Mañana los trabajadores de Ciencia y Técnica se movilizan a la sede central del Conicet para exigir que se efectivicen los ingresos a la carrera de investigador que fueron aprobados el año pasado y hace seis meses están en espera.
Miércoles 20 de julio de 2016 16:47
De los 900 investigadores que concursaron y fueron seleccionados para el ingreso a la carrera de investigador el año pasado, solamente se han efectivizado 50 cargos. Las autoridades del CONICET mantienen con extensiones de becas y sin ninguna explicación a los 850 restantes.
Esta situación de incertidumbre y ninguneo, es un eslabón más en la larga cadena de obstáculos, atropellos y precarización que atraviesan los científicos en nuestro país. Comenzando por las dificultades que encuentran los estudiantes en las universidades para finalizar sus estudios, por ejemplo en la FCEyN de la UBA el último informe del período 2010-2013 muestra que por año egresan la mitad de los estudiantes que ingresan, sin considerar a los estudiantes que dejaron sus estudios durante el CBC.
Una vez egresados, el siguiente obstáculo es la adjudicación de una beca de doctorado en las universidades o en el CONICET. Para los que tengan la fortuna de ser elegidos, les esperan cuatro años de precarización laboral: bajos salarios, sin paritarias, y la falta de derechos laborales básicos. Los becarios de investigación, gracias a la organización y movilizaciones de los últimos años, han conquistado algunas mejoras en las condiciones de trabajo, como la obra social y la licencia de maternidad. Sin embargo, estos convenios no son explícitos ni estables, por eso bajo la consigna “Investigar es trabajar” reclaman que se les reconozca su trabajo como investigadores y que se termine este sistema de “mano de obra barata” e inestable que significan las becas de investigación.
Luego de cuatro o cinco años de precarización laboral, un nuevo obstáculo se antepone: el ingreso a carrera de investigador. En la página de CONICET publican que en los últimos 12 años la cantidad de becarios se multiplicó por 4,5 (2351 a 10573) mientras que los investigadores solamente por 2,4 (de 3694 a 8856). Estos datos no solo muestran que la inversión del kirchnerismo en ciencia vino de la mano de la precarización laboral, sino también que no todos los becarios tienen trabajo asegurado al finalizar la beca.
La falta de espacios en los laboratorios, de recursos económicos e instrumental, de espacios de articulación entre grupos de trabajo y de una planificación científica con participación democrática son las dificultades que deberán sortear los investigadores durante su carrera. Sin embargo, la experiencia que vienen realizando los estudiantes y jóvenes investigadores organizados en agrupaciones universitarias, en JCP (Jóvenes Científicos Precarizados) y en sindicatos como ATE son una muestra del camino a profundizar para cambiar esta larga cadena de dificultades, precarización y ciencia planificada a espaldas de sus protagonistas y en beneficio de los grupos económicos.
Este miércoles 21 de julio una vez más los trabajadores de ciencia y técnica estarán en las calles frente a la sede central del CONICET, en Godoy Cruz 2290, para exigir que el presidente del CONICET Alejandro Ceccatto los reciba y resuelva de modo inmediato la situación de los ingresantes a carrera.