En 48 horas fueron asesinadas ocho mujeres. Los feminicidios en Oaxaca van en alarmante aumento, así como el nivel de saña en contra de los cuerpos de las mujeres.
Lunes 12 de junio de 2017
Organizaciones feministas y de derechos humanos alertan sobre el aumento de feminicidios en Oaxaca, en el marco de una ola de violencia provocada por conflictos agrarios y pugnas políticas en la entidad. Afirman que la situación es crítica, comparable a la de países en guerra y lugares donde hay colusión del Estado y el narcotráfico.
Según Anabel López Sánchez -feminista e integrante del Colectivo por la Ciudadanía de las Mujeres-, hay una crisis de proporciones inimaginables. En zonas de guerra o conflicto las mujeres son más vulnerables a todo acto de violencia, así como a la utilización de sus cuerpos como instrumento de venganza o terror en la población. Así lo explica la feminista oaxaqueña, que ha sido sujeto de una campaña de deslegitimación debido a su trabajo político y en plena oleada de violencia feminicida.
En Oaxaca los asesinatos de mujeres van en aumento, así como el nivel de saña en sus cuerpos. La violencia extrema contra las oaxaqueñas dan cuenta de la barbarie e impunidad que se vive en el estado y que es solapada por el gobierno estatal.
Oaxaca es parte de las diez entidades en donde se concentran el 65% del total de los casos de feminicidio en México. En los últimos 18 años bajo los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido de la Revolución Democrática (PRD), se registraron 1,291 asesinatos de mujeres, de los cuales la mayoría permanecen impunes.
Tan sólo en la primera semana de junio se contabilizan más de ocho muertes violentas de mujeres. En los seis meses de gobierno de Alejandro Murat, se han registrado 58 asesinatos de mujeres. Sin embargo la Fiscalía General de Justicia del Estado sólo ha investigado 21 de estos crímenes como feminicidios y el resto como homicidios calificados, homicidios dolosos y suicidios.
¿Una salida institucional para frenar la violencia feminicida?
Ante el cuestionamiento nacional por la violencia feminicida en Oaxaca, el gobierno de Murat instaló un Comité de Análisis del Protocolo para investigar Delitos de Feminicidio. Por su parte, Hilda Pérez Luis diputada local del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), llamó a declarar la Alerta por Violencia de Género en Oaxaca.
Frente al clima de violencia extrema contra las mujeres, organizaciones de derechos humanos, civiles y feministas denuncian la omisión y complicidad del gobierno estatal de Alejandro Murat y se declaran en alerta máxima frente al aumento de feminicidios en las últimas semanas.
El antecedente directo de la Alerta de Género es el Estado de México, conocido internacionalmente por los casos de feminicidio.
Desde 2015 ésta fue declarada en 11 municipios del estado. A pesar de contar con gran presupuesto y el enfoque de género implementado en los protocolos para erradicar la violencia contras las mujeres, los casos de feminicidio lejos de disminuir continúan en aumento.
Tan sólo en 2016 fueron asesinadas 263 mujeres según el Observatorio Ciudadano Nacional contra el Feminicidio, lo cual demuestra la impotencia del mecanismo institucional para frenar la violencia feminicida. Y es que las lógicas punitivas e individualistas impulsadas desde el gobierno, lejos de erradicar la violencia feminicida, fortalecen el aparato represivo de un Estado cuya naturaleza es machista y patriarcal.
Frente a la escalada de violencia y feminicidios en Oaxaca y el resto del país, las mujeres no podemos seguir confiando en el Estado y sus instituciones.
Desde la Agrupación de mujeres Pan y Rosas consideramos que la justicia no vendrá de un Estado que tiene inscrito en sus instituciones la misoginia, impunidad y corrupción, sino de un potente y masivo movimiento de mujeres en las calles que cuestione la violencia estructural que sufrimos a diario.
Ante el recrudecimiento de la violencia feminicida, urge que el Magisterio Oaxaqueño encabezado por la Sección XXII de la CNTE -protagonista de grandes luchas y resistencias de la clase obrera mexicana y cuyas principales protagonistas son las valientes maestras-, se ponga al frente de la lucha contra la violencia hacia las mujeres.
Sólo una firme alianza entre el movimiento de mujeres, los trabajadores y el resto del pueblo pobre y explotado, podrá ponerle un alto a la violencia machista y feminicida que se vive en Oaxaca y el resto del país.