Solamente en junio se han encontrado 43 cuerpos sin vida de migrantes que intentan llegar a Estados Unidos, suman 127 durante la primera mitad del año, un aumento del 30% respecto a 2020.
Martes 13 de julio de 2021
El drama de la migración no ha hecho sino agravarse con las condiciones que trajo la pandemia, seres humanos en condición de extrema pobreza los huyen de la violencia y de la crisis en sus países.
De múltiples países pobres, de donde los países imperialistas extraen recursos, materias primas y mano de obra barata, continúan saliendo a arriesgar su vida miles y miles personas que intentan llegar a trabajar a Estados Unidos, países de Europa y otros.
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Este fenómeno, combinado con el calentamiento global que vive el planeta y con políticas racistas y xenófobas de gobiernos en países potencia que vuelven aún más difícil la posibilidad de cruzar las fronteras, están trayendo como consecuencia en el desierto de EEUU, la muerte por deshidratación o hipertermia de más migrantes.
Aunque organizaciones humanitarias como Tucson Samaritans y No More Deaths intentan dejar jarras de agua en el desierto para los migrantes, las condiciones de temperatura hacen que sea cada vez más difícil cruzar con temperaturas que no bajan de los 45 grados centígrados por el día y disminuyen drásticamente en la noche.
Associated Press, organización que mapea el desierto informó que, durante la primera mitad del año, se han encontrado 127 restos humanos, número mucho más alto que los 96 cuerpos encontrados en el mismo periodo del año pasado. En 2017 se encontraron 123 restos, pero durante todo el año, es decir que la cifra tiene una tendencia al alza.
Desde 2004 se contabilizan más de 3.700 muertes de migrantes en la región, cifras que reflejan la miseria a la que este sistema capitalista somete a vivir a millones y millones de personas en países centroamericanos y latinos.
Además, las muertes de migrantes están aumentando también en otros estados y condados fronterizos, por ejemplo, en el condado de Brooks en el sur de Texas, se informó de 36 muertes en el desierto durante los primeros cinco meses del año, una cifra mayor que la de todo el año pasado en este territorio. Esta área en Brooks ahora es conocida como el "desierto de los muertos", siendo que los restos de 800 migrantes se han localizado en la última década.
La migración es una de las consecuencias más crudas del capitalismo, quizá al nivel de otros horrores como la trata de personas y la esclavitud sexual, el trabajo esclavo que se mantiene clandestino en distintos países, o la extinción de especies y devastación de selvas y bosques en pos de la ganancia empresarial.
Las organizaciones humanitarias que dejan agua en el desierto, arriesgándose a ser detenidos por la patrulla fronteriza, las “Patronas” que arrojan alimentos a tripulantes de “La Bestia” y tras organizaciones que defienden migrantes son movidas por un buen sentimiento, pero lamentablemente no resuelven el problema.
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Lo que hay que hacer es luchar por plenos derechos para todos y todas las trabajadoras migrantes, en el camino de conquistar otra sociedad, donde la gente no tenga que escapar de un país por hambre o huyendo de la muerte, sino en la cual se pueda visitar libremente cualquier país. Para esto hay que organizarse como clase trabajadora y luchar unidos nativos y extranjeros, porque la clase obrera no tiene fronteras. Para esto hay que terminar con el capitalismo.
