El jefe de Gobierno porteño y candidato presidencial de Cambiemos, Mauricio Macri, participo ayer del Coloquio de IDEA, donde expuso su intención de protagonizar una gestión de “pobreza cero”, “creación de empleo” y afirmó que se propone “unir a los argentinos”.
Esteban Mercatante @EMercatante
Sábado 17 de octubre de 2015
El jefe de Gobierno porteño y candidato presidencial de Cambiemos, Mauricio Macri, compareció ayer ante los empresarios reunidos en el 51º Coloquio Anual de IDEA, a los que prometió “pobreza cero” en una eventual gestión, a partir de la “creación de empleo”. También afirmó que se propone “echar a la droga”, para lo cual “hay que decirle ‘no’ a Aníbal Fernández en la provincia”.
En el marco de la jornada de cierre del Coloquio, que durante tres días sesionó en Mar del Plata bajo el lema "Tiempo de acordar y hacer. Generación del empleo. Valores. República" con récord de inscriptos (mil), Macri agregó a los tres ejes de su potencial mandato el objetivo de “unir a los argentinos”.
“No resiste más una economía sin diálogo, con límites a la actividad, con cepos y retenciones que vamos a eliminar”, subrayó, para felicidad de especuladores y “chacrers”.
Desde el Salón Vélez Sarsfield del hotel Sheraton, el ex presidente de Boca Juniors pidió “dejar atrás 25 años de promesas incumplidas, frustraciones y sueños que se han truncado. Merecemos y podemos vivir mejor, todos nosotros nos debemos hacer cargo de una Argentina para el futuro”.
En cuanto a la “pobreza cero”, dijo que buscará “ocuparse de los que más lo necesitan, pero el cambio estructural será con la creación de empleo, nosotros con el plan de infraestructura más importante de la historia del país”. Para ello, prometió “volver a la inflación de un dígito, tener un INDEC creíble, planes de primer empleo y simplificar los trámites a los emprendedores. Vamos a volver a pensar en el largo plazo de la Argentina desde el 10 de diciembre”, sostuvo, lo que le valió el primer aplauso de la jornada. El jefe de Gobierno buscó diferenciarse del kirchnerismo al señalar que “no” va a “mentir con la pobreza, con el INDEC y con nada. Vamos a edificar una Argentina distinta”, y reiteró que, de llegar a la Casa Rosada en dos meses, Esteban Bullrich será su ministro de Educación y el mendocino Ernesto Sanz el titular de la cartera de Justicia.
A tono con el tema judicial, anticipó que las dos vacantes que hoy deben llenarse en la Corte Suprema de Justicia las ocupará con “constitucionalistas reconocidos, sin militancia política comprobada y que no sea cercano a la presidencia, porque necesitamos una Corte de lujo”.
Aunque, fiel a su estilo, Macri presentó un compendio de buenas intenciones sin mostrar cómo se propone lograrlo (lo mismo que pude decirse de Scioli ante el mismo auditorio), se puede entrever un plan que apertura económica acelerada, donde la “creación de empleo” que pregona quedará en manos de capitales privados que busquen aprovechar los negocios que creará con medidas proempresariales y endeudamiento. Una película bastante parecida a la de los demás candidatos, y con ominosas consecuencias a mediano plazo, cuando se corta el círculo virtuoso de ingreso de capitales, algo que ya hemos vivido en numerosas ocasiones en el país y que ahora está golpeando al vecino Brasil.