciones estatales no son la encarnación del bien común y no hay una línea definitiva entre bien y mal, es todo más complicado).

· Mare of Easttown tiene final abierto pero me pareció un recordatorio de que el policial negro sigue siendo un lugar para pensar relatos y protagonistas, y sobre todo sigue siendo un género que tiene muchas cosas para decir sobre lo que pasa de este lado de la pantalla.


Celeste Murillo

Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.

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