El salario real de los trabajadores azucareros cayó un 40% en los últimos 8 años. En ese período el precio de la bolsa de azúcar creció 324% por encima de la inflación promedio. En medio de la escalada inflacionaria, las patronales del azúcar amasan sus ganancias reduciendo el costo salarial. La paritaria que propone la FOTIA no recupera lo perdido y mantiene los salarios por debajo de la pobreza. Los trabajadores del Ingenio Concepción empezaron a plantarse.
Lunes 22 de mayo de 2023 17:16
Aunque el precio del azúcar ya venía subiendo, para esta zafra ha alcanzado niveles insólitamente altos. En menos de un año, la bolsa de 50 kilos de azúcar común tipo A que venden los ingenios pasó de 4.850 pesos (junio de 2022) a 18.195 pesos (mayo de 2023). Un incremento del 275% en apenas un año, más que duplicando la inflación anual promedio para el conjunto de la economía.
Este salto abrupto en los precios responde a una serie de factores, el más importante, la grave sequía que afectó a la producción agropecuaria en general y que en el caso de la caña de azúcar podría llevar una baja del rendimiento a la mitad de su promedio normal. Las lluvias y heladas están llegando con retraso, por lo que se espera que este año la zafra empiece con algunas semanas de postergación. En este contexto las industrias pueden aprovechar el ciclo de precios extraordinario vendiendo azúcar de sus stocks.
Pero la escalada en los precios del azúcar por encima de la inflación es un fenómeno que se registra desde hace algunos años con un primer salto importante en 2022, en un contexto internacional de suba generalizada de los precios de las materias primas. En Argentina, ese aumento de precios internacionales se trasladó al mercado interno debido a la falta de regulación estatal sobre este sector. En el contexto de la escalada inflacionaria argentina, el sector alimenticio aumenta por encima del promedio y son estas empresas las más beneficiadas de la enorme transferencia de recursos que provoca la inflación sobre los ingresos de las amplias mayorías. Ledesma SAAI, principal productor de azúcar a escala nacional, amasó ganancias netas por 6.185 millones de pesos en 2022.
Tal es la escala de precios que el Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán (Cactu), cámara patronal que nuclea a grandes cañeros, calculó que con estos precios internos ni siquiera conviene exportar azúcar, aún si la exportación se liquidara al “dólar blue”. Alrededor de este problema friccionan con los pequeños productores cañeros que están pidiendo a las empresas que cumplan con el cupo destinado a la exportación y al corte de naftas con bioetanol, cuyos precios no escalaron con la misma velocidad.
Aunque los precios del bioetanol vienen creciendo menos que la inflación, sigue siendo un importante negocio en expansión, con cierta proyección exportadora, y que más que duplicó la producción de alcohol anhidro en los últimos 10 años. El porcentaje de corte en combustibles pasó del 6 al 12% y desde el 1 de noviembre la Secretaría de Energía aplicará una nueva fórmula para calcular el precio de referencia que aumentará todos los meses garantizando un piso de ganancias para los grandes productores, que son quienes concentran el negocio.
Entre ellos están Ledesma SAAI (familia Blaquier); el grupo Los Balcanes de la familia Rocchia Ferro (Ingenios Cruz Alta, La Florida y Aguilares); grupo Luque de Emilio Luque (Ingenio Concepción y Marapa); Seabord Corporation (Ingenio El Tabacal, principal productor de bioetanol); Grupo Budeguer (Ingenios Leales y La Esperanza), que viene diversificando su actividad hacia la ganadería y viñedos; etc.
Patronales ricas, trabajadores pobres
La evolución de los salarios va en sentido inverso, con una caída del poder de compra cercana al 40% si comparamos con el 2016 en el caso de los ingenios de Tucumán (FOTIA). Los salarios en el Ingenio Ledesma de Jujuy (negocian por separado) cayeron aún más, casi un 60%. Durante los últimos 8 años, la inflación acumulada en Argentina fue del 1397%, pero la suba del jornal promedio de un obrero de la FOTIA subió apenas 806%. La brecha es enorme. Si comparamos con la evolución de los precios del azúcar, la brecha es aún mas grande.
