La inestabilidad que genera la precarización laboral pone al trabajador en la encrucijada de organizarse y luchar o quedarse callado por el miedo a perder su empleo.
Sábado 6 de agosto de 2016
En Argentina el índice de trabajo informal (no registrado) asciende a más del 40 % de la mano de obra laboral, y es en la juventud donde se dan los porcentajes más altos de este índice. En Mendoza los trabajadores que cuentan con un empleo precario asciende al número de 200 mil personas sobre el total de un padrón de 700 mil trabajadores activos.
En esta nota, publicada en el día de ayer, dábamos cuenta, a partir del convenio firmado entre la multinacional Mc Donalds y el gobierno nacional, de una de las tantas formas que adopta el “empleo basura” en nuestro país.
En Mendoza, además de empleos como el que ofrece la cadena de comida rápida más famosa del mundo, se dan otros casos. Uno de ellos es el del “Deposito Guaymallén”, más conocido como “Mix de compras”.
Los trabajadores de ese establecimiento varias veces se acercaron al sindicato para denunciar su situación laboral, pero éste, como sucede a menudo, les dio la espalda.
La mayoría de los sindicatos, hoy en día en manos de dirigentes peronistas, lejos están de favorecer los intereses de los trabajadores, no es la independencia de clase su bandera sino la connivencia con los patrones y los gobiernos de turno.
Es por esto que los trabajadores encuentran en los partidos de izquierda, y medios como La Izquierda Diario, un canal de expresión para contar las más diversas formas de explotación que sufren cotidianamente.
Fuimos varias veces al sindicato, hasta que nos dimos cuenta que eran aliados de la patronal y que eso nos perjudicaba. Uno cae desesperado buscando una solución ante los atropellos de la patronal, pero te encontrás con un negocio que es impresionante.
Por ejemplo un trabajador del depósito nos cuenta: “Fuimos varias veces al sindicato, hasta que nos dimos cuenta que eran aliados de la patronal y que eso nos perjudicaba. Uno cae desesperado buscando una solución ante los atropellos de la patronal, pero te encontrás con un negocio que es impresionante. Es el propio sindicato el que vende los trabajadores a sus patrones.”
Otro ex empleado que, dada la situación, también decidió mantenerse en el anonimato nos comentaba: “Aprendí un montón y el trato con mis compañeros era excelente, pero el trato de los superiores dejaba mucho que desear, ya que nos trataban de inútiles y eso te tira abajo para volver al otro día. Además mi etapa llego al fin cuando me tuve que operar. Cuando volví a trabajar no me dejaron entrar”.
...te tratan como si fueras un animal, te dan ganas de tirar todo, llegas a tu casa y del agotamiento que tenés, tanto psicológica como físicamente, te la agarras con la primer persona que se te cruza.
También nos comentaba que la relación con los superiores es denigrante “te tratan como si fueras un animal, te dan ganas de tirar todo, llegas a tu casa y del agotamiento que tenés, tanto psicológica como físicamente, te la agarras con la primer persona que se te cruza. Hasta que un día te cansas y decís “no vuelvo más”.
Un tercer trabajador nos comentaba la impunidad con la que se maneja esta empresa: “uno se siente incómodo, tenés que estar adivinando con qué pie se levanta el encargado para pedir permiso hasta para desayunar. Uno lo ve como una empresa seria, como ellos mismos se jactan de ser, y en realidad hay cosas que tienen que salir a la luz para demostrar lo que son: como fechas de vencimientos truchadas, bonos de sueldos dibujados y hasta facturación de mercadería en negro”.
Laburás como si fueras un esclavo y las horas extras ni soñés con verlas a fin de mes, las trabajás gratis
También respecto a la sobreexplotación nos decía: “Vos firmás planilla de 8:30 a 12:30 y te vas casi a las 14:30; y de 16:30 a 20:30 y salís a las 22:00. Laburás como si fueras un esclavo y las horas extras ni soñés con verlas a fin de mes, las trabajás gratis. Los sábados, que según el sindicato se tendría que trabajar como medio día y cobrar como doble jornada, al igual que los domingos, trabajamos igual que el resto de los días y tenemos que quedarnos callados.”
Testimonios como estos se replican por miles. La Izquierda Diario no sólo es un medio para difundir cada una de las denuncias, los reclamos y las luchas de la clase trabajadora, los jóvenes y las mujeres sino también una herramienta para su organización.