La medida de fuerza contra el ajuste de Milei tuvo un alto acatamiento en fábricas, escuelas y otros establecimientos, con estaciones de tren y paradas de colectivo vacías. Organizaciones sociales y políticas realizaron ollas populares en distintos puntos.
Jueves 9 de mayo 18:09
Este jueves la CGT y las CTA convocaron a un paro nacional contra las medidas de ajuste del gobierno de Milei. En estos meses de mandato la licuadora y la motosierra golpearon duramente el bolsillo del pueblo trabajador con la inflación y los tarifazos, acrecentando el malestar de grandes sectores de la población. La Ley de Bases, que tiene media sanción y será próximamente tratada en el Senado, tiene como objetivo profundizar el saqueo de nuestro país y los ataques a la clase trabajadora para beneficiar al FMI y a los grandes empresarios.
Nos llegan informes de todo el país sobre el gran acatamiento al paro nacional; se demuestra que la CGT dejó pasar una gran oportunidad cuando se trató la Ley Bases en Diputados. Hay que preparar un paro activo y movilización cuando se trate en el Senado y tirarla. La fuerza está
— Myriam Bregman (@myriambregman) May 9, 2024
Desde la noche del miércoles se percibía que la jornada de lucha sería masiva y contundente. El sector del transporte dió inicio a la medida que tanto molesta al gobierno. Por su cronograma habitual, que hace años recortó cada vez más el horario de servicio, el ferrocarril Roca dio el puntapié inicial. Con la salida de los últimos servicios desde las terminales cerca de las 23 horas, los cuatro gremios del sector fueron los primeros en parar. El éxito de la medida hizo que la postal del jueves sea de estaciones y paradas de colectivos, que habitualmente están repletas de usuarios, estuvieran vacías (a pesar de la carnereada impulsada por el Grupo DOTA) como en Lanús, Lomas y Quilmes. La nota de color la dió Patricia Bullrich, que desde Plaza Constitución expresó que era un paro “débil”. El afán del gobierno por negar la realidad es tal que dichas declaraciones se dieron en una dársena de colectivos vacía, con la terminal de trenes cerrada, en una esquina que cotidianamente reboza de transeúntes.
En el aeropuerto de Ezeiza los trabajadores aeronáuticos calentaron motores durante la semana con una masiva asamblea convocada con la consigna “Aerolíneas no se vende”. El sector enfrenta la amenaza de privatización y está sufriendo despidos en el sector de tercerizados, afectando a cientos de trabajadores de la empresa GPS. Apenas el reloj marcó las 00 horas del jueves, los carteles que anunciaban el estado de los vuelos se fueron completando con una palabra que anticipaba la contundencia del paro: CANCELADO.
Las principales industrias de la zona sur registraron un alto acatamiento a la medida. En los parques industriales de Lanús y Burzaco daban cuenta de la amplia adhesión de los trabajadores. En la planta de Siat de Valentín Alsina el paro fue total, un golpe que seguramente le dolerá mucho a Paolo Rocca del Grupo Techint. En importantes establecimientos como la planta de Coca Cola de Monte Grande y los dedicados a la producción de vidrio como Rigolleau y Cattorini el paro fue total. La refinería de Shell de Dock Sud funcionó de manera reducida porque los trabajadores de UOCRA se sumaron a la medida. Quienes están afiliados al sindicato petrolero tuvieron que presentarse a la planta porque su gremio no paró, lo que provocó críticas entre los trabajadores que ven con preocupación la vuelta del impuesto al salario.
Otro sector que se sumó masivamente a la huelga fue el de los trabajadores de la educación. Escuelas de todos los niveles, y universidades como las de Lanús, Lomas y Quilmes permanecieron cerradas.
Como parte de la jornada, movimientos sociales, asambleas vecinales y organizaciones políticas realizaron actividades en Claypole y Guernica. Con cortes de calle y ollas populares se manifestaron contra el brutal ajuste. Reclamaron desde esos puntos contra la Ley de Bases y el recorte de alimentos a comedores populares.
Los motivos para organizar una huelga sobran, por eso a pesar de su actitud dialoguista y la colaboración admitida por miembros del gobierno, los dirigentes sindicales tuvieron que mantener la medida de fuerza anunciada hace varias semanas. Este paro no puede ser utilizado por la burocracia como una forma de descomprimir un poco la bronca acumulada para después seguir negociando con el gobierno. La fuerza demostrada por la clase trabajadora en esta jornada debe replicarse cuando se trate en el senado la Ley de Bases, la fuerza y la disposición para frenar el ajuste de Milei está.