Los trabajadoras y trabajadores sanitarios vienen protestando por ante la falta de EPIs y de test. El Gobierno dice que hay que usar mascarillas, pero estas escasean y sus intentos de controlar el precio no pasan de las palabras. Mientras tanto, los supermercados ya han comenzado a comercializarlas a precios insólitos, especulando con la salud de la población.
Jaime Castán @JaimeCastanCRT
Martes 28 de abril de 2020
Mascarillas a la venta en un súper. Carrefour
Estos días saltó la polémica ante la comercialización de mascarillas que las cadenas de supermercados están realizando, en un marco en el que el Gobierno limitó el precio de su venta ante la especulación y donde todavía siguen siendo un bien escaso en las farmacias. Esto al mismo tiempo que el personal sanitario todavía sigue demandando medios de protección apropiados y la realización de test.
A pesar de esta situación, las cadenas de supermercados han visto la oportunidad de hacer negocio con este bien escaso, cuando además se están tomando medidas para reducir el confinamiento, como la que ha permitido estos días salir a los niños acompañados por adultos a las calles y parques. Es el caso de Carrefour, está vendiendo las mascarillas en lotes de 10 unidades, a un precio de 8,90 euros. Una verdadera estafa.
Pero además las mascarillas que se están comercializando son de tipo higiénico desechables, no de uso sanitario, cuyo cometido es reducir la emisión del virus por parte del portador. No son siquiera como las de tipo quirúrgico que escasean en las farmacias y que están destinadas también a limitar la propagación del virus por parte del portador, pero pensadas para retener las gotículas de saliva de quien las lleva. Las mascarillas propiamente de uso sanitario o de mayor protección serían las autofiltrantes o de alta eficacia, que van desde el 78% al 98% de eficacia de filtración.
Las críticas no han tardado en llegar cuando además Carrefour anunciaba estas mascarillas de tipo higiénico diciendo que tienen “una eficacia de filtración bacteriana del 95%”. El coronavirus no es una bacteria sino un virus y por lo tanto carecen de eficacia de filtración y simplemente reducen las emisiones del virus. Una publicidad que trata de confundir y jugar con los datos de forma del todo engañosa. Carrefour incluso señala que tiene previsto ampliar el surtido de mascarillas a las de tipo autofiltrante, las que justamente escasean incluso para el personal esencial que está enfrentando en primera línea la pandemia.
A partir del 25 de abril, disponemos de mascarillas higiénicas a la venta:
✔ Para adultos y niños a partir de 12 años
✔ Eficacia de filtración bacteriana del 95%
✔ Buena respirabilidad
✔ Pack de 10 unidades > 8,90 euros#JuntosParaAyudarte 👉 https://t.co/7K6KaSdsub pic.twitter.com/FVYjiRI6J6— Carrefour España (@CarrefourES) April 24, 2020
Durante semanas hemos visto la situación dramática que trabajadoras y trabajadores sanitarios, de limpieza o de cuidados han tenido que vivir ante la falta de medios de protección en el desempeño de sus trabajos esenciales para enfrentar la pandemia. Situación que sigue sin resolverse como veíamos este domingo con las protestas en redes sociales de muchas trabajadoras y trabajadores sanitarios denunciando la falta de EPIs y de test. Del mismo modo trabajadoras y trabajadoras de sectores considerados esenciales y también las que han vuelto al trabajo con la reanudación de las actividades no esenciales, también sufren la escasez de medios sanitarios básicos y de testeos masivos que den garantías.
Tras la vergonzosa escena que protagonizaron los gobiernos imperialistas occidentales, enfrentándose los unos contra los otros en el mercado internacional para conseguir materiales sanitarios tan básicos como las mascarillas, ahora vemos que cadenas de supermercados ya están tratando de hacer negocio a costa de la necesidad y de la escasez.
El Gobierno “más progresista de la historia”, sin embargo, en ningún momento se ha planteado intervenir y determinar toda la capacidad que las empresas privadas tienen para producir mascarillas eficientes y de calidad, con el objetivo de ser distribuidas masivamente, lo cual es fundamental. ¿Qué propone hacer el flamante ministro “comunista” Alberto Garzón, titular de la cartera de Consumo? Por lo pronto, su política es un fiasco, como lo fue con las casas de apuesta. Sólo que ante una situación infinitamente más crítica.
Mientras tanto son las patronales las que están considerando cuándo reconvierten sus empresas y cuándo no, en función no del interés general, sino de las posibilidades de negocio. Para ellas, sin duda, un muy feliz “día mundial de la seguridad y la salud en el trabajo”. Hay que expropiar a estos parásitos.