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Red Internacional
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Entrevista. Martín Maduri: “Decidí estudiar en la cárcel para salir del engome”

El primer preso graduado en sociología por la UNSAM describe y denuncia al Servicio Penitenciario Bonaerense gobernado por Scioli. La tortura como método institucional para domesticar a una población carcelaria, mayoritariamente pobre, que ya no es la misma cuando sale de ese encierro.

Sábado 27 de junio de 2015

Convertido en el primer sociólogo de la sede de la Uiversidad Nacional de San Martín, que funciona en la Unidad Penal N°48 de ese partido bonaerense, Maduri continúa la serie de entrevistas que sobre la cuestión penal. Aquí se desgranan las dificultades para estudiar dentro de la cárcel y se realiza una cruda crítica sobre el Servicio Penitenciario Bonaerense.

Los berretines, el “rancho”, el poder de ser “limpieza”, el “pibe bueno”, las cejas depiladas, la faja arriba de la remera, las andanzas de “El Moco” y los pabellones evangelistas donde el pastor es Dios. A vuelo de pájaro, podría decirse que Martín Maduri (39) inaugura el thriller carcelario dentro de la narrativa argentina. Describe con precisión quirúrgica los espacios más recónditos del penal y da los trazos justos a los perfiles de sus protagonistas. Pero no. No se trata de literatura, se trata de la tesina que le permitió convertirse en el primer sociólogo del Centro Universitario San Martín (CUSAM), sede de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), que funciona en la Unidad Penal N° 48.

“Sin berretines. Sociabilidad y movilidad intramuros. Una mirada etnográfica al interior de la prisión”, es el título del trabajo de Maduri que fue calificado con 10 por el jurado. Es un violento, detallado y apasionante relato sobre las cárceles por dentro, las formas en que se crea el orden y el código imperante.

Vale como ejemplo un diálogo que Maduri mantuvo con un oficial del Servicio Penitenciario Bonaerense sobre el rol del preso a cargo de la limpieza, quien “en su papel de mediador o representante termina siendo el brazo extendido del SPB que opera dentro de los pabellones, el poder que le otorga el SPB en su papel de ’limpieza’ se dará hasta que otro interno quiera su lugar o hasta que éste sea trasladado”:

“E. ¿Qué se necesita para ser limpieza del pabellón 10 (Población)?
O. Que tenga actitud, que banque. Y entre ellos la política es que esté por robo.
E. ¿Qué trabajo realiza?
O. Repartir la comida (rancho), limpiar el pabellón, es el referente para hablar.
E. ¿Cómo se contrata?
O. Contratar, como que se dice contratar, no se hace. Ellos eligen su referente y nada, en esos pabellones los limpiezas van y vienen.
E. ¿Cómo se deja de ser limpieza?
O. Y cuando hay una pelea grande, yo los tengo que sacar.
E. ¿Cuál es la remuneración?
O. Y ustedes tienen el peculio. (Sueldo que el SPB da al interno trabajador)”.

Cualquier sistema tiene una lógica propia, que lo vuelve relativamente independiente. Para ser eficaz, fundamentalmente, se apoya en la economía de acciones de quienes lo componen y, a la par, poseen un objetivo claro. De ahí que el propio sistema utilice, sin escrúpulos, lo que sea para garantizar su reproducción. En el caso del SPB, el ejemplo que rompe los ojos es el de la tortura, como medio para controlar, denigrar y cosificar a los internos.

La tortura se torna positiva para el SPB: cumple una función en distintos momentos y con diferentes fines. Hay convenciones internacionales, leyes, manifiestos, informes y actos de organizaciones de derechos humanos y familiares de víctimas. El rechazo es unánime. Sin embargo, sigue ahí: útil.

En el medio de todo esto y ante la complicidad estatal y la indiferencia general, hay quienes logran imponerse, dejándole una pequeñísima herida al monstruo. Maduri es uno de esos casos. Encarna la máxima que, en la Unidad 9 de La Plata, el taller El Ágora usa como leit motiv: “Irse a la calle no es lo mismo que salir en libertad”.

Cuando se apaga la luz

“Lo primero que se aprende cuando ingresás a una cárcel e ingresás a un pabellón de población común es que tenés que pelear, así es probado el coraje, el aguante, los ’berretines’ a través de la pelea, del ’picadito’. Aprender a hacer un fierro (faca es la palabra nativa) tener claras las reglas ’la cárcel es de los chorros’, por un rancho se da la vida, por la familia se mata y se muere. La capacidad de construir valores simbólicos en cualquier escenario en el que se desarrolle, es propia del individuo que construye y reconstruye constantemente en las relaciones sociales” (extracto de “Berretines….”).

La tesis de grado de Maduri partió de un interrogante: ¿por qué un pibe que entra a los 18 años por primera vez al sistema penal, sale cinco años después totalmente cambiado? Indagó etnográficamente, durante 2011 y 2014, sobre las marcas indelebles que deja el tránsito por los penales, al punto de que la reincidencia es una de sus principales consecuencias. “La cárcel empieza cuando se apaga la luz”, sentenció Maduri al presentar su investigación.

  •  ¿Por qué decidió estudiar estando privado de su libertad?

    Decidí estudiar para salir del engome (palabra nativa que se refiere al encierro total en una celda).

  •  ¿Están las condiciones dadas para que todo interno estudie o fue, más bien, un marcado esfuerzo personal a pesar del sistema?

    Fue un marcado esfuerzo personal el haber terminado la carrera, porue no están dadas las condiciones dentro de la cárcel, ya que si bien en todos los establecimientos hay oferta educativa la educación en la cárcel se penitenciarizó. Se estructuró a la propia lógica de la cárcel, esto es la educación como un beneficio no como un derecho.

  •  ¿Cuál es su diagnóstico del SPB?

    Mi diagnostico no, los datos cuantitativos y cualitativos que dan cuenta de este sistema de reproducción perverso, creador de perfiles anómico, disociados de la realidad, estructurados simbólicamente, aculturados: el SPB no cumple con lo que es su fin.

  •  ¿Qué función están cumpliendo las cárceles en la actualidad?

    Baja el índice de desocupación, suben el índice de empleo penitenciario, contiene la fragmentación social.

  •  ¿Quiénes están en las cárceles en el presente?

    Pobres, chorros inexpertos, transas (vendedores de droga de menudeo), y se está viendo una alzada de presos por femicidio.

  •  Retomando la pregunta que estructuró su tesis: ¿por qué un pibe que entra a los 18 años por primera vez al sistema penal, sale cinco después totalmente cambiado?

    Porque se tiene que amoldar a un sistema que prohíbe todo consumo pero que regulariza el mercado informal que existe en la cárcel.