El sábado 7, en la Facultad de Psicología, fue electo el radical Martín López Armengol, como sucesor de Fernando Tauber en la presidencia de la UNLP, con los votos del arco político desde Patria Grande, la JUP, La Cámpora hasta la Franja Morada. La izquierda rechazó la elección con un polo independiente.
Lunes 9 de mayo de 2022 15:00
Una asamblea antidemocrática para votar un modelo de Universidad para pocos
La Asamblea Universitaria que se realizó con el fin de votar un nuevo Presidente de la UNLP, tuvo un solo candidato: Martín López Armengol. Si miramos su trayectoria, encontramos que es Licenciado en Administración de Empresas, especialista en Marketing, y Magíster en Dirección de Empresas con orientación en Marketing (UADE). Dime quién eres y te diré qué proyecto de Universidad defiendes. Dejan nuestra educación en manos de un asesor de empresas, formado en la Universidad privada: quieren convertirla en un negocio.
Esto mismo se expresó ayer en el día de la votación. LLenaron el ex-Bim 3 de pantallas LED y parlantes, sirvieron un almuerzo de lujo, gastaron fortunas en su fiesta y después dicen que no hay plata para becas. Como planteó Sofi, militante de Tesis XI: “No queríamos dejar de denunciar este show, todo este acting, esta es la fiesta a la que nunca nos van a invitar porque estos tipos vienen hace años sosteniendo a Tauber que es profesional en aplicar el ajuste de los gobiernos.”
La llamada Asamblea Universitaria poco tiene de asamblea. Se quiere dar una idea de debate cuando en realidad se trata de negociaciones por cargos. Para las autoridades esto es un trámite, y por eso definieron la realización de las elecciones de todos los claustros (estudiantes, graduados, docentes y no docentes) a días del inicio de clases, con el único objetivo de renovar los mandatos de los consejeros. Quienes conducen la FULP y el conjunto de los centros, aceptaron sin chistar los deseos del alabado ex Presidente Fernando Tauber.
Según los estatutos, la Asamblea Universitaria es el órgano de cogobierno de la UNLP, y debería ser un espacio donde estudiantes, graduados, docentes y no docentes tengan voz y voto ¿Pero cómo funciona en la realidad? ¿Por qué si es el órgano supremo donde se toman todas las decisiones respecto a nuestra educación nadie sabe de su existencia?
En primer lugar, porque el conjunto de los estudiantes no contamos ni con voz ni con voto. Los únicos que pueden hacerlo son los consejeros estudiantiles. Y hay otra trampa: los estudiantes somos la inmensa mayoría de las personas en la Universidad, pero tenemos una representación muy minoritaria y subordinada a las camarillas profesorales.
Asimismo los no docentes, cuyo trabajo se encuentra totalmente precarizado por parte de la UNLP, tampoco cuentan con una representación acorde. En el caso de los docentes, los votos se concentran en los titulares o adjuntos concursados (que son una ínfima minoría), mientras que el resto de los docentes tienen una representación mínima en el claustro de graduados, dejando incluso fuera a cientos de docentes ad-honorem (es decir, lxs trabajadorxs a lxs que no les pagan).
Por eso, nuestro planteo para democratizar la Universidad se basa en pelear por la mayoría estudiantil en los Consejos y en la Asamblea Universitaria, y para que el método de votación sea un estudiante - un voto. No la actual representación indirecta, que vuelve a los grandes asuntos de nuestra educación algo ajenos a la mayoría de los estudiantes. Peleamos para que haya claustro único docente, y porque se acaben las categorías de docentes “de primera” y “de segunda”.
Para avanzar con un modelo de universidad contrario de lo que necesitamos el conjunto de la comunidad educativa, precisan de un modelo profundamente antidemocrático que defina su orientación a espaldas de los miles que la transitamos día a día. Peleamos por democratizar la Universidad para transformar su orientación.