Es decir que hoy los trabajadores de ingenios compran con sus salarios casi la mitad de los bienes que compraban en 2016. Una transferencia brutal de ingresos al bolsillo de los capitalistas. Dicho de otra manera, en los últimos 8 años las patronales extrayeron una plusvalía acrecentada de la fuerza laboral de los ingenios.
Actualmente el jornal de un obrero de la FOTIA/FEIA es de 4315 pesos. El salario en mano de un obrero categoría I en plena temporada es de 113.000 pesos, y en el Ingenio Ledesma los salarios incluso son más bajos. En ambos casos, se ubican casi a la mitad del valor de la Canasta Básica Total que delimita la línea de la pobreza, actualmente en 203.000 pesos. Ni hablar si comparamos con la Canasta de Consumos Mínimos que miden ATE-Indec, que en abril era de 280.000 pesos en el NOA.
El cuadro se agrava porque durante el período de reparaciones y puesta a punto, las patronales azucareras no pagan el mes completo a los trabajadores, sino por día trabajado. Es lo que expresaban los obreros del Ingenio Concepción, que la semana pasada realizaron un paro y asamblea espontánea denunciando que no llegan a cobrar 80.000 pesos por mes y que viven en la indigencia, compartiendo el almuerzo. En este ingenio avanza cada vez más la tercerización del trabajo a través de empresas como LEMASE (Luque Emilio Martín y Sebastián), en lo que constituye un abierto fraude laboral.
La FOTIA está pidiendo un aumento del 130% (en cuotas, con sumas en negro, etc). Un aumento semejante, apenas cubriría la inflación esperada para este año sin recuperar nada de lo perdido en los últimos años y manteniendo los salarios por debajo de la linea de la pobreza. En su pliego no existe ninguna mención a las condiciones ultra precarias de empleo. Para recuperar el poder de compra a niveles de 2016 y anticipar la inflación de 2023, el aumento salarial debería superar el 250% para este año. Aun así quedaría por debajo de la Canasta de Consumos Mínimos. Para alcanzar esa Canasta el aumento debería ser en un solo pago y con actualizaciones mensuales.
El pago de salarios y cargas sociales representa un costo cada vez más bajo para empresas en la Argentina, con una ampliación cada vez mas importante de la brecha entre ganancias empresarias y salarios. El Centro de Economía Política de Argentina (CEPA) estimaba en 2021, el costo laboral sobre ventas viene retrocediendo año a año, ubicándose en el 12,2 por ciento en promedio para el año 2021, cuando representaba el 18,9 por ciento en 2016. Una enorme transferencia de ingresos de la clase trabajadora a los empresarios.
En los ingenios el costo salarial es incluso más bajo. En el Ingenio Leales, la masa salarial representó apenas el 8,7% de los ingresos por ventas en 2021, según los Estados Contables de la empresa. En aquella zafra, Sebastián, Luis y Celia Budeguer -dueños del ingenio- se embolsaron 260 millones de pesos en ganancias netas. Ese año el salario básico de un trabajador estaba en 57.000 pesos. Es decir que los 3 hermanos Budeguer se llevaron en términos de ganancias el equivalente al sueldo en mano de los casi 400 trabajadores del ingenio.
En la asamblea del Ingenio Concepción, los trabajadores rechazaron los aprietes patronales y obligaron a Andrés "Puchero" Galván a dar la cara en el ingenio. Además de Secretario Adjunto de la FOTIA, Galván es hace varios años Secretario de Trabajo de la provincia y candidato a legislador en un acople de Jaldo. La precarización laboral y salarial no podría haber avanzado sin la complicidad de esta burocracia sindical integrada hasta la médula a un gobierno títere de las grandes patronales de la agroindustria.
La autoorganización independiente del gobierno, las asambleas y la unidad de los trabajadores sean permanentes o contratados, es la única fuerza que puede torcerle el brazo a estas patronales.
El reclamo salarial es transversal a distintos sectores como la Salud, UATRE, docentes, etc, e irrumpe en medio de una campaña electoral en la que la agenda de los trabajadores es el gran ausente en las plataformas del PJ, Cambiemos, Bussi y Masso. Solo el Frente de Izquierda, una fuerza compuesta por trabajadores y organizada desde abajo, se plantea como punto de apoyo para las luchas en curso y para enfrentar el ajuste que querrán profundizar durante el próximo gobierno.
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