Los envíos de dinero a México rebasaron los 4 mil millones de dólares tan sólo en marzo, representa una alta dependencia de remesas para la economía mexicana.
Miércoles 12 de mayo de 2021
Desde el inicio del actual gobierno, el presidente ha señalado la importancia de las remesas para centenares de familias en nuestro país, incluso los denominó, en 2018, como los “héroes vivientes” y no es para menos pues, pese a las condiciones ínfimas laborales y a ser de los peores pagados, los migrantes mexicanos que viven en EE. UU. son quienes envían las remesas más altas, lo que representa una enorme fuerza económica de este lado de la frontera.
Inherente a esto, cabe señalar que, aun con el cambio de gobierno estadounidense que, al inicio, quería diferenciarse del trumpista, la realidad es que continúa una política antimigrante con fronteras militarizadas, centros de detención para los menores migrantes –que resultan verdaderos campos de concentración–, separación de las familias y semiesclavitud.
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Sabemos que miles de migrantes huyen de sus países en busca de una vida mejor y que lo hacen por las terribles condiciones de explotación y violencia en que los mantienen los empresarios y aquellos gobiernos subordinados al imperialismo yanqui, principal responsable de que existan dichas circunstancias en países como Honduras, El Salvador, Guatemala y México; pero ¿por qué deben padecer tantas penurias toda vez que representan una enorme fuerza dinámica en las actividades productivas para EE. UU. y la segunda fuente económica para México.
En EE. UU. hay 12 millones de personas nacidas en nuestro país y 26 millones de segunda y tercera generación. (Conapred)
La mayoría del envío de remesas de mexicanos migrantes a sus familiares se hace por transferencia bancaria.
Para estos regímenes capitalistas latinoamericanos parece conveniente mantener, en el ideario colectivo, que los migrantes son personas de “segunda”, puesto que los coloca en un estado de mayor vulnerabilidad, sin derechos plenos, súper explotados, cuando la realidad económica de las remesas dicta una cosa muy diferente; ya que la cantidad en dólares que ingresan desde el otro lado de la frontera bastarían para que se dignificara su trabajo y se obtuviera el estatus de trabajadores con derechos plenos.
La enorme contradicción
El Banco de México informó recientemente que, tan sólo en el primer trimestre del año, los migrantes mexicanos enviaron 10 mil 623 millones de dólares en remesas, principalmente, provenientes de EE. UU.; lo que se traduce en un aumento del 13 % respecto al mismo periodo del año anterior. Significa que, durante ese primer periodo, entró al país un total de 196 mil 525 millones y medio de pesos, considerando el tipo de cambio “castigado” de 18.5 pesos por dólar.
Tan sólo en marzo se recibieron 4 mil 151 millones de dólares en remesas (2.6 % más que el año pasado), lo que representa un incremento del 30 % del mes anterior, además de que se considera el mejor mes desde 1995. El año pasado, en el mismo mes, se informó que el envío de remesas fue de 4 mil millones de dólares, precisamente cuando comenzaba la pandemia.
Así es como, desde el año en que comenzó la pandemia que profundizó la crisis económica de estos países, en la vía de los hechos, mes a mes, han incrementado las remesas; en parte por la acelerada campaña de vacunación en EE. UU. y, también, debido a que eso permite la reinserción al trabajo de quienes se resguardaban en sus hogares, campesinos, pescadores, en hotelería y restaurantes, por ejemplo.
En otras palabras, representan mejoras en la fuerza de trabajo del país imperialista yanqui, mientras que mantienen una importante fuerza de capital productivo para México.
Ante esto el gobierno mexicano actual no se quedó de brazos cruzados, a través del Banco del Bienestar invita a “mejorar la inclusión financiera de los mexicanos”, colocando más de 2 mil puntos en el territorio nacional para cobrar dichos envíos e invitando a la gente a “ahorrar” en este banco, sacando el mayor provecho sobre las remesas otorgando cobros “menores” por la transacción.
¡Unidad de los trabajadores en ambos lados de la frontera!
Mientras los gobiernos se pelean en los congresos y con otros países por acuerdos y reformas migratorias para seguir explotando a los migrantes, la realidad es que esas remesas benefician a los gobiernos. En México reciben complacidos la inyección de divisas enviadas por los trabajadores y las trabajadoras migrantes, y en Estados Unidos mantienen a la gran mayoría de migrantes mexicanos y centroamericanos en los trabajos más precarizados, incluso en condiciones ínfimas de semiesclavitud, quienes con su enorme esfuerzo palian la pobreza de miles de familias mexicanas.
Por estas razones, es imperiosa la unidad de los trabajadores en ambos lados de la frontera, para que todos tengan acceso a derechos plenos, ya que sólo nuestra unidad y organización independiente de los Estados conquistará mejores condiciones de vida. ¡Por un mundo sin fronteras!
Puedes leer nuestra declaración política en solidaridad con las caravanas migrantes y por un alto a las políticas represivas impuestas por EE. UU.
Diana Palacios
Profesora egresada de la Normal Superior, colaboradora en IdZMx