El aislamiento viene afectando significativamente a la Democracia Cristiana (DC). Los partidos de la Nueva Mayoría (NM) hacen sus jugadas ante un escenario electoral que parece estar lejos de resolverse.
E.E. Vergara Valparaíso, Chile
Miércoles 10 de mayo de 2017
De mal en peor van las relaciones al interior de la Nueva Mayoría, siendo el principal afectado la Democracia Cristiana (DC). Si es que ya la resolución de ir a primera vuelta el 19 de noviembre, había dado los primeros puñetazos, la relación con la DC pasó de estar tibia, a directamente congelarse.
Así lo expresa la decisión del Comité Político del Partido Socialista (PS) de no conformar una lista parlamentaria junto con el partido de Carolina Goic, donde según señala el medio La Tarcera, la inscripción de su precandidatura de este jueves en el servicio electoral con un acto cultural de carácter ciudadano a las 19:00 hrs, habría gatillado la decisión.
Enemistades en aliados históricos
Esta clase de tensión entre el PS y la DC, está llevando al desvanecimiento de años de acuerdos políticos y programáticos entre dichos partidos, quienes llegando la transición pactada, fueron las únicas colectividades con la fuerza de llegar al sillón presidencial, tomando en cuenta el periodo de la antigua concertación.
¿Tendencia a la desintegración?
Sin duda la decisión de ir a primera vuelta por parte de la presidenta de la falange Carolina Goic –definición ratificada por el partido posteriormente- ha generado importantes estragos tanto al interior de los partidos de la Nueva Mayoría, como la relación existente entre ellos.
Parece que un escenario de aislamiento es el que seguirá pesando en la DC, donde ya no sólo estamos frente al clásico gallito con el Partido Comunista (PC) y el golpe de mesa, sino al conjunto de los partidos de la colación que comienzan a tomar posturas, en un periodo de definiciones centrales, y donde la DC parece no estar contemplada, o por lo menos bastante lejos de los objetivos del resto de los partidos.
Es la expresión del decadente régimen político, donde los empresarios junto a la casta de parlamentarios corruptos vienen siendo enormemente deslegitimados y cuestionados por el conjunto de la población. Un pueblo trabajador que se rearma frente a un complejo escenario de elecciones, que puede traer importantes luchas en perspectiva de socavar la herencia de la dictadura.