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Red Internacional
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OPINIÓN. Mendoza: la violencia de género en las alturas del poder

Siete jugadores de la Unión de Rugby de Cuyo están imputados por abusar de una joven, entre ellos, el hijo de César Biffi. Ministros, funcionarios y diputados desfilan en los medios acusados de violencia de género.

Viernes 3 de febrero de 2017

Son siete los imputados por el resonante caso de abuso sexual de una joven en una fiesta de la Unión de Rugby de Cuyo. La chica, también deportista, denunció que sufrió una violación grupal por parte de los rugbiers y serán llamadas a declarar todas las personas que estaban en el festejo privado en Chacras de Coria, que ocurrió el pasado 22 de diciembre. Los acusados están en libertad tras haber pagado una fianza de 150 mil pesos cada uno.

Entre los imputados se encuentran Lisandro Biffi y Sebastián Vani, hijo y sobrino, respectivamente, del diputado de la UCR César Biffi. El funcionario puso en duda las declaraciones de la víctima al afirmar que tenía “plena confianza” en la inocencia de su hijo. También se encontraba en el festejo y posiblemente sea citado a declarar Facundo Biffi, hermano de Lisandro Biffi, entrenador del club y miembro del gabinete de Alfredo Cornejo como titular de la DEIE (Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia).

Una vez más, la casta política mendocina es blanco de un escándalo por violencia de género. Recientemente renunció el ministro de Salud de Cornejo, Rubén Giacchi. A las denuncias por maltrato de su pareja, Giacchi suma ahora una denuncia por abuso sexual de ex pacientes. El titular de la Dirección General de Escuelas, Jaime Correas, también está cuestionado por mantenerse en el cargo a pesar de tener una condena por ejercer violencia de género hacia una empleada subalterna. Finalmente, también fue imputado por agredir y amenazar de muerte a su ex pareja el diputado Mario Díaz, del bloque peronista –aunque, pese a la imputación, el fiscal de la causa no pedirá el desafuero de Díaz por considerar que “el momento procesal no lo exige”.

El caso de los rugbiers abusadores ha desatado un amplio repudio. No son pocos los que señalan que por tratarse de miembros de la elite mendocina, los jugadores no son tratados “como cualquiera”. Las tibias declaraciones de Cornejo de que “la justicia debe actuar” distan mucho del rabioso punitivismo con el que justificó la reforma del Código Penal, que dio vía libre a la justicia para aplicar la prisión preventiva sin garantías procesales a los jóvenes más pobres. La demagogia de la mano dura y el encarcelamiento compulsivo no resolvió la violencia de género, pero sí demostró ser dirigida a los sectores más populares y no a los hijos del poder.

Revictimizando a la víctima: “¿No será ella quien abusó de los chicos?”

Las declaraciones misóginas y brutales del abogado de los jugadores de la URC, Juan Day, son la culminación de un manto de dudas que la defensa pretende echar sobre la denunciante desde un primer momento, desacreditando sus declaraciones, afirmando que no existen pruebas contundentes o sugiriendo que los acusados están en libertad porque son inocentes y no porque pagaron una suculenta fianza. No conforme con esto Day declaró que quizás es la joven “la que los incitó y abusó de los chicos”. Una verdadera burla al calvario de la mujer, que se enfrenta a una difícil alianza entre la violencia machista y el poder político.

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Sesión de hipocresía

En la primera sesión del año de la Cámara de Diputados, la hipocresía se hizo presente en el recinto. Mario Díaz –quien tiene una orden de restricción que le impide acercarse a su ex pareja- pidió la palabra para referirse a su situación y afirmó ser inocente, mientras rozaba el llanto. Distinto al show del diputado peronista, Biffi evitó hacer declaraciones a la prensa. El que sí lo hizo fue el presidente del bloque radical y de la Cámara de Diputados, Néstor Parés. La insólita declaración de Parés fue que César Biffi “es un padre preocupado por la compleja situación que atraviesa su hijo”. Cabe decir que el diputado no tuvo la misma indulgencia para con Mario Díaz, para quien pidió el desafuero.

Una triste “perlita” mediática: el diario MDZ se refirió a la sesión como “opacada por los problemas personales de los diputados”, “atravesada por problemas de índole privada”, y “episodios emocionales e íntimos” afirmando que esto “quitó tiempo para el debate de cuestiones que afectan a todos los mendocinos”. El diario parece no haberse enterado de que el movimiento por Ni Una Menos hace rato sacó los temas de violencia de género del “ámbito personal e íntimo” con miles de mujeres en las calles, para transformarlo en lo que verdaderamente es: un problema político. Y en este caso más aún, cuando es la casta del gobierno y los partidos tradicionales la que está en la mira.

El Estado es responsable

La demagogia de los partidos tradicionales que posan para la foto con el cartelito de Ni Una Menos y participa de las marchas, diluyendo el machismo en un problema “cultural” o penal, dista cada vez más de la realidad donde funcionarios, ministros y legisladores son acusados de ejercer violencia de género. Difícilmente podemos creer, entonces, frente a este encubrimiento sistemático, que el Estado efectivamente garantice los derechos de las mujeres. Difícilmente sea el encargado de velar por la “igualdad” cuando en los hechos responde a los intereses de clase de los empresarios y de la casta política. Difícilmente pueda ser reformado “desde adentro”: si no, veamos cómo la Dirección de Género y Diversidad con Silvina Anfuso, de los “progresistas” de Libres del Sur, mantiene el silencio frente a la violencia machista de los funcionarios del gobierno. Difícilmente, en la provincia de los femicidios de Ayelén, Janet, Julieta, del triple femicidio de Godoy Cruz, en la provincia que no se olvida de Johana y Soledad, en la provincia que se sacudió con marchas por cada una de las asesinadas por violencia machista. El “no” fue la verdadera respuesta a los reclamos de las mujeres y a las iniciativas para declarar la emergencia en violencia de género que pidieron Noelia Barbeito y el FIT.

La respuesta del gobierno, plagado de misóginos y violentos, a cada una de estas marchas fue la demagogia y no destinar recursos efectivos para un plan integral que permita a las mujeres salir del círculo de la violencia machista antes de pagar con su vida. Estos reclamos serán parte de la agenda de un movimiento de lucha que tiene su próxima cita el 8 de marzo, en el primer paro internacional de mujeres de la historia.