La artista que está presentando “El Mundo Pequeño”, su cuarto álbum solista, charló con La Izquierda Diario sobre producirlo ella misma para que aflore su lado más punk y experimental.
Augusto Dorado @AugustoDorado
Viernes 17 de noviembre de 2023 10:00
Marina Fages en una escena del video de “Aguardiente” para el que convocó a sus fans obteniendo una respuesta entusiasta.
En algún rincón de Palermo, el barrio de la Ciudad de Buenos Aires por el que más circula la movida musical en estos tiempos, la artista multidisciplinaria Marina Fages (que no solamente es música sino que además es ilustradora, artista plástica y muralista) charla amablemente con diversos medios de prensa. A cada uno le dedica tiempo y mucha atención. Al momento de recibir a La Izquierda Diario creímos notar un dejo de cansancio físico y le pedimos disculpas por anticipado en caso de que incurriéramos en preguntar lo mismo que se suele preguntar ante el lanzamiento de un disco nuevo. Responde primero con una sonrisa que carga el ambiente de energía y enseguida nos tranquiliza asegurando que las entrevistas nunca se dan iguales y que para ella es un gusto conversar con cada uno. En alguna anterior con el diario Tiempo Argentino había realizado una declaración muy interesante: algo así como que su manifestación artística actual podría definirse como de sirena punk porque “la sirena hace un encantamiento, te lleva al fondo del mar y te come. Y eso es lo que me copa de cantar bien y después hacer algo gutural y decir un montón de otras cosas”, explica. Esa dualidad está muy presente en El Mundo Pequeño, su cuarto disco que –lanzado hace pocos meses- motiva el encuentro. Sin embargo en el cara a cara fundamentalmente fluye una ternura con la que establece una relación de igual a igual; es la misma Marina Fages que con alta dosis de actitud impuso respeto y logró domar a una multitud que rugía por Metallica y que terminó tributándole aplausos y aceptación.
Aunque ya hizo una presentación formal en septiembre en Niceto, antes de cerrar este prolífico 2023 Marina extiende la presentación en vivo a otros escenarios: primero será en el CC Matienzo de Juan B. Justo 2959 (Villa Crespo, CABA) este 17 de noviembre a las 20.30 hs y el mes próximo incursionará en el sur del Gran Buenos Aires cuando el 2 de diciembre se presente en el clásico reducto de Burzaco Tío Bizarro (Carlos Pellegrini 878). Serán buenas oportunidades para vibrar con los temas de uno de los mejores y más interesantes discos cosecha 2023 de la escena nacional como es El Mundo Pequeño de Marina Fages.
LID - El sonido de El Mundo Pequeño siento que es más cercano a tu faceta punk ¿Es así?
MF - Tenía ganas de explorar sonoridades fuertes y también fue algo que venía haciendo hacía mucho tiempo en vivo y quizás no terminaba de quedar plasmado en los discos. También creo que como antes había hecho coproducción de los discos, cosas como los sonidos guturales capaz terminaban quedando de lado… Este disco lo produje yo sola, entonces también fue como que me dispuse a cumplir todos los “caprichos”, a hacer las cosas que tengo ganas de que aparezcan, desde lo más experimental hasta lo más pesado… Elementos que quizás un productor capaz piensa que no son tan “escuchables”… Bueno, esta vez como que tuve ganas de que pasen, aunque tampoco es algo tan loco igual ¿no?
Vos curtiste bastante la escena hardcore punk, en el disco participan los Eterna Inocencia ¿cuáles son tus mayores influencias de ese palo?
Yo empecé a ir ese tipo de shows de hardcore punk, punk melódico, me gustaba mucho Eterna, también bandas como Shaila, iba a ver las bandas straight edge mucho más hardcore, y todo el grunge original: Nirvana a mis 13 años me rompió la cabeza… Los escuchaba y sentía “¿Qué está pasando acá?”… Pero bueno, también me influencia un montón de otras músicas, no solamente esa: me gusta también mucho el folklore, la música experimental y el electro pop… Parecieran como mundos “irreconciliables”, pero me gusta todo eso, me encanta… Para diferentes momentos, obviamente. Entiendo que quizás en el recorrido de un disco, eso también puede llegar a quedar un poco raro. Por ejemplo, en este disco no puse electro pop. Pero ¡aguante el electro pop! (risas)...
¿Y cómo fue esa experiencia de producir vos misma?
Fue un poco difícil porque tuve que aprender muchas cosas que no sabía, tuve que lidiar también con mi propia disciplina, con mis frustraciones, mentalizarme en cosas como “Tenés que ponerte a grabar hoy”. Tenía ganas también de ver qué pasaba si tenía mucho más control sobre el proceso y si exploraba mis límites, conocer hasta qué punto puedo expandir mi limitación de lo que puedo tocar o no. Fue un proceso difícil pero muy interesante, aprendí mucho y resultó algo distinto a mis otros discos. Sobre todo eso…
¿Por qué se llama El Mundo Pequeño?
