×
×
Red Internacional
lid bot

¡No a la guerra! McDonald’s y Coca-Cola se retiran del mercado ruso

Como parte del boicot de las empresas occidentales, algunos de los más grandes símbolos del capitalismo yanqui suspenden sus operaciones en Rusia.

Martes 8 de marzo de 2022 21:38

Cuando se piensa en el American Dream algunas de las primeras imágenes que se nos aparecen son los logos de McDonald’s y Coca-Cola. Tan es así que fueron dos de las empresas que el capitalismo yanqui usó como punta de lanza económica y cultural después de la caída del muro de Berlín.

Este martes ambas compañías anunciaron que suspenderán temporalmente sus operaciones en Rusia citando preocupaciones humanitarias y morales. Starbucks y Pepsi hicieron lo propio poco después y se sumaron así a la lista de aproximadamente 250 compañías occidentales que anunciaron su retiro del mercado ruso entre las que se pueden nombrar Shell, el banco HSBC y Apple.

En un comunicado oficial la empresa de las hamburguesas se apresuró a anunciar que mantendría el salario a sus más de 62000 empleados haciendo gala de su preocupación no solo por el pueblo ucraniano que sufre la invasión de su país sino también de los trabajadores rusos.

Este repentino ataque de bondad contrasta duramente con la realidad que viven los trabajadores de McDonald’s en EE. UU. que desde hace años se organizan para pelear por un salario de 15 dólares la hora, que en muchos estados incluso está por debajo de la linea de pobresa y la empresa niega sistemáticamente. Tan malos son sus sueldos que en plena pandemia uno de sus locales en Oregon convocó a adolescentes de 14 y 15 años para cubrir los puestos de trabajo de empleados que habían renunciado.
Starbucks, por su parte, se convirtió en uno de los nuevos símbolos del movimiento sindical ya que muchos de sus locales en EE. UU. se están organizando en sindicatos. Pero en Rusia anunció que seguiría pagando los salarios de sus cerca de 2000 empleados.

La gigante de las gaseosas no dijo una palabra sobre los trabajadores que empleaba en el país mientras que su gran competidora, Pepsi anunció que suspende la venta de todas sus gaseosas (Pepsi y Seven Up, principalmente) y productos en Rusia. Pero no cierra sus plantas porque entre su negocio se cuenta una fábrica de productos lácteos que da trabajo a 20.000 personas y a otros 40.000 ganaderos en la cadena de suministro.

Otras empresas apuestan a que la presión por retirarse finalmente se disipe, dijo Brian Berkey, especializado en ética empresarial en la Universidad de Pensilvania a la cadena de noticias Al Jazeera. Apuntó críticamente que otros casos, como los llamados y campañas para boicotear al estado sionista de Israel no han tenido mucho efecto.

La suspensión del negocio de estas franquicias mundiales supone para Rusia un golpe suplementario en el mismo día en que el presidente de EE.UU., Joe Biden, anunció la prohibición de importación de petróleo, gas natural y carbón de Rusia como castigo por la invasión de Ucrania.

Paul Musgrave, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Massachusetts, dijo a la agencia Reuters que los cierres de McDonald’s muestran cómo la rápida y amplia imposición de sanciones occidentales a Rusia tendrá un impacto económico duradero.

Pero las sanciones pueden arruinar las condiciones de vida del pueblo y el retiro de estas empresas es la continuación de esa política. Y aunque algunas aseguren que seguirán pagando salarios, las ventas se detendrán y con ellas la actividad de cientos o miles de empresas proveedoras de cuyos salarios también dependen los trabajadores y trabajadoras rusas.

Nada bueno puede salir de las sanciones que aplica occidente porque los platos rotos siempre los paga el pueblo trabajador. Nada bueno puede salir de confiar en empresas que le niegan los derechos a unos trabajadores y posan de defender los de otros.