Una Universidad donde ingresan muchos pero se reciben pocos
Lopez Armengol fue el candidato elegido para continuar las mismas políticas de la gestión de Fernando Tauber, quien venía aplicando en la universidad el recorte del presupuesto educativo gobierno tras gobierno. El propio Armengol planteó en el discurso del sábado que su gestión es una “continuidad con un modelo de Universidad que nos incluye a todos”. El incluir a todos significa que engloba al radicalismo con la Franja Morada, hasta las distintas variantes del peronismo en un mismo proyecto de Universidad. El cambio que se produjo en el día de ayer consiste en que los que mantendrán mayor influencia en la “mesa chica” del Rectorado serán La Franja Morada y La Cámpora. Mientras los primeros continúan con el lugar que ya contaban, el cambio se produce en la vicepresidencia institucional quedando en manos de Andrea Varela, decana saliente de la Facultad de Periodismo, reemplazando a Marcos Actis decano de Ingeniería. Quedando así desplazado de la mesa chica el sector del peronismo que se referencia con el albertismo.
Sin embargo, para apoyar este proyecto no hay grietas. Su modelo de Universidad es aceptar un presupuesto a la baja, precarizar a los docentes y no docentes, no brindar becas y la ayuda económica necesaria para los estudiantes, y no brindar bandas horarias para quienes trabajan. En suma, un modelo para que ingresen muchos pero que se reciban pocos. Fomentan así una idea de "sálvese quien pueda", individualismo y meritocracia macrista al palo en la universidad pública. Su política es deliberada: esperar a que la deserción haga que sigan los que puedan, en un país donde la juventud no llega a fin de mes, o hace malabares para poder estudiar y trabajar.
Este modelo para pocos, también se rige con una orientación que está cada día más lejos de las necesidades populares. Por el contrario, vienen manteniendo un modelo de Universidad orientado a realizar acuerdos con empresas. Ahora con un nuevo candidato radical que va profundizar los grandes negociados de la UNLP con privados, y convenios con grandes empresas extractivistas y precarizadoras.
Mientras tanto, ante situaciones terribles como lo sucedido en el Barrio Cabezas hace un mes, cuando tres niñes murieron prendidos fuego por las condiciones de precariedad de la vida y la pobreza que afecta a millones, la UNLP no solo no pusieron a disposición de las familias todos los recursos materiales ni garantizaron la asistencia psicológica que reclaman, sino que fueron incapaces de siquiera pronunciarse públicamente.
Quieren sostener una Universidad para pocos, donde cada uno se salve solo, y orientan nuestra educación para los requerimientos del mercado. Contra este modelo peleamos por una Universidad donde todos puedan estudiar, que los hijos de los trabajadores puedan permanecer y egresar y que nuestra formación esté orientada a los intereses de la mayoría de la población.
Integración a un régimen cada vez más podrido
La elección del nuevo Presidente de la UNLP, López Armengol, contó con el apoyo de todas las agrupaciones estudiantiles a excepción de la izquierda.
No nos sorprende de la Franja Morada, que fue parte del Gobierno de Cambiemos, que destrozó la educación pública. Son el brazo estudiantil de la derecha en la Universidad, y tienen como lema la meritocracia en la educación, lo que esconden en un discurso de defensa de la educación pública. Tan poco les importa realmente la educación pública, que ni siquiera supieron escribir bien la frase en una bandera que pasearon por todo el Ex-BIM 3. Además, deberían lavarse la boca antes de hablar del manifiesto liminar, que condensa mucho del proceso por la Reforma de 1918. Hasta en eso la Franja le baja el precio, cuando usan la frase “Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten” no pueden completarla con “estamos pisando sobre una revolución”.
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Pero tampoco sorprende, a esta altura, los votos positivos de todo el peronismo. Ya que son los que vienen abriendo paso a la derecha en la Universidad en todos los terrenos, votando en conjunto autoridades por facultad luego de haberse dedicado en toda la elección estudiantil a discutir únicamente la gestión de los servicios, lo que dejó como resultado un avance de la Franja Morada.
