Este martes dió inicio la huelga de las y los trabajadores de Minera Escondida, una huelga que concentra a más de 2000 trabajadores, la principal cuprífera del mundo y que rápidamente atrajo la alerta de la prensa y del mundo empresarial.
Jueves 15 de agosto
Este martes a las 8.30 horas, tras una fracasada mediación, partió la huelga de los más de 2300 trabajadores que agrupa el Sindicato Nº1 de Trabajadores de Minera Escondida, concentrando el 98,5% de los trabajadores de planta de la minera.
Los trabajadores reclaman “respetar los tiempos de descanso, mantener la actual alimentación en faena, uso efectivo de la sala de lactancia para madres trabajadoras, ajustes de bonos variables eliminación del tope de 11 años de indemnización de años de servicio, entre otros, que no fueron acogidos por la empresa”.
Así mismo, el Sindicato en un comunicado denunció como práctica antisindical el hecho de que la empresa diese a conocer a los trabajadores las tratativas de la mediación que finalmente terminó frustrada, por lo que a primera hora de este martes la huelga dio inicio.
En los medios, los primeros trascendidos fueron en torno al impacto que puede generar en la economía una huelga en una minera tan importante como Escondida, debido a que la última negociación del 2017 terminó con 44 días de paralización de la cuprífera.
Adicionalmente, la Dirección Regional del trabajo intentó realizar nuevos acercamientos entre las partes. Sin embargo, a la cita sólo llegó el sindicato, debido a que la empresa puso como condición la suspensión de la huelga y la discusión de sólo 2 puntos del petitorio.
“Uno de los mejores instrumentos colectivos de la industria”
La prensa y el mundo empresarial inmediatamente se escandalizaron reclamando los costos que la huelga puede traer para la minera, que calculan en US $30 millones diarios y un eventual impacto en el precio del cobre.
Así mismo, la patronal BHP también ha recibido amplia cobertura, llegando a declarar que la oferta presentada a los trabajadores era “uno de los mejores instrumentos colectivos de la industria”.
Sin embargo, ni la prensa ni estas declaraciones toman en consideración la producción y las utilidades obtenidas que genera la minera.
Tan solo el año 2023, Minera Escondida extrajo 1,1 millones de toneladas, es decir un 5,4% de la producción mundial de cobre, ubicándola como la principal minera del planeta. En términos de utilidades el año pasado, tan solo los primeros 9 meses del año, Minera Escondida anotó utilidades por US $1.800 millones.
La empresa está ofreciendo como Bono por término de la negociación colectiva -materia siempre polémica en el mundo minero- 25 millones de pesos (unos US $26.750 y que la empresa paga por única vez hasta la próxima negociación dentro de 3 años). Multiplicado por los socios del sindicato da una suma de US $63 millones. Esto corresponde a apenas al 3,53% de las utilidades obtenidas por la empresa en 9 meses. Esto sin considerar las utilidades por US $2.908 millones del 2022 y de los US $3.729 millones obtenidos el 2021.
Es decir que no solo son migajas para los trabajadores mineros, que son los que generan toda esta riqueza, sino que no toma en cuenta, además del extenuante sistema de turnos, la alta especialización técnica de los trabajadores y todo universo de cerca de 7 mil trabajadores y trabajadoras contratistas y subcontratistas, que entre todos forman el llamado “planeta MEL”.
Estas enormes ganancias resultan indignantes frente a las demandas de los trabajadores en huelga, contrastando además con la situación de la región de Antofagasta, cuyas comunas son todas zonas de sacrificio de un negocio minero que fuga millones al extranjero, mientras que acá nos tenemos que conformar con migajas.
Las riquezas de la minería no pueden seguir en manos privadas fugándose al exterior. Es necesario recuperar esos recursos naturales expropiando sin pago a mineras como Minera Escondida, bajo control de sus trabajadores y especialistas técnicos (ingenieros, técnicos y profesionales ambientales, etc.) junto a las comunidades, para ponerlas al servicio de mejorar la vida de la población, arreglando y construyendo escuelas y centros de salud para los sectores populares, etc.
Esta perspectiva requiere que los trabajadores, especialmente los de la minería privada, despierten como actores sociales y se involucren con los sectores populares y sus necesidades. En este sentido, esta huelga, más allá de las demandas específicas de los trabajadores de Escondida, tiene la potencialidad de empezar a despertar esta unidad y permitir desarrollar una fuerza que nos permita pelear en mejores condiciones por más que una negociación colectiva.
Para desarrollar esa perspectiva es que desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios, en Antofagasta, hemos inscrito candidaturas para las próximas elecciones municipales. Para empezar a desarrollar ideas que vayan al fondo de las principales cuestiones de la región, como lo son los negocios y las ganancias mineras que nadie se atreve a tocar ni cuestionar. Para esto estamos impulsando comandos electorales de trabajadores, mujeres y jóvenes que nos permitan buscar pelear por impulsar ideas de campaña como la que señalamos en esta nota.