×
×
Red Internacional
lid bot

África. Miles de argelinos se movilizan en un nuevo viernes de protestas

En el 22 viernes consecutivo de protestas miles de personas se movilizaron en las calles de Argel y otras ciudades, para pedir la caída del régimen y con el trasfondo de la final de la Copa de África de Fútbol.

Viernes 19 de julio de 2019 13:02

Imagen: twitter @Karimben99

Miles de argelinos se manifestaron este viernes en el centro de Argel por 22 viernes consecutivo para exigir la caída del régimen militar, en una protesta marcada por las novedades en el proceso político y la final de la Copa de África de Fútbol (CAN), que esta noche disputa Argelia contra Senegal.

La posibilidad de que los "zorros verdes del desierto" (cómo se conoce al seleccionado argelino) alcen por segunda vez en su historia un título que ganaron hace 29 años acaparó gran parte de las conversaciones en la plaza de la Grande Post de Argel, teñida como cada viernes desde hace cinco meses de banderas nacionales.

El partido, que se disputa en El Cairo, arranca a las 20.00 horas locales (19.00 GMT), por lo que muchos argelinos este viernes regresarán "más pronto a casa" y esperan volver a la calle de noche "para celebrarlo".

Los militares en el Gobierno tras la caída del expresidente Bouteflika temen que la noche de este viernes se convierta en una pesadilla si gana el seleccionado y los festejos se unen al pedido de la caída del régimen. Por este motivo redoblaron la presencia de fuerzas represivas y decidieron ampliar el despliegue hasta la madrugada. Durante la marcha de la mañana prefirieron no actuar de manera desproporcionada, como lo venían haciendo con represión y detenciones masivas, para evitar caldear el ambiente hacia la noche.

"Hoy a va a ser un día histórico para Argelia y para todos. Los jugadores están con nosotros y va a ser un mensaje muy claro", decía Salah, un joven aficionado procedente del barrio de Al Harrach y que se había acercado al centro a protestar.

A su alrededor, cientos de personas volvían a marchar como cada viernes desde el pasado 22 de febrero al grito de "queremos un estado civil y no militar, un estado civil en vez de un estado policial".

Los manifestantes corearon consignas contra del jefe del Ejército, general Ahmed Gaïd Salah, que se ha convertido en el nuevo hombre fuerte del país tras forzar en abril la renuncia del enfermo presidente Abdelaziz Bouteflika.

Desde la dimisión, Gaïd Salaha ha lanzado una campaña de "manos limpias" que ha llevado al hermano del antiguo mandatario, Said, y a dos de sus ex primeros ministros a la cárcel acusados de corrupción y otros delitos.

La campaña, que la oposición considera una "caza de brujas" azuzada por el general para afianzarse y tratar de desvincularse de un régimen del que fue pilar fundamental, ha llevado también a prisión a varios ministros, políticos, empresarios y oficiales de alto rango del Ejército.

En este ambiente, también acaparaba la conversación la polémica lista de personalidades anunciada esta semana por el Foro Civil por el Cambio, 13 miembros destacados de la política y la sociedad civil elegidos para negociar con el gobierno de transición una salida a la crisis.

La iniciativa, que fue aplaudida el jueves por el jefe del estado interino, Abdelkader Bensalah, ha creado división en el seno del movimiento de protesta (Hirak), ya que algunos consideran que no todos los propuestos cumplen con el requisito de no haber cohabitado con el régimen.

La crisis política que vive el país, y se extiende desde hace meses, se profundizó luego de que hace dos semanas concluyera el periodo interino de tres meses sin que se hayan celebrado nuevos comicios presidenciales y sin que exista aún una fecha para los mismos.

Mientras que el Ejército y el gobierno interno, afín al antiguo régimen, consideran que el mandato provisional de Bensalah sigue en vigor, los constitucionalistas recuerdan que no está especificado en la Carta Magna y que existe "un vacío de poder". La continuidad de las manifestaciones que piden la caída de todo el régimen afecta a gran parte del estáblishment político, económico y militar que convivió durante décadas con el expresidente Bouteflika y que son señalados por los manifestantes como responsables del descalabro social y económico del país.