Los dichos de la conductora sobre la familia "blanca y pura" de Macri no son un exabrupto, son expresión de la línea editorial del canal y su programa.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Jueves 1ro de diciembre de 2016
Pamela David miraba una foto de Trump y su familia. Con gesto de añoranza y la palma de la mano apoyada abierta sobre su pecho, hizo público un profundo deseo por televisión: "Yo quiero volver a revivir la foto del balcón, de Juliana con Mauricio y Antonia, una familia blanca, hermosa, pura, y a partir de ahora, y toda la mugre que tenían que sacar…”
La conductora del programa de las mañana del canal América, Desayuno Americano, parece haberse olvidado que estaba al aire. Sostenía el mate en la otra mano, cual si estuviera en su casa charlando con cualquiera. Lo cierto, es que se le filtró un comentario en vivo que, en el marco de la campaña mediática xenófoba a la que asistimos, da mucho para pensar.
La punta de lanza fue Lanata con sus informes de los que bien podría deducirse que los inmigrantes tienen la culpa de todos los problemas de los argentinos. Luego TN acusó a la mujer que rescató de Mailén de ser una "peruana indocumentada" que pedía plata por el rescate de la niña. La cruzada contra todos aquellos que no son “blancos, hermosos y puros” se reproduce y recrudece en los medios, en lo que constituye el soporte ideológico para las políticas xenófobas que impulsa el Gobierno.
Precisamente, el patriarca de la familia blanca, hermosa y pura que tanto admira David, es el responsable de la desidia que padecen los trabajadores inmigrantes discriminados y maltratados por el Estado, como bien ya documentó este diario a través de los casos de Dora Franco y Carmen Flores.
Pamela David no se queda atrás del resto del staff de América, cuyo dueño, Daniel Vila, es su esposo. Como beneficiaria directa de todas las ganancias de la empresa, es de imaginar que se preocupa por encontrar la mejor forma de expresar las ideas de acuerdo a su línea editorial. Tal como puede verse en los principales programas del canal, el sentido común más rancio es el que marca los tópicos para el abordaje de la agenda. En esta perspectiva, se adivina la necesidad del medio de congraciarse con los sectores más derechosos de la política, como el macrismo, pero también el massismo, que goza de amplio espacio para hacerse ver por América.
Las “estrellas” como Jorge Rial, Luis Majul y principalmente, Alejandro Fantino, hacen culto del sentido común reproductor de desigualdades y prejuicios, como matriz desde la cual opinar sobre todo y de todos. La regla es no profundizar, no complejizar. Si son inmigrantes que se vuelvan a su país, si roban que sean castigados de la forma más severa, si toman un terreno que los aplaste la topadora y si son negros e impuros, seguro que son peligrosos y probablemente, narcos. Ése es el sentido común que estos personeros mediáticos tan afines al Gobierno, contribuyen a construir y profundizar día a día.
Cualquier distraído podría pensar que este comentario de la conductora fue un exabrupto. Sin embargo, hace falta mirar un poquito su programa cada día con más atención para ver que no es así.
En agosto de 2014 David realizaba una entrevista telefónica en vivo, al que por entonces se desempañaba como secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni. Durante los quince minutos que aproximadamente duró el reportaje, las imágenes del reciente desalojo del barrio Papa Francisco de Lugano, pasaban una y otra vez. Los planos de los periodistas en el piso, se intercalaban con las topadoras que arrasaban con las casillas de madera, con los techos de chapa, las paredes de nylon. Las personas del lugar, habitantes de lo que durante seis meses consideraron su barrio, sus casas, observaban con impotencia como las máquinas custodiadas por las fuerzas de seguridad – la gendarmería de Berni y la Metropolitana de Macri – destruían lo poco que tenían.
Desde la pantalla de América ya se había podido ver la indignación de la conductora y sus compañeros, cuando los habitantes del asentamiento se habían instalado en el predio que bautizaron con el nombre del Papa. Ninguno podía creer que el Gobierno lo permitiera, que nadie interviniese para impedir la ocupación. Ninguno problematizaba acerca de las necesidades básicas, estructurales de la población. El dilema era resuelto por los periodistas y la conductora en simples términos: en el predio tomado de Lugano hay usurpadores ilegales. Allí se esconden estafadores, asesinos, narcotraficantes y ladrones.
Como se ve, para Pamela David y para América, la reivindicación de la “limpieza” contra “la mugre negra e impura”, viene de larga data. Por más que la conductora, Lanata, los políticos burgueses xenófobos y los empresarios de medios deseen lo contrario, la realidad es que los millones de "negros, feos e impuros" que rompen con su ideal de perfección y pureza seguirán existiendo, respirando, ocupando espacio, exigiendo derechos, denunciando injusticias. La Izquierda Diario estará ahí para ellos.