La precaria y escasa infraestructura de transporte público que existe en la ciudad. Durante los últimos años, dejaron de funcionar en Matamoros por lo menos siete rutas de transporte, principalmente debido al aumento del costo del Diesel según los transportistas.
Sábado 25 de mayo de 2019
El viernes 24 de mayo, el conflicto entre la policía estatal y los taxistas, al que se sumaron los bloqueos de apoyo de las peceras (transporte colectivo) de Matamoros, semiparalizo la movilidad de decenas de miles de habitantes de la ciudad, principalmente aquellos que se dirigían a laborar en una de las más de cien maquiladoras de la ciudad.
Este conflicto visibiliza uno de los principales problemas urbanos de la vida de las y los Matamorenses. La precaria y escasa infraestructura de transporte público que existe en la ciudad. Durante los últimos años, dejaron de funcionar en Matamoros por lo menos siete rutas de transporte, principalmente debido al aumento del costo del Diesel, según los transportistas.
A la par de la desaparición de las rutas de transporte se acrecentó también el fenómeno de los taxis irregulares, llamados “piratas”, para satisfacer las necesidades de movilidad y transporte en la ciudad.
Si bien la irregularidad con que operan estas unidades de “taxis piratas” habilita algunas arbitrariedades a los usuarios, este servicio junto a la red de taxistas regulares y las pocas rutas de peceras que actualmente operan, son las que cumplen la demanda de una ciudad de más de medio millón de habitantes con más de 80 mil trabajadores de las maquiladoras, decenas de miles de los servicios y otros gremios.
La respuesta del gobierno estatal y local
El gobierno estatal de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, así como del presidente municipal Mario Alberto López Hernández, convinieron que su manera de atacar este problema, que es prácticamente estructural, seria mediante un aparatoso operativo de la policía estatal para confiscar unidades de taxis irregulares.
Desde la mañana del viernes montaron retenes y puntos de revisión, lo cual provocó la protesta de uniones de taxistas y otros gremios del transporte. Hasta el sábado 25 de mayo se mantiene el paro, bloqueos y la permanencia de unidades en la plaza principal en exigencia a que se les devuelvan unidades confiscadas y una propuesta de regularización.
En particular el gobierno municipal del partido Morena, en su plan de gobierno no destaco ningún plan de transporte público. A su vez los candidatos a diputados locales no han propuesto ninguna alternativa de fondo a este padecer.
No conforme con esta indiferencia, la policía estatal en sus operativos llegó al grado de reprimir a los taxistas inconformes e incluso por lo menos un elemento detono un arma de fuego, gesto que representa una clara agresión represiva a las protestas. A la pregunta de quiénes son responsables, surgen las figuras de los gobernantes de partidos de todo color, que antes y ahora, dejaron en el olvido este servicio básico para toda la población trabajadora.
La alternativa a la movilidad urbana
En el contexto actual y luego de las importantes luchas que recientemente protagonizaron miles de obreras y obreros de la ciudad de Matamoros que dieron vida al movimiento 20/32; cabe la mención de que, es la clase trabajadora de esta ciudad la que puede cuestionar de fondo por dónde resolver el problema del transporte urbano y suburbano para toda la población.
En primer lugar, para exigir el aumento de las rutas de transporte público a precios económicos con subsidios de gratuidad a estudiantes y otros sectores sociales que así lo necesiten.
Es necesaria la plena estatización del transporte público urbano junto a la creación de un fondo que obtenga sus recursos de impuestos específicos a las grandes ganancias de las maquiladoras y empresarios que están en la ciudad.
Ante estos patrones que poco y nada se preocupan por cómo llegan o viajan a sus hogares las y los obreros que cumplen largas jornadas de trabajo en sus plantas, los trabajadores podrían mediante el control del transporte por parte de las organizaciones obreras y en comités junto los usuarios, discutir cómo se desarrolla una red de transporte público, digno, limpio, moderno y seguro para todas y todos. Las organizaciones sindicales tienen que poner esta exigencia sobre la mesa ante el gobierno local y estatal.