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Red Internacional
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Gobierno AMLO. México como paraíso para la inversión: meta de López Obrador y Romo

Así lo expresaron en la presentación del Consejo para el Fomento de la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico. Pero ya Peña Nieto dejó salarios de miseria y precarización laboral garantizada, ¿hasta dónde quiere llevar el nuevo gobierno la superexplotación?

Lunes 18 de febrero de 2019

Alfonso Romo Garza, el empresario socio de Pinochet y Salinas de Gortari, hoy jefe de la oficina de Presidencia, resaltó que con la creación del nuevo consejo el objetivo es transformar México en un paraíso para la inversión y que sea competitivo.

La presentación de esta nueva institución se llevó a cabo en Salón Tesorería de Palacio Nacional con la presencia de la flor y nata del empresariado que opera en México, como Carlos Slim.

Romo dio a conocer que el consejo está integrado por las secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural (Seder), Comunicaciones y Transportes (SCT), Economía (SE), Energía (Sener), Hacienda y Crédito Público (SHCP), Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Relaciones Exteriores (SRE), Trabajo y Previsión Social (STPS) y Turismo (Sectur).

Por su parte, el presidente López Obrador, en un discurso ganarse al empresariado, se ufanó de las posibilidades de que México se convierta en una “potencia económica”. Un verdadero cuento fantástico, como si en un abrir y cerrar de ojos desapareciera la subordinación e integración económica con Estados Unidos.

A su vez, invitó a lo sectores privado y social a trabajar conjuntamente para lograr este desarrollo, impulsando a las regiones más atrasadas –léase el sur de México– y participando en los proyectos prioritarios de la administración pública federal.

A lo largo de su discurso, hizo enfásis en buscar la asociación de los sectores público, privado y social y explicó que hay muchos campos para la inversión privada, nacional y extranjera, como el tren maya, el desarrollo del Istmo de Tehuantepec y la reactivación de la industria petrolera.

Binomio fantástico: bienestar social y precarización laboral

El presidente resaltó también que ahora se tiene en cuenta “lo social, se está pensando en el progreso con justicia, porque el progreso sin justicia suele ser retroceso, se necesitan los dos pies, el del crecimiento económico y el del bienestar”.

Un discurso que no tiene correlato con la realidad. Con la imposición de un plan de “austeridad” busca dejar en la calle a unas 220 mil familias de trabajadores estatales, al tiempo que sostiene condiciones laborales leoninas con el sector, donde a las personas de nuevo ingreso les obligan a aceptar que no tienen una relación laboral formal con el gobierno.

Ante la lucha de las y los trabajadores de Matamoros, que reclaman 20% de aumento salarial y el bono anual de 32 mil pesos, el Morena busca desesperadamente desactivar el movimiento y junto con el gobierno estatal panista hasta ha enviado a la policía estatal a agredir a los trabajadores en lucha.

Gobernar para los ricos y para los pobres, como sostuvo López Obrador tantas veces, es una utopía reaccionaria. Los intereses de los empresarios, que ponen su riqueza y sus privilegios por encima del bienestar de la mayoría de la sociedad no se pueden conciliar con los intereses de las mayorías. Recordemos el cinismo de los empresarios matamorenses que niegan el derecho de los trabajadores a un aumento salarial mayor que el mínimo, mientras ellos, cuando no hay huelga, reportan por día alrededor de 50 millones de dólares en ganancias.

Para conquistar el verdadero bienestar para las mayorías –condiciones dignas de vida y de trabajo, incluyendo derecho al tiempo libre y el esparcimiento– es necesario enfrentar los intereses de los capitalistas y del imperialismo estadounidense. Una tarea que sólo pueden llevar a cabo la clase trabajadora y los sectores populares, con la movilización en las calles y métodos como el paro y la huelga, métodos que hoy están desplegando en la frontera las obreras y los obreros en Matamoros.

Con información de Notimex, El Financiero y El Economista