La votación a favor de un nuevo Presidente radical fue una muestra de unidad y de integración a un régimen y una gestión cada vez más podridos. En la asamblea autoconvocada en Psicología, frente a la moción de que los Consejeros estudiantiles votaran en contra de Lopez Armengol: la Franja Morada votó en contra, y Utopía (parte de la conducción de la FULP), se abstuvo. La moción fue aprobada por amplia mayoría, y desconocieron este mandato.
El accionar del Miles se corresponde con la política del conjunto de la Federación Universitaria de La Plata que apoyó al Presidente radical sin realizar ninguna asamblea hacia el conjunto de los estudiantes.
Mención aparte merece la política de La Mella, que en el 2018 en la última Asamblea Universitaria, habían dado un salto importante votando a Tauber y negociando su integración al rectorado. Su derrotero de integración al kirchnerismo había terminado en dar un paso más, sumándose a cogobernar la UNLP con el radicalismo. Su orientación en la universidad se convirtió desde entonces en la disputa de cargos en el rectorado, que los lleva a defender un modelo de universidad que como vimos, deja cada día más compañerxs fuera de las aulas. Esta política es la que hoy los lleva a votar un Presidente radical.
En este marco, cuatro años después, lxs consejerxs de La Mella - Patria Grande, se la pasaron sacándole responsabilidad al Gobierno Nacional de la situación del país y de nuestra educación. Según el Consejero Estudiantil por la Facultad de Económicas, solo sucedieron dos catástrofes: “el descalabro económico producido por el gobierno de Mauricio Macri (...) que nos deja una deuda externa ilegítima, que no paso por el congreso, que fue para financiar la campaña de cambiemos, y de la cual el pueblo no vio un centavo.” Y “los últimos dos años marcados por la pandemia, en los que no hemos podido resolver estos problemas".
Pero no dicen que la primera catástrofe encuentra completa continuidad en los tarifazos que anuncia el Gobierno de Alberto y Cristina, en el pacto con el FMI que legitima la fiesta y la estafa de Macri, y en la pobreza y la precarización que incrementan cada día mientras sigue la inflación y la fuga de los que se la llevan en pala. Siguen ganando los mismos que con Cambiemos, mientras con la pandemia justifican el ajuste, la clase trabajadora se queda cada vez con una porción más chica de la torta.
La Mella como conducción de la Federación habla de una Universidad para el pueblo, y se atribuye en sus discursos la vuelta del comedor, del albergue y la implementación del boleto, que empezó a aplicarse con muchos límites como los requisitos académicos, un monto bajo y la discriminación a terciarios, docentes y no docentes. Estos derechos son defendidos y peleados desde hace décadas por el movimiento estudiantil. Por eso los recuperamos hoy, porque hace años estamos en las calles, con o a pesar de la Federación, según soplen sus vientos. No tienen cara para atribuirse los derechos, cuando lo que hacen es negociar entre cuatro paredes. ¿De qué universidad al servicio de las mayorías pueden hablar los que le tiran la alfombra roja a la derecha privatista para que siga avanzando en el rectorado, a cambio de algunos cargos? ¿De qué permanencia pueden hablar los que encubrieron los números de deserción durante la pandemia para lavarle la cara a Tauber y a los decanos de las facultades? ¿De qué lucha pueden hablar los que buscan que miles de estudiantes depositen sus expectativas en un pliego de demandas para presentarle al derechista con Máster en marketing, López Armengol, esperando que las cumpla?
Le lavaron la cara durante toda la Asamblea al ex Presidente de la UNLP, Fernando Tauber, diciendo que con sus políticas se abonó a la permanencia. Extraño balance de una universidad que durante la pandemia fue incapaz de siquiera garantizar conectividad y dispositivos.
La consejera de La Mella por la federación dijo que son “La FULP del campo nacional y popular. Defendimos la educación pública de los recortes de Macri y Cambiemos de la cual la Franja Morada es parte. Son parte del gobierno que endeudó a 10 generaciones con una deuda ilegítima que ataca la educación pública en todos sus niveles”. Uno podría desprender de los discursos de quienes conducen la Federación que la conclusión que plantean, entonces, sería enfrentar activamente el avance de la Franja Morada y la derecha en la UNLP. Pero no, es una lavada de cara para la tribuna, porque cuando llega el momento, votan a los radicales que tanto dicen enfrentar. También son los que boicotean los espacios asamblearios en las facultades, y cortan el micrófono en las radios abiertas de las movilizaciones para que no hable la izquierda.
