La multinacional no respeta la licencia para las trabajadoras que tienen hijos en edad escolar. Ser trabajadora de limpieza en tiempos de pandemia puede ser más dañino que el virus mismo.
Sábado 28 de marzo de 2020 09:42
Reproducimos el relato de una trabajadora de planta Pacheco
Si te contara que por ser efectiva me dieron licencia hasta que pueda regresar a la escuela mi hija, te parecerá lógico. Y si te contara que por ser tercerizada de limpieza solo te dan tres días para estar con tu hijo, que también está en casa como los hijos de todas las trabajadoras porque no tienen clases ¿te parecerá lógico también?
Ser tercerizada de limpieza es complicado, tenés que guardarte todo, las opiniones, los sentimientos, la rabia, las ganas de llorar… La impotencia te invade porque sabes que se aprovechan de esto porque es lo único que tenemos para vivir y para darle de comer a ese hijo, que contradictoriamente sabes que estás poniendo en riesgo.
Pero pensás que no es tu culpa, que te obligan y pensás ¿qué puedo hacer? Y seguís y seguís… Sin que haya nadie que te escuche. Las ganas de gritar ¡basta! se contienen dentro tuyo y te lastima. Querés volverte inmune y que se vuelva inmune tu hijo, y seguís...
Llego a mi puesto de trabajo y luego de haber muleado todo el día me dicen que debo comer a la una y media, después de que almuercen todos porque parece que el virus lo trae solo el tercerizado. Pero a las dos me voy y decido no comer. Y vuelven esas ganas de gritar, de llorar, de romper todo. Y me siento caer pero pienso que tengo que tener fuerzas para volver al otro día.
Mientras espero que se haga mi horario de salida sigo pensando cómo voy a hacer cuando llegue a casa. Tengo que sacarme todo, calzado ropa y seguro voy a tener que retar nuevamente a mi hijo para que entienda que no puede saludarme, ni abrazarme hasta que me quite todo y me bañe.
Y ahí entiendo que para esta multinacional las trabajadoras y sus familias no valen nada pero que hay hijos que valen aún menos, unas van a producir galletas para los que pueden comprarlas y nosotras a limpiar la planta para que puedan producir, esa es la única diferencia.
Pero las trabajadoras tenemos que transformar nuestras fuerzas, el que nos divide es el patrón y es quien pretende mantenernos así.
La única vacuna que hoy tengo a mano es la de la unidad con mis compañeros efectivos.
Exigirles a la empresa y a nuestros representantes: ¡Ante la pandemia igualdad de derechos para todos! Porque ser trabajadora tercerizada de limpieza en tiempos de pandemia debe dejar de ser peor que el virus.