Salta y Tucumán. Dos relatos. Niñez, trabajo golondrina e infantil, la cosecha de frutilla. Diferentes puntos de vista para contar el asesinato de un joven gay. "Me interesa escribir sobre situaciones límites en la vida de los seres humanos. Escenarios donde, a pesar del caos, hay momentos bellos y felices".
Viernes 29 de julio de 2022 20:18
Grimanesa Lázaro es médica. Nació en Tartagal, Salta y estudió en Tucumán. Ejerce como neuróloga en Buenos Aires. El viernes 29 de julio participó de la primer jornada del Festival Internacional de Literatura de Tucumán (FILT), que tendrá lugar los días 29, 30 y 31 de julio en el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán, San Miguel de Tucumán.
En "Niña”, una madre relata su vida con su hija Lucero, que tiene Síndrome de Down. La experiencia de criar a su hija con el padre trabajando lejos. En “Basurero”, un crimen de odio se cuenta desde diferentes puntos de vista. Personas que lo conocieron más o menos recuerdan a Jonás, mientras, se van armando pedazos de otras vidas y cómo muchos devenires de ellas se van marcando por el asesinato de Jonás, pero también por la vida de Jonás y la particularidad de cómo buscó vivirla bajo su orientación sexual.
"Es un homenaje en cierto sentido a víctimas de la impunidad en Tucumán. Transfemicidios, muertes por enfermedades curables, suicidios donde el sistema no llegó a tiempo, trata de personas. Una vez me pregunté que si me pasaba a mí con un familiar o un amigo qué haría yo con ese sentimiento de impotencia. Ahí me vi entregando poemas en la peatonal. Panfleteando a modo de protesta. Descubrí que lo que me haría sentir mejor sería la literatura y no la justicia. Es hasta anecdótico porque yo no me considero poeta" nos comenta Grimanesa sobre su primera publicación literario.
"La marcha de los jueves no era nueva en la agenda de los tucumanos" cap. 11, Basurero
LID: ¿Por qué Niña y Basurero transcurren en el Norte de nuestro país?
Grimanesa: Mi literatura por lo general se sitúa en el norte argentino que es el lugar donde nací y me crié. La vida es diferente a la del centro del país, digna de crear personajes memorables para la literatura argentina. Respalda mi idea el Festival internacional de Literatura que se celebra todos los años y es atractivo para grandes escritores argentinos de la actualidad.
En tu cuento Niña, la maternidad adolescente se presenta en todas sus contradicciones
Aunque la protagonista es una mamá cuasi adolescente en mi novela Niña encontramos diferentes tipos de madres. Hay hasta aquellas que no lo son pero cumplen el rol materno. Este concepto lo entiendo como quien te ayuda a sobrellevar lo que te tocó en la vida y vela por tu felicidad y crecimiento. No hay lugares ni situaciones perfectas para ser madre o hijos. Todos estamos afectados en este proceso bélico de la vida y cargamos con las cicatrices. En esta novela encontramos a una madre joven con una hija con características de una afección neurológica.
La cosecha de frutilla y el trabajo en negro, las largas jornadas bajo el sol, la niñez. ¿Cómo llegan ahí los personajes?
El trabajo en condiciones irregulares e injustas existe en grandes ciudades y en localidades pequeñas. Yo como neuróloga en la Ciudad de Buenos Aires tengo ofertas laborales de este tipo. Mi personaje queda expuesta a tener que trabajar en negro en la cosecha de frutilla. Debe llevar a su hija quien encuentra otros niños para jugar. El mensaje de la mamá es incluso que los cuide porque son más pequeños que ella. Lucero tiene su primer trabajo. Los trabajos siempre son interesantes en la literatura.
"El intendente hablaba poco con la gente" es una mención inicial al que será un personaje corrupto
Siento que me crié en una sociedad con mucha desigualdad social. No es tan simple culpar a la clase dirigente. Todos somos partícipes de actos de corrupción en pequeña o gran escala, pero no se puede negar que las personas que podrían hacer cambios efectivos para el bien común velan por intereses personales. Actos que son evidentes y nos sacuden el alma. Por eso en Basurero hay un capítulo hay una marcha organizada por el asesinato de Jonás.
¿Algunas cosas cambiaron para vos desde la publicación de Niña y Basurero?
Escribo desde los 7 u 8 años. Tengo guardada una producción literaria de más de diez años en mi computadora. Soy una escritora mujer, joven, del norte y que escribe prosa. Para mí era importante publicar en un país donde la cultura es centralista. Ver a Niña y Basurero en librerías es una celebración constante en mi vida. Terminé de leer hace poco “Magnetizado” de Carlos Busqued, y el capítulo que menos me interesó es el de la psiquiatra: la medicina sigue siendo menos interesante para mi para tratar la mente que las letras.
A veces la crítica opina que escribo literatura social, término que llegué a sentir hasta despectivo. No es mi objetivo. Me interesa escribir sobre situaciones límites en la vida de los seres humanos. Catástrofes económicas, culturales, de salud que sacan lo mejor y lo peor de nosotros. Escenarios donde, a pesar del caos, hay momentos bellos y felices.