La política de Patria Grande en la Universidad es la integración al Rectorado de la UNLP para repartirse cargos junto con la Franja Morada, apoyar a un modelo cada vez más podrido con un Presidente que está formado para administrar empresas, y su defensa a un gobierno que viene ajustando las condiciones de vida de millones. Es una política que lejos de organizar a lxs estudiantes para conquistar nuestras demandas y construir una “Universidad para el pueblo”, negocia cargos mientras se fortalece un régimen universitario para pocos y orientado al mercado.
Un gran polo de izquierda independiente de las autoridades y el Gobierno
La única voz disonante en la elección de Lopez Armengol, provino de las agrupaciones de izquierda.
Desde la Juventud del PTS junto con el Partido Obrero, MST, Izquierda Socialista, Nuevo MAS, CAUCE, y Agite participamos de la concentración y radio abierta para rechazar la elección, mostrando un polo centrado en la independencia política de los gobiernos y las autoridades.
Rechazando una elección totalmente antidemocrática para perpetuar un régimen que garantiza que la educación sea para pocos. Planteamos la necesidad de realizar asambleas en cada facultad para debatir un plan de lucha serio para enfrentar el ajuste en la educación y en nuestras condiciones de vida. Tenemos una pelea para poner de pie al movimiento estudiantil por todas nuestras demandas y que no haya ni un estudiante afuera: necesitamos becas integrales, aumento de los montos de las becas existentes, implementación del boleto educativo gratuito sin restricciones, jardines paterno-maternales, bandas horarias con presupuesto para aumentar el plantel docente.
Peleamos por democratizar la Universidad para transformarla de raíz, finalizar con los cargos ejecutivos que existen para mantener una educación elitista, poner en pie una organización desde abajo, un verdadero cogobierno, donde la inmensa mayoría estudiantil podamos decidir qué hacer junto al resto de los claustros, de forma independiente de intereses mercantiles.
Los estudiantes queremos debatir qué tipo de Universidad queremos, rechazamos el modelo LES que elitiza y mercantiliza nuestra educación, por el contrario peleamos por una Universidad donde los hijos de los trabajadores puedan ingresar, permanecer y recibirse, y donde los conocimientos esten puestos en función de los sectores populares. En el acto Sofi, militante de la juventud del PTS, planteó que “Peleamos por una Universidad donde entren los trabajadores, donde todos podamos acceder, donde todos los pibes tengan derechos a la educación, donde nuestros conocimientos sean puestos en función de las necesidades sociales. Una Universidad democrática, que no sea este régimen que deja por fuera a miles de estudiantes de las decisiones. Para eso hay que plantearse de manera independiente de las autoridades, del gobierno y la oposición, y fortalecer la organización de los de abajo junto a la izquierda.”
Apostamos a construir una oposición al avance de la Franja Morada y el radicalismo en todos los ámbitos de la UNLP, que solo podrá llevarse adelante sobre la base de la independencia política, en una lucha política abierta con las conducciones peronistas que despolitizan y desmovilizan al movimiento estudiantil. Peleamos por recuperar los Centros de Estudiantes hoy en manos tanto de peronistas como de radicales, que miran para otro lado frente a la crisis y ajuste que golpean sobre la realidad de millones, para recuperar los centros que hoy las variantes del régimen mantienen paralizados y poner así al movimiento estudiantil de pie.
Tenemos una pelea por transformar la Universidad democratizando sus órganos de gobierno, y revolucionando su orientación social. A la vez que fortalecemos la unidad con los sectores populares, los trabajadores, las luchas que hoy protagonizan las mujeres, y la juventud en defensa del ambiente, para no sólo transformar la Universidad sino también transformar la sociedad y torcer el rumbo en esta crisis.