Este gobierno que se llenó la boca diciendo “estudiar es un derecho”, terminó dándole la espalda a miles de estudiantes hijos de trabajadores y primera generación de universitarios que hoy estamos siendo expulsados. Pongamos en pie una fuerza que se oponga a los centros de estudiantes burocráticos y contra este gobierno que quiere arrebatarnos nuestros derechos.
Martes 8 de junio de 2021
La pandemia puso de manifiesto los problemas estructurales que tienen las universidades, los terciarios y las instituciones educativas. Estudiar hoy, con la crisis económica y social, se vuelve un privilegio para miles de jóvenes que terminan siendo expulsados. El gobierno nacional nos quiere vender el cuento de que la culpa es del virus y de la herencia recibida del gobierno de Macri. Pero esto no es así.
La realidad es que el gobierno de Fernandez ha profundizado el ajuste de Macri. Desde que asumió en 2019 pagó 6.000 millones de dólares de deuda a organismos internacionales. Para pagarle al FMI nos quitan la IFE, recortan el presupuesto de salud y educación, sacan las becas PROGRESAR a muchos jóvenes que la necesitan y reducen los presupuestos destinados a paliar las consecuencias de la violencia de género que sufren miles de mujeres. Es el gobierno que reprimió a niños y familias que no tienen vivienda, como en Guernica; el gobierno de Berni, que criminaliza a los pibes del barrio mientras hace un año fue la bonaerense la que desapareció a Facundo Castro; es el gobierno que destruye nuestro medio ambiente como en Chubut, y nos sigue echando la culpa de los contagios de COVID cuando el presupuesto en salud es una miseria.
Este gobierno sigue los planes de miseria del FMI y los empresarios a costa de nuestra educación, de nuestra salud y nuestras vidas. El resultado es la cruda realidad. En nuestros barrios somos miles de jóvenes los que laburamos muchas horas en trabajos precarios por un salario que no alcanza, otros perdieron el empleo en pandemia y están haciendo changas. Hay quienes no tienen computadora ni acceso a internet. Es así que llegamos al 70 % de pibes expulsados en los primeros años de las universidades del conurbano. La educación en vez de ser un derecho, se vuelve un privilegio. El gobierno de Fernández se llenó la boca en campaña diciendo “que estudiar es un derecho”, pero terminó dándole la espalda a miles de estudiantes que somos hijos de trabajadores y, muchos, primera generación de estudiantes universitarios que hoy estamos siendo expulsados de nuestras carreras. ¿Qué tienen para ofrecernos a nosotros, los jóvenes?
No queremos elegir más entre comer o estudiar. La organización desde abajo es el camino para enfrentar la política de ajuste de este gobierno y los planes del Fondo Monetario Internacional. La enorme juventud de Colombia y Palestina nos muestra que el camino es la lucha. Acá, en Argentina, son nuestros propios viejos los que empiezan a organizarse en sus lugares de trabajo: choferes, docentes, personal de salud, tercerizados de Edesur, aeronáuticos. También la juventud precarizada que no accede a la educación. Ni hablar los desocupados.
Tenemos que pelear por una alternativa propia como es el Frente de Izquierda Unidad, que propone romper con los planes del FMI y la deuda miserable. Nicolás del Caño y los referentes del FIT fueron los únicos que han denunciado durante todo este tiempo los planes del gobierno.
Asambleas y comités de lucha
Hace unas semanas, miles de estudiantes se hicieron sentir en las calles de CABA y La Plata, mostrando toda la bronca contra el gobierno que dejó a miles de pibes sin la beca PROGRESAR. En la UNGS, más de cien estudiantes se organizaron en asamblea a partir del descontento que hay por tantos compañeros que están siendo expulsados de la universidad y mostrándole esa bronca a su centro de estudiantes de El Puente (PJ), que lleva más de un año sin hacer nada. En la UNSAM, se puso en pie un comité de lucha para organizar la bronca que se desarrolla ahí, un espacio diferente como lo hace el CECYT, uno de los pocos centros de estudiantes en pie de lucha. También se desarrollaron en la UNPAZ mostrando que los estudiantes quieren luchar por sus derechos, como las estudiantes de enfermería que quieren ponerse en la primera línea y pelear contra la pandemia mientras las autoridades y el gobierno se los impiden. En distintos terciarios de la zona norte también se impulsaron asambleas y habrá una reunión de coordinación el próximo sábado 12 entre el ISFD 113 y el 39, para pelear no sólo por educación sino también por un IFE para todos los que se están quedando sin empleo y cargos para todos los docentes precarizados.
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Tenemos que fortalecer cada una de nuestras demandas. Por eso queremos poner nuestro periódico, La Izquierda Diario, al servicio de las luchas que tenemos los jóvenes y estudiantes. La comunidad de Izquieda Diario es, en ese sentido, nuestra punta de lanza para poder mostrar la realidad que vivimos los de abajo y que ningún otro medio cuenta. Es necesario organizar en cada lugar de estudio, una fuerza desde las bases que se una a los trabajadores. Porque los centros de estudiantes que son dirigidos por los peronistas están borrados. Esto no es casual, ya que están alineados a la política del gobierno nacional, provincial y municipal. Tenemos una pelea para que los centros estén al servicio de organizarnos por becas y computadoras, por comedores estudiantiles abiertos al pueblo, por una IFE para poder vivir. Para hacer frente al ajuste del Gobierno de Fernandez y el FMI necesitamos organizarnos desde abajo y darle fuerza a la única alternativa política que plantea que la crisis la tienen que pagar los empresarios y no nosotros, las grandes mayorías. Ese es el objetivo que perseguimos desde el Frente de Izquierda Unidad y apostamos a que miles de jóvenes acompañen y sean parte.
Pongamos en pie una fuerza que se oponga a los centros de estudiantes burocráticos y contra este gobierno que quiere arrebatarnos nuestros derechos. Porque no estamos dispuestos a tener que elegir entre un plato de comida o wifi para poder estudiar, porque no vamos a resignarnos, queremos ir por todo. Es momento de cambiar la historia y tenemos que prepararnos para eso.