La lista apadrinada por el gobernador Omar Gutiérrez en la interna del MPN salió derrotada, el Frente de Todos retrocede 20 puntos, y el voto de derecha crece pero se divide. Los desafíos que plantea el avance del Frente de Izquierda Unidad.
Martes 14 de septiembre de 2021 13:01
Los gobiernos nacional y provincial fueron los grandes derrotados en las PASO neuquinas. La elección, contra todos los pronósticos, mostró una participación importante: frente al 68% de asistencia media nacional, en Neuquén el 76% concurrió a las urnas.
Otra particularidad fue que, mayoritariamente, el “voto bronca” se expresó dentro de distintas listas de oposición, a derecha, a izquierda o dentro de la propia interna del oficialismo provincial, y menos como voto en blanco o nulo.
El Movimiento Popular Neuquino obtuvo un 35% de los votos, un 15% más que en las PASO de 2019. Pero la lista encabezada por María Eugenia Ferraresso, apadrinada por el actual gobernador y por su predecesor Jorge Sapag, y manejando el “aparato” del Estado provincial y la mayoría de los municipios, perdió por escaso margen frente a “Rolo” Figueroa.
El ex-vicegobernador de Omar Gutiérrez, a diferencia de la interna de 2018, esta vez sí logró imponerse en una elección que, además de garantizarle una banca en el Congreso, lo deja en carrera hacia la interna para ocupar la Casa de Gobierno en 2023.
Gutiérrez pagó el costo del ajuste de 2020 y, al igual que Alberto Fernández, de su mala gestión de la pandemia. En las urnas, pero primero en las rutas. Fueron los piquetes de las y los elefantes los que lo pusieron contra las cuerdas y se ganaron la simpatía de la inmensa mayoría de la población. La actividad hidrocarburífera se recuperó, pero la autoridad y la imagen del gobierno no. Fue tal el impacto de la lucha de salud en la provincia, que para enfrentar (y derrotar) a Gutiérrez, Figueroa fue acompañado por la médica Luciana Ortiz Luna, ex directora del SIEN, despedida por el gobernador por sus críticas a la gestión en el área salud pública, quien aportó un "plus" de votos.
El Frente de Todos pierde más votos de los que conserva. Si en las primarias de 2019 arañó el 35%, el domingo entre sus tres listas solo alcanzó el 15%. La sobrina del actual intendente de Centenario, Tanya Bertoldi, encabezará la lista en noviembre tras obtener algo más del 9% de los votos totales. El sabor más amargo lo degustó en el municipio del que es funcionaria, que la dejó en cuarto lugar. El revés también fue para el actual secretario de Energía, Darío Martínez, armador de la lista encabezada por Bertoldi junto a Oscar Parrilli. Martínez ve opacada su carrera hacia las elecciones de gobernador en 2023.
El peronismo, como sucede a nivel nacional, sufrió el principal castigo en las urnas. Neuquén fue la provincia en la que más velozmente aumentaron la pobreza, la indigencia y la desocupación durante la crisis de 2020. Pero, a pesar de los miles de millones de dólares en subsidios a las petroleras, en 2021 el descontento siguió creciendo, el poder adquisitivo del salario continuó bajando, mientras el costo de vida aumentó. Solo recuperaron algo de lo perdido en 2020 los salarios estatales tras la gran lucha de salud.
Pablo Cervi, el macrista heredero de uno de los grupos empresarios frutícolas más importantes del Alto Valle, salió airoso como el candidato que más votos recibió individualmente. Pero tampoco puede festejar tanto, al menos no alcanzó a retener el 23% de votos que obtuvo en 2019 el fallecido Horacio “Pechi” Quiroga. Posiblemente parte de ese caudal, sumado a huérfanos de Sobisch y algo de voto “anti-política” (que algunos analistas emparentan con Javier Milei) cosechó el derechista “outsider” Carlos Eguía. El Baby Etchecopar patagónico, tras el portazo de Juntos por el Cambio, presentó boleta en soledad con la Coalición Cívica - ARI.
