La ola de renuncias y rechazos que desató su acuerdo con Bruselas por el Brexit, amenazan la estabilidad del gobierno y ponen en duda una salida negociada de la Unión Europea.
Viernes 16 de noviembre de 2018
Ante la enorme crisis que hasta podría terminar con su renuncia, la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, se aferró hoy al acuerdo preliminar alcanzado con Bruselas para poner en práctica la salida de la Unión Europea (Brexit).
Frente al Parlamento, con su propio partido dividido y tras varias renuncias en su gabinete, May sostuvo que todo el tiempo ha “defendido el interés nacional” y que a pesar de que el acuerdo tiene “detalles difíciles e incómodos de aceptar”, “es el mejor acuerdo que se podía conseguir”.
Sin muchas opciones, la primera ministra optó por aferrarse al acuerdo, tratando de hacer frente a todas las críticas que le llueven de todo el arco político, desde la centroizquierda de Jeremy Corbyn (líder del Laborismo) hasta la derecha de los “euroecépticos”.
Mostrándose decidida y dirigiéndose evidentemente a la opinión pública más que a los diputados, señaló que con este acuerdo se ha logrado defender los empleos, mantener “el control de nuestras fronteras, el control de nuestro dinero, el control de nuestras leyes y el control de nuestra agricultura y nuestra pesca”.
Además, agregó en tono lapidario que el rechazo al acuerdo tendría “consecuencias impredecibles” y tiró la pelota a los diputados: “he cumplido con mi responsabilidad. Deberán ser ahora los diputados, una vez estudiado el acuerdo, los que cumplan con la suya”.
¿Gobierno del Caos?
May había anunciado el miércoles un consenso dentro de su gabinete en torno al acuerdo con Bruselas. Pero a las pocas horas comenzaron las renuncias de ministros clave como la titular de Trabajo y Pensiones, Esther McVey y el mismísimo conductor de las negociaciones del Brexit, Dominic Raab, entre otros funcionarios que le siguieron más tarde.
En la cámara de diputados, su propia bancada se le dio vuelta y la amplia mayoría anunció que rechazará el acuerdo. Muchos le exigieron una rectificación o que convocara a un nuevo referéndum.
Jeremy Corbyn, del Partido Laborista, destacó en su discurso que “El Gobierno está en el caos. Este acuerdo encierra el riesgo de dejar indefinidamente a nuestro país en una casa a medio construir y sin voz ni voto en el futuro” y adelantó que el laborismo rechazará el acuerdo.
El ultra católico y euroecéptico del Partido Conservador, Jacob Rees-Mogg, anunció que sus diputados impulsarán una moción de censura que, de prosperar, podría hacer caer el gobierno y forzar un adelantamiento de elecciones.
El reloj corre y crece la incertidumbre
May, aunque evidentemente cansada, insistió en mostrarse firme y dijo que el "liderazgo" es tomar "decisiones correctas" y no "las fáciles". "Podemos abandonar la UE sin ningún tipo de acuerdo, encontrarnos con que no haya ningún tipo de ’brexit’, o podemos mostrar unidad y respaldar el mejor pacto posible".
Pero por la cantidad de legisladores que han anunciado su oposición, el documento tiene pocas posibilidades de ser aprobado cuando se vote en la Cámara de los Comunes en diciembre. Y al reloj le queda poca cuerda ya que el plazo máximo de negociación con la Unión Europea es el próximo 29 de marzo.
No llegar a un Brexit negociado, podría tener serias consecuencias económicas no solo para Reino Unido sino para el conjunto de Europa. Este jueves la Lira cayó casi 2% frente al Euro y al Dólar y también sufrieron algunas importantes bolsas europeas como el Dax de Fráncfort, el Cac de París o el Ibex 35 de Madrid.
Las acciones del holding aéreo IAG que integra a Iberia, British Airways y Vueling, perdieron casi 5%. Las del Banco Sabadell más del 3%, ahondando así en la caída que arrastra desde principios de año (-27,4%), debido en gran parte a las dificultades en su filial británica TSB.
Quizás sean una pequeña muestra de lo que podría suceder.