Compartimos algunas reflexiones sobre la Asamblea Universitaria y las movilizaciones en Córdoba.
Jueves 15 de diciembre de 2016
A las 3am cientos de compañeros y compañeras se despertaban para salir a la calle. Algunos ni siquiera habíamos dormido. Todos sabíamos que después de meses de reuniones y asambleas, de movilizaciones, interrupciones del consejo superior y tomas se venía el día decisivo. A pesar de ser 15 de diciembre, fuimos cientos para impedir el avance de los empresarios en la UNC.
La pelea era difícil: el rectorado de Juri, que no cuenta con estudiantes que lo apoyen, si contaba con los recursos para llamar a una Asamblea Universitaria en 3 lugares distintos, en 3 puntos alejados de la ciudad. Por eso la organización previa fue mucha: delegaciones de cientos de estudiantes fueron a cada uno de esos lugares y a las 4 de la mañana se empezaban a armar los piquetes en el camino a Toledo y predio Ferial y la ocupación del auditorio del hospital de Clínicas de barrio Alberdi. Ese mítico barrio estaba nuevamente "ocupado" por los estudiantes herederos de la reforma y el cordobazo.
La primera pelea se dio en el campus de la Facultad de Ciencias Agropecuarias camino a Toledo, a 25km de la ciudad. El oficialismo intentó ocupar el espacio con una patota pero no pudieron. El cordón de seguridad de los estudiantes fue más fuerte y se tuvieron que retirar. El primer intento de imponer la asamblea universitaria por la fuerza fue derrotado.
El oficialismo sabía que el hospital de clínicas iba a ser imposible con más de 200 estudiantes ocupándolo. Por eso se jugaron todo al predio Feriar, donde tres piquetes estaban bloqueando los distintos accesos. Jugarse todo no es para los radicales movilizar estudiantes, porque no pueden. Para ellos fue montar un operativo policial inédito en los últimos años. Infantería, carros hidrantes, caballería. Todo preparado para reprimir estudiantes. Como hace 6 años en aquella histórica lucha estudiantil, Schiaretti brindaba la policía para la represión a los jóvenes. Transcurría el tiempo y el oficialismo tuvo que recurrir a distintas maniobras para acceder al predio: los piquetes estaban firmes. Los consejeros del oficialismo empezaron a llegar en móviles policiales y tuvieron que improvisar una cuarta entrada mediante el camino inter-countries para entrar al predio. Sólo así lograron el quórum y la asamblea fraudulenta. Fue fraudulenta porque una vez adentro del pabellón no nos dejaron entrar a los consejeros opositores. La asamblea universitaria sesionó 5 minutos.
Este gran operativo policial sólo se explica por la gran movilización estudiantil y su predisposición para evitar la "contrarreforma". Mientras afuera cantábamos que la educación pública no se vende, adentro cantaban "si se puede".
Con esta asamblea ilegal e ilegítima se logró, por parte del oficialismo, aprobar su proyecto de reforma en la elección de autoridades que ahora es directa con ponderación por claustro. Pero lo que muchos medios ocultaron, fue lo que unificó a los cientos de estudiantes que nos movilizamos: que detrás de la pelea entre los radicales y los kirchneristas por las cuotas de poder en la universidad, se quería avanzar en que los empresarios tengan voto en el Consejo Superior. El repudio generado en meses de campaña y movilización logró evitar que esto se concrete. Si bien podrán "asesorar" al rector y al Consejo Superior, la intención de que decidan sobre la educación no se pudo lograr y es muy importante que hayamos derrotado este avance.
Allá por mayo iniciamos una gran campaña en contra de los empresarios. En medio de las elecciones estudiantiles, alzamos nuestra voz contra este proyecto sin ningún cálculo electoralista. Seguimos mes a mes luchando, logrando que se haga un plebiscito en la Facultad de Filosofía y Humanidades donde el 70% de los estudiantes se expresaron en contra de esta reforma reaccionaria. Por otro lado, estudiantes del colegio preuniversitario Manuel Belgrano dieron un gran ejemplo: a pesar de que la conducción del Centro de Estudiantes kirchnerista quiso resolver la participación del colegio entre cuatro paredes, desde la oposición agrupada en "La Chispa", se convocó a masivas asambleas donde se votó en contra de la incorporación de empresarios y por la representación de estudiantes y docentes del Belgrano y el Monserrat en el Consejo Superior.
Como muchos de ustedes que están leyendo estas líneas, pesa el cansancio de esta gran lucha que dimos. Pero es tiempo, también, de sacar algunas conclusiones. Todo el esfuerzo y las energías desplegadas en estas semanas nos demostraron la gran fuerza que tenemos cuando nos organizamos desde abajo, en asamblea, y nos movilizamos. Las distintas instancias de autoorganización fue donde todos los compañeros y compañeras se ponían al tanto de lo que estaba pasando, donde intervenían decenas de estudiantes no agrupados planteando posiciones y mociones. Fue lo que logró actuar con un solo puño contra el rectorado.
Pero muchos se dieron cuenta que esas energías desplegadas en la lucha pueden ser obstaculizadas. Tanto La Bisagra como La Mella buscaron todas las formas para que este proceso no se desarrolle: luego de negociar durante meses entre cuatro paredes con la gestión, se dieron cuenta que no había un acuerdo en la mesa chica y se sumaron a la lucha, pero sólo para que sea una presión para negociar mejor el mecanismo de elecciones. Constantemente intentaron que las asambleas dejen de existir y resolver todo en la "Coordinadora". La "coordinadora" fue la respuesta a dos problemas: por un lado fue la oposición a que los estudiantes deliberen y decidan; por otro, a que no se haga evidente que la FUC "del cordobazo" no jugó ningún rol, porque la presidencia en manos de la agrupación SUR estuvo del lado de la gestión. También quisieron imponer que en las mesas de negociación con el rectorado sólo vayan ellos y luego no se informaban las discusiones. Fueron muchas las maniobras, pero muchas las respuestas. Nosotros aportamos haciendo fuerte un polo independiente en la lucha: "La Trinchera" - que nació como un frente en las pasadas elecciones estudiantiles -, no fue sólo un frente electoral. Distintas agrupaciones de izquierda y estudiantes no agrupados actuamos en común para que se desarrollen las asambleas y para que todos y todas podamos ser parte de las decisiones. No era para menos, hace meses que venimos luchando y no íbamos a permitir que este proceso sea abortado por el kirchnerismo universitario.
La lucha sigue, tenemos que partir de estas lecciones pero también de puntos de apoyo. Lo que quisieron imponer en un principio, no lo lograron. Muchos compañeros y compañeras hoy no se vuelven a sus casas sin más. Saben de la fuerza que podemos desplegar para frenar los avances de la derecha en la UNC. Para frenar los ataques a la educación pública. Esta lucha fue testigo, la experiencia de cientos de estudiantes fue concreta. De esta experiencia tenemos que partir para las peleas que se vienen, este es el camino que al que apostamos desde la Juventud del PTS.