Como un juego de imágenes, desde el domingo a la noche el gobernador Omar Gutiérrez destacó el “triunfo” del partido provincial, que sumando sus listas internas fue el más votado. Pero las leyes de la política no son las mismas que las de las matemáticas, y la derrota interna no será fácil de asimilar. La incógnita no solo es cómo se portarán esos votantes en noviembre, sino cómo serán los próximos dos años de gobierno. No porque esté en juego la gobernabilidad ininterrumpida del MPN desde 1961 (al menos sin mediar grandes acontecimientos de la lucha de clases) sino por cómo se va a definir la relación de fuerzas interna. En principio es innegable que el gobernador sale debilitado y como uno de los grandes perdedores del domingo.
El avance del Frente de Izquierda Unidad y los desafíos por delante
El Frente de Izquierda Unidad creció respecto a su caudal histórico, alcanzando un 8% a nivel provincial, con picos del 10% en los barrios populares del oeste capitalino y localidades como Cutral Co, Centenario y Plottier. Concentró casi el 90% de los votos de la izquierda (mientras que el NMAS vuelve a quedar fuera de la contienda de noviembre por no llegar al 1,5%, pagando el costo de su negativa a la unidad). La lista A integrada por los partidos fundadores del FIT (PTS, PO e IS) obtuvo en términos absolutos más votos que todo el FITU (PTS, PO, IS y MST) en las PASO 2019, a lo que se suman los votos conseguidos por la lista del MST, obteniendo los primeros más del 75% de los votos de la interna. Raul Godoy, dirigente de la gestión obrera de Zanon y dos veces diputado provincial, se reafirma como el principal referente de la izquierda en la provincia. Miles de trabajadoras y trabajadores se identifican en alguien que luego de concluir su mandato como diputado volvió a trabajar en la fábrica.
La elección del FITU expresa un reconocimiento a la izquierda que se une, y sobre todo que fue parte de cada lucha. Desde la marea verde que conquistó el derecho al aborto, hasta la defensa de los territorios por parte del pueblo mapuche. En la pandemia, la izquierda no especuló con encuestas: apoyó a bandera desplegada la pelea de los mineros de Andacollo, los camioneros de Expreso Argentino, la pelea de cientos de familias por tierra y vivienda, y más recientemente la rebelión de salud, que catalizó la bronca popular, puso en crisis al Gobierno y conmocionó la provincia con 70 días de lucha y 22 de piquetes que paralizaron Vaca Muerta.
Pero además, en un contexto de emergencia hídrica y crisis ecológica, la denuncia de la contaminación del agua, la aparición de sismos y las consecuencias ambientales del fracking, empalmó con una preocupación cada vez más extendida entre la juventud y la población en general. El FITU sostuvo en su campaña que Vaca Muerta no trajo “desarrollo”, sino saqueo, y que mientras las multinacionales la levantan en pala, el pueblo trabajador padece la falta de vivienda, de servicios, y el mal estado de la salud y la educación.
El FITU tiene un objetivo inmediato de cara a las elecciones municipales del próximo 24 octubre en Neuquén que es renovar una de sus dos bancas en el Concejo Deliberante. De sostenerse los resultados obtenidos en ciudad el pasado domingo, lo estaría consiguiendo. Pero tiene por delante una campaña difícil, sin publicidad electoral gratuita y donde más pesan los grandes aparatos electorales. A eso hay que oponerle una gran campaña militante en el terreno, poniendo en movimiento todas sus fuerzas disponibles.
Pero sobre la mesa hay otro desafío aún mayor, tanto para el FITU como para su principal partido, el PTS: consolidarse y avanzar en fuerza militante en los sindicatos, en el movimiento obrero, entre las y los trabajadores de salud, de la educación, en el movimiento de mujeres, en la lucha ambiental, en la juventud precaria y la que pelea cada día por sostener sus estudios, entre las familias sin techo y los movimientos sociales. Si los resultados obtenidos el domingo representan un triunfo táctico, este último es el desafío estratégico.
Alejo Lasa
Dirigente nacional del PTS. Coordinó, junto con Raúl Godoy y Grace López Eguía, el libro ZANON: Fábrica militante sin patrones.