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Red Internacional
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Teoría. Origen de la opresión a las mujeres

Para el marxismo, la opresión a las mujeres tiene un origen histórico y social. Surgió junto con el desarrollo de la propiedad privada, cuando se relegó a la mujer al ámbito privado, subordinándola al poder masculino. Pero, ¿cómo se llega a esta situación?

Martes 18 de julio de 2017

En un primer momento, durante el llamado comunismo primitivo, la producción estaba destinada únicamente para el consumo y mantenimiento de la comunidad.

Aún no habían desarrollado gran dominio sobre la naturaleza, y las actividades de caza, pesca, recolección, y fabricación de herramientas incluían a todos los miembros de la comunidad.

Sin embargo, estas actividades ya representaban una primera división sexual del trabajo porque debido a los ciclos menstruales -que detectaban los animales durante la caza- y los embarazos las mujeres no podían dedicarse de lleno a las actividades como la caza o la pesca, entonces realizaban las actividades más sedentarias como la recolección, la crianza comunitaria de los niños, elaboración de alimentos, alfarería, entre otras cosas.

Durante este primer estadio de la sociedad, las mujeres eran muy estimadas debido al misterio que generaba su capacidad de procrear, ya que permitía la reproducción de la nueva generación de la comunidad, es por esto que la forma de organización genealógica era matrilineal, es decir, que las líneas de parentesco se establecían a partir de la línea sanguínea materna, ya que las mujeres eran las únicas que podían saber quiénes eran sus hijos.

Con el desarrollo de la agricultura, la domesticación de animales y otras formas de producción, la sociedad se transformó de recolectora a productora, las comunidades se volvieron más sedentarias, y se produjo una mayor división social del trabajo entre los seres humanos.

Este desarrollo en la producción permitió que se generara un excedente, y la acumulación de ese sobrante, el monopolio de las armas por parte de los hombres adultos y el confinamiento de las mujeres a las tareas reproductivas, llevaron al surgimiento de un nuevo sistema para la reproducción.

Un sistema basado en el intercambio pacífico de mujeres entre las tribus, entonces la progenie de la mujer extranjera se integrará a la nueva comunidad, por lo tanto se intercambia la línea materna por la línea paterna. Aquí comienza a establecerse el patriarcado como el sistema de relaciones sociales en el cual los hombres adultos ejercen su dominio sobre las mujeres y los niños.

El aumento de las riquezas que generó el desarrollo del nuevo modo de producción dio paso a la consolidación de la propiedad privada y el origen de las clases sociales.

A la par del desarrollo de la técnica también se descubrió la relación que existía entre el coito y la reproducción, lo que permitió entender el papel del hombre en la procreación. Así quedó abolida la filiación femenina sustituyéndose por la filiación masculina y el derecho hereditario paterno. Dice Engels “Ésta fue la gran derrota del sexo femenino.”

A partir de ese momento se recluye a la mujer al ámbito privado, cumpliendo únicamente con las tareas del hogar y la crianza de los hijos; y a través de la imposición de la monogamia, es, que se garantiza la descendencia legítima de los hombres. Y la familia patriarcal tomó progresivamente la forma definitiva que conserva hasta nuestros días.

La opresión de las mujeres se fundamenta en la enajenación de su propia sexualidad o el control patriarcal de la misma a través de la heterosexualidad normativa, la institución del matrimonio y la familia monogámica, por un lado, y, por otro, en la obligación del trabajo doméstico.

Como señala la feminista socialista española Celia Amorós, el patriarcado es un sistema meta-estable de dominación, es decir, sus formas se van adaptando a los distintos modos de producción y otras formas de organización social e histórica, y es ejercido por individuos que, al mismo tiempo, son modelados por él (hombres y mujeres).

En esta construcción milenaria de las mujeres como un grupo social subordinado es donde radica la explicación de que estén sujetas a las más variadas formas de violencia, abusos, humillaciones, degradaciones, etc.

Fuentes consultadas:

D’Atri, Andrea: Pan y Rosas /Pertenencia de género y antagonismo de clase en el capitalismo, Buenos Aires, Ediciones IPS, 2013.

Engels, Friedrich: El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, varias ediciones.


Laura Aparicio

Agrupación de Mujeres Pan y Rosas México

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