En el marco de la crisis sanitaria del Covid-19, las autoridades piden que lavemos nuestras manos con frecuencia ¿Cómo podríamos hacerlo si en decenas de colonias populares el suministro de agua es deficiente desde hace años?
Angie Ascencio Estudiante de prepa 9 UNAM
Viernes 3 de abril de 2020
Uno de los problemas más comunes de una metrópoli del tamaño de CDMX es la falta de agua en decenas de colonias. Siempre en las de más bajos recursos, donde más hacinamiento habitacional existe y donde viven las familias trabajadoras de la ciudad. Casos famosos son colonias los de Iztapalapa, Ecatepec y Nezahualcóyotl.
En colonias como Ciudad Azteca, en Ecatepec, se reporta escasez de agua desde hace 3 años. Cientos de vecinos no ven gota de agua llegar a sus casas, ante lo cual hay que esperar las pipas que los municipios o alcaldías surten, dejando no más de mil litros por cada 6 personas, pues sólo algunos tienen para pagar pipas de servicio privado.
Menos de mil litros de agua para familias donde viven 6 o más integrantes, es una barbarie cuando, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona debe consumir en promedio 100 litros diarios de agua para satisfacer las necesidades tanto de consumo como de higiene.
Esta es una realidad latente para muchas comunidades periféricas, como son Ecatepec, Nezahualcóyotl e Iztapalapa, donde las familias trabajadoras solo podemos acceder a un poco más de 25 litros diarios por persona. Nos piden tener las medidas de higiene pertinentes frente a la pandemia con tan solo un cuarto del agua necesaria para satisfacer nuestras necesidades básicas.
Para acabar con esta realidad el Sistema de Aguas tiene que ser manejado por sus usuarios y trabajadores, reduciendo drásticamente las grandes concentraciones de aguas a los corporativos y desarrollos inmobiliarios que secan y sobre explotan los mantos acuíferos sobre los que se sitúa la capital y su área metropolitana, esto es una necesidad inmediata, pues sin esta medida millones seguirán a expensas de la crisis sanitaria que vivimos