Se conoce un nuevo caso de colusión, el de las empresas papeleras. Los empresarios se enriquecen a costa del pueblo, aumentando los precios. No es un caso aislado. Se suma a la colusión de las farmacias y los pollos. A los casos de corrupción que se investigan, como los de Corpesca, Penta, SQM, o Caval.
Nicolás Miranda Comité de Redacción
Jueves 29 de octubre de 2015
Una conspiración contra el pueblo
De un lado, Jorge Morel Bulicic, gerente general de la empresa golpista CMPC, “la Papelera”, de los Matte. Los mismos que hoy hacen desfilar a sus parlamentarios y funcionarios por el CEP para que rindan cuentas, realizan la “madre de todas las encuestas” para establecer su agenda, desde sus escuelas rechazan la reforma educacional.
Del otro lado, la ex empresa Pisa, actual SCA Chile, que era propiedad del ministro de Deportes del Gobierno de Piñera, Gabriel Ruiz Tagle.
La Fiscalía Nacional Económica presentó ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia un requerimiento contra CMPC Tissue y SCA Chile (ex Pisa) por haber creado en el año 2000 y en funcionamiento hasta el 2011, un cartel para asignarse cuotas de mercado y fijar precios de venta de productos de papeles tissue como servilletas, toallas de papel, pañuelos desechables y papel higiénico. Lo hicieron para evitar la entrada de la competencia de Walmart con sus productos de marca Acuenta. Con este acuerdo, cada empresa habría ganado 23 millones de dólares. La sanción fiscal totalizaría en total 15 millones de dólares, menos de la mitad del total de lo que se apropiaron.
El organismo descubrió todo un mecanismo conspirativo, dando a conocer que habrían realizado reuniones en el restaurante del Club Las Brisas de Chicureo. También en un cuartel de Bomberos conocido como la Bomba Alemana. Así que, confirmando el carácter de conspiración contra el pueblo, habrían llamado a esta operación "Bomba". Diseñaron mecanismos para evitar dejar rastros: de las reuniones y contactos por correos electrónicos, pasaron al uso de teléfonos de prepago, a impresos enviados a sus domicilios y presentados como participaciones de matrimonios, finalmente, se deshicieron de computadores botándolos al canal San Carlos de Santiago.
Autodenuncia y la lealtad de los empresarios
Conocida la investigación de oficio iniciada en diciembre del 2014, CMPC en marzo de este año se autodenunció para ampararse en la delación compensada reconociendo los hechos.
En un comunicado, expresaron que es algo que “atenta contra todas nuestras políticas corporativas”.
Pero no se quedaron allí. Le harán pagar los platos rotos a uno de sus gerentes y otros funcionarios de la empresa, determinando, entre otros puntos que solicitaron la renuncia del Gerente General de CMPC Tissue S.A., y desvincularon de sus cargos a otros altos ejecutivos que tuvieron un rol determinante en los hechos.
Con despidos o sin despidos, con multas o sin multas, nada cambiará en lo que es una práctica habitual de las empresas, que continuará. La única salida ante estas conspiraciones de los empresarios contra el pueblo, es estatizarlas bajo control de sus trabajadores.