
Andrea D’Atri @andreadatri | Diputada porteña PTS/FIT
Viernes 8 de mayo de 2015
En la edición de ayer, la tapa de La Izquierda Diario se hacía eco de las alarmantes cifras de femicidios y violencia contra las mujeres en Argentina, con el artículo Femicidios: la violencia que no cesa. Simultáneamente, Infobae, en su sección “Tendencias”, titulaba Femicidios: cómo detectar a los que matan por amor.
El título de Infobae causó revuelo y repudio en la Red Informativa de Mujeres de Argentina (RIMA), como también en las redes sociales. No fueron pocos los y las periodistas que repudiaron en sus cuentas de Twitter la operación ideológica de relacionar los crímenes de mujeres con el amor.
Ya llevamos muchos años exigiendo, en el mundo de las comunicaciones, que se designe a los femicidios como lo que verdaderamente son, es decir, como violencia de género y no como crímenes pasionales, según la jerga que solía usar el periodismo especializado en policiales.
Quizás fueron menos las voces que se alzaron no sólo contra el título, sino también contra el contenido del artículo de Infobae.
En La Izquierda Diario hicimos hincapié en señalar que la violencia machista individual, perpetrada por un particular contra una mujer singular, no puede comprenderse sino como el eslabón letal de una larga cadena de violencias (sociales, políticas, culturales, económicas, psicológicas, etc.) contra las mujeres, que nos constituyen históricamente como un grupo social subordinado, oprimido. Por el contrario, el artículo de Infobae pretende explicar los crímenes “por amor”, como una anomalía, casi como una psicopatología, “la locura que puede desatar el (des)amor”. Lamentablemente, las cifras de una mujer asesinada cada 30 horas nos obliga a reflexionar que la violencia contra las mujeres más que la obra de algún loco (de un ser que, excepcionalmente, escapa a la “norma”), es estructural a este régimen social.
Tan estructural y naturalizado, como la existencia de la propiedad privada. Y esta no es una metáfora de la que echamos mano porque somos marxistas, sino porque justamente, la violencia contra una mujer es un mensaje disciplinador para el colectivo de las mujeres, que señala quiénes son, en esta sociedad, los sujetos propietarios y quiénes los objetos a ser poseídos. Tan poseídos, tan objetos de otro, que hasta nuestras vidas pueden ser segadas por el dueño.
Por suerte, el título de Infobae hizo cierto ruido y causó rechazo en amplios sectores. Porque, al mismo tiempo, aparecía el cadáver de otra mujer y el tema volvía a ocupar el prime time de las pantallas de televisión.
Mientras en las redes sociales, se repudiaba el amarillismo del título improcedente, en los programas de la farándula, como Intrusos, daban espacio a una desbordada Laura Miller que, entre lágrimas y pedidos de auxilio, confesaba haber sido víctima de violencia de género y, compitiendo en el mismo horario, en el magazine de Canal 13, Nazarena Vélez hacía lo propio.
Agradecemos a las y los periodistas de Canal 13, Página/12, Diario Popular, América TV, Clarín, La Nación y distintas radios, como también a las personas destacadas por su labor por los derechos de las mujeres, que ayer replicaron a través de sus redes sociales, el artículo de La Izquierda Diario, permitiendo que éste fuera leído por centenares de miles de personas a las que nos hubiera resultado más difícil llegar si no fuera por su generosa y desinteresada difusión.

Andrea D’Atri
Diputada porteña del PTS/Frente de Izquierda. Nació en Buenos Aires. Se especializó en Estudios de la Mujer, dedicándose a la docencia, la investigación y la comunicación. Es dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Con una reconocida militancia en el movimiento de mujeres, en 2003 fundó la agrupación Pan y Rosas de Argentina, que también tiene presencia en Chile, Brasil, México, Bolivia, Uruguay, Perú, Costa Rica, Venezuela, EE.UU., Estado Español, Francia, Alemania e Italia. Ha dictado conferencias y seminarios en América Latina y Europa. Es autora de Pan y Rosas. (…)