Miles de migrantes centroamericanos se encuentran varados en México pues los gobiernos de sus países se niegan a recibirlos. El presidente de Guatemala declaró el 17 de este mes que para "evitar contagios" cerraría sus fronteras a aquellos guatemaltecos que fueran deportados de México o Estados Unidos.
Martes 31 de marzo de 2020 18:22
Seguir su camino al país del norte tampoco es una opción. No sólo se verían completamente expuestos a los peligros de contagio -que por la mala alimentación propia de la condición de ser migrante en México es mayor- y al nulo acceso a la salud -pues al no ser reconocidos como ciudadanos no tienen derecho a ésta-, sino a los peligros que de por sí representa la militarización del país, ahora reforzada por el plan DN III, y las redes de trata.
Sumado a esto, la frontera con Estados Unidos está más resguardada que nunca por la Border Patrol. Además que se ha convertido en el epicentro de la pandemia y la suerte que están corriendo los migrantes en este país, no pinta mejor que la de aquellos de donde vienen huyendo.
Estaciones Migratorias, focos rojos de covid-19
Las condiciones de hacinamiento en las 50 Estaciones Migratorias (EM) del país, representan un alto peligro para los migrantes detenidos. Por ejemplo, en la estación de Comitán, que está destinada para tener a 60 personas, hasta hace una semana habían más de 80.
En la gran mayoría de las EM sólo hay un baño, a las mujeres que están menstruando se les dan únicamente dos toallas sanitarias por día y a las mujeres con bebés 3 pañales diarios.
Los colchones en los que duermen son antihigiénicos, muchas veces tienen chinches y las enfermedades respiratorias son muy comunes.
Desde el inicio de la pandemia, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha hecho diferentes recomendaciones al Instituto Nacional de Migración (INM), respecto al hacinamiento de los migrantes detenidos. Este último se limitó a anunciar que se está tomando la temperatura de los detenidos, haciendo test para conocer su estado de salud y los países que han visitado y aplicando gel antibacterial. Sin embargo, aún cuando se estuvieran haciendo, son medidas completamente insuficientes en el marco de la situación terrible que estamos describiendo.
No hay información oficial sobre si continúan las detenciones de migrantes en la frontera sur. Diferentes organizaciones han solicitado información al INM sobre los protocolos para prevenir el contagio de covid-19, pero las autoridades han dado información inconsistente y desarticulada o simplemente no han dado respuesta alguna. Esto deja claro que no existe protocolo alguno que vele por la salud de las y los migrantes.
Sumado a esto, con la declaración de la fase 2 en el país, los trámites para solicitar asilo fueron suspendidas hasta el 17 de abril, según un informe de la Comar. En San Cristóbal de las Casas, las autoridades informaron que las personas que ya tienen asilo o refugio en México deberán ir a firmar una vez a la semana, exponiéndolas a la posibilidad de contagio.
Con esto, las autoridades migratorias demuestran una vez más que las vidas de los migrantes son lo último que les preocupa.
Como si no fueran suficientemente adversas las condiciones a las que estás sometidos, el pasado 24 de marzo miembros de la Guardia Nacional y del INM reprimieron y detuvieron a migrantes que en la EM de Tapachula, Chiapas protestaron, pues no tenían claridad de la extensión de su detención y las repercusiones que esto tendría en plena pandemia.
Medidas urgentes en favor de los migrantes
México no puede continuar actuando como una extensión de la Border Patrol de Estados Unidos. Los migrantes, como el resto de trabajadores y trabajadoras nacionalizadas, necesitan tener derechos básicos, como lo es el acceso a la salud y a una vivienda digna, sin importar en qué país se encuentren.
Es urgente que el gobierno mexicano otorgue inmediatamente la nacionalidad a todos los migrantes centroamericanos que se encuentran en el país permitiendo así su libre tránsito.
Para acabar con el hacinamiento de los EM y los albergues, el Estado debe garantizar vivienda digna y gratuita donde pasar la cuarentena. Para eso pueden ocuparse las iglesias, los hoteles y los inmuebles desocupados.
Junto a esto, los migrantes en condiciones de laborar deben tener acceso a un trabajo que les permita percibir recursos para no pasar hambre.
Por último es de primer orden que se de pleno acceso a la salud a todos y todas las migrantes para que puedan realizarse tests de covid-19, de manera gratuita y tratamientos para ellos mismos, de ser necesarios.
Todo esto puede ser financiado con los millones de pesos que se le destinan a la deuda externa, que hoy representa el 420% del presupuesto a la salud. Pues son los organismos internacionales, las trasnacionales y los gobiernos imperialistas los principales responsables de la crisis migratoria a nivel mundial. Así como afectando el presupuesto de las Fuerzas Armadas y en particular de la Guardia Nacional.
El fenómeno migratorio, así como la catastrófica propagación de covid-19, golpean principalmente sobre los hombros de aquellos que menos tenemos: los desocupados, los trabajadores precarizados, las mujeres trabajadoras, los indígenas.
Cada vez es más necesaria la unidad internacional de los trabajadores y los pueblos para poder enfrentar esta crisis a la que las políticas del imperialismo, perpetradas por nuestros propios países, nos han sometido, entre ellas la privatización de todos los sectores públicos, la flexibilización laboral y la carestía de la vida.
En esta tarea, es fundamental que las organizaciones obreras y de izquierda de México y Estados Unidos se pongan al frente de esta solidaridad internacionalista.
La juventud, las mujeres y los trabajadores mexicanos debemos solidarizarnos con nuestros hermanos migrantes y exigir estas medidas de emergencia.