Porque habla del mundo interior, de una forma positiva, como conectarte con vos misma, con tus sentimientos, con tu deseo, etcétera… Pero también el lado negativo que es eso de estar muy ensimismada / ensimismado… El enajenarte un toque del mundo exterior y no darte cuenta de lo que está pasando, no empatizar con lo que está pasando. El otro eje del disco tiene que ver mucho con la destrucción, el caos que estamos viviendo que, por un lado me destruye corazón, pero al mismo tiempo me atrae ¿no? Como que son fenómenos que observo, veo esas violencias manifestadas que no comparto pero que al mismo tiempo me digo “¿qué onda?”. Los desastres naturales, por ejemplo…
El arte de etapa del disco -que lo haces vos misma- de alguna manera expresa una especial preocupación por el tema ambiental ¿no?
Estamos en un momento bastante jodido en el que estamos pasando de calentamiento global a ebullición. Me parece muy preocupante que esto no esté casi en agenda en acá en Argentina. El panorama es muy raro, o sea, realmente no sé si es que lo están exagerando mucho o no, pero de acá 20 años el mundo va a cambiar un montón sobre todo si nadie toma medidas, realmente se va a ir toda la re mierda... Ahí está el tema este de “el mundo pequeño”: o sea, yo observo todo eso, pero realmente tampoco siento que estoy haciendo nada… Estoy haciendo canciones, en mi mundo pequeño estoy observando todo esto que pasa y estoy acá haciendo una nota...
Es que es tan abrumador que ¿Qué puede hacer uno? ¿No? Uno se siente muy chiquito... El disco juega mucho con la tensión entre lo creativo y lo destructivo ¿Qué otras preocupaciones te inspiraron para eso?
Creo que lo que me duele más y me preocupa muchísimo es la manipulación de los medios con el enojo de la gente, eso realmente me pone muy mal. Hay como una exacerbación de querer abrir mucho más esa grieta continuamente para manipular a las personas y como que nadie intenta realmente ponerse acuerdo. Una de las canciones habla de eso (“El Cielo Amanece”). Me preocupa muchísimo el nivel de violencia que se provoca desde los medios a la cual mucha gente está absolutamente permeable y se deja llevar y manipular… En la opinión, en el consumo, en todo… No sé de qué forma realmente cambiar eso. La “solución” que le encuentro por lo menos a mi escala posible es concentrarme en mi círculo cercano, mi barrio, vecines, familia, amigos y amigas, ver por lo menos los problemas que están a mi alrededor y pensar cómo puedo ayudar en eso. No tengo el temple para hacer cosas a gran escala como ir a apagar incendios o hacer una plataforma política para cambiar el sistema de la justicia del país… Es un montón, pero no sé, espero al menos ir contagiando energía positiva. Con las palabras solamente a veces se complican las cosas pero haciendo es algo que -de última- ves resultados inmediatos…
Para expresar esta parte “destructiva” apelás a una voz gutural ¿Cómo se te ocurrió y cómo trabajás esa voz? Imagino que es un esfuerzo importante para la garganta…
La verdad que la forma fue muy natural. Desde chica que lo quería hacer y obviamente que al principio lo hacía y me re dolía la garganta y después quedaba mal de la voz. Me dolía… Hacia el 2016 empecé a tirarlo más en el ensayo, de hecho había una época en la que casi “gritaba” todos los temas hasta que pensé que capaz tenía que parar un poco de “pudrirla” tanto porque corría el riesgo de que no se entendieran las canciones. No sé de qué forma fui encontrando la manera de que no me duela… Igualmente en mis shows no canto todo el tiempo gutural, pero sí puedo pasar tranquilamente del gutural a cantar normal. Creo que logré enriquecer mi música con este recurso.
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En 2022 visitaste la radio KEXP, una de las plataformas más importantes del mundo en lo que a música indie respecta, que llega a público de todo el mundo ¿Cómo lo viviste?
KEXP tiene una llegada internacional muy grande, estuvo buenísimo… Fue una experiencia muy loca, como del “subir un level” de saber que hay que grabar esto en vivo y que se va a quedar ahí en YouTube por un montón de tiempo… Estuvo buenísimo. Llegó a lugares a los que no hubiera llegado de otra forma, si no hubiera sido gracias a ellos. En paralelo también me editaron un disco allá en Estados Unidos y fue también un flash. Personalmente, Estados Unidos no me interesa demasiado, creo que me interesa más Japón… Pero bueno, creo que está bueno poder llevar la música a cualquier lugar y obviamente siempre que haya alguien que tenga ganas de escuchar mi música a mí me encanta.
Para el video de “Aguardiente” hiciste una convocatoria a tus fans para que participe y tuvo muy buena respuesta ¿Cómo lográs esa relación de cercanía con tu público?
Fue muy divertida la grabación: yo publiqué un posteo un miércoles tipo “Che, vamos a hacer un vídeo ¿quién quiere venir?” y cayó mucha gente ¡Fue re lindo! Era un rodaje, lo cual es re loco porque no estábamos tocando ¿Entendés? O sea, hacíamos un playback, pero se recoparon, fue muy divertido. Yo aparte hice muchas cosas al mismo tiempo, nunca me había pasado. A la vez estaba dirigiendo el video, actuando, pidiéndole a la gente que haga tal cosa… Yo pensé que iba a colapsar, no lo hice, así que estoy muy contenta de esa situación...
