En medio de la crisis sanitaria mundial y las medidas de aislamiento social, se recurre a la psicología para dar consejos que ayuden a afrontar las consecuencias psíquicas de la cuarentena ¿a quiénes contempla y a quiénes deja afuera?
Jueves 26 de marzo de 2020 14:28
Ante la rápida expansión del Coronavirus numerosos países, entre ellos Argentina, adoptaron el método del aislamiento social para disminuir la velocidad y el nivel de contagio, medida que acarrea enormes efectos subjetivos y padecimientos mentales en la población.
Los grandes medios de comunicación invitan a psicólogos y psicólogas para que den su opinión sobre esta problemática, pero ¿qué están diciendo los y las profesionales de la salud mental en las radios y pantallas de TV?
La psicóloga clínica, Cecilia Antonini expresó en Radio Mitre: "el miedo es bueno" y "en la medida que hagamos todo lo que los especialistas recomiendan hacer, el miedo disminuye".
Por otro lado, diario Clarín online publicó un video en el que el psicólogo Alejandro Schujman aseguró que "la pandemia se combate con la solidaridad", además recomendó hacer uso de la creatividad ya que hay muchas cosas para hacer en la cuarentena obligatoria.
También TN durante uno de sus programas tuvo como invitada a las Psicóloga Marisa Russomando, quien expresó que la clave está en la "planificación familiar" y sostuvo que estar en la casa más tiempo abre otras oportunidades para la familia.
De seguro hay consejos útiles y necesarios, pero hay otros que resultan algo inquietantes, como decir que una crisis puede ser una oportunidad, mientras hay cientos de despidos. Y ¿Qué pasa con la gente que además del encierro tiene que enfrentar otro tipo de problemas?
CONSEJOS PARA ALGUNOS...PERO ¿Y LA REALIDAD DE LAS MAYORÍAS?
Hay al menos un 40% de la población que es sostén de hogar, que trabaja en el sector informal y de forma precarizada. A su vez,una gran mayoría vive en condiciones de hacinamiento, en casillas y sin muchos de los servicios esenciales como agua y cloacas. Muchas mujeres sobrellevan el aislamiento obligatorio con sus agresores, lo que convierte su hogar en un lugar de riesgo frente a la violencia a la que son expuestas de forma física psicológica y sexual por parte de sus parejas o familiares cercanos. En los últimos días las denuncias aumentaron en un 30%.
Los medios masivos de comunicación solo profundizan la preocupación e incertidumbre promoviendo campañas de miedo y persecución para quienes no cumplen el aislamiento, al modo de una cacería de brujas. A la incertidumbre laboral de quienes igual tienen que salir a trabajar y el temor a contagiarse, se suma el miedo a ser detenido arbitrariamente o ser denunciado como se ha visto en estos últimos días.
Ante este estado de cosas surge la pregunta ¿qué pasa con todas estas situaciones que atentan contra la salud mental?, ¿por qué los medios no hablan de esto? Queda a las vistas el sesgo de clase en los enunciados que llegan al aire y que son vistos por millones. Los consejos van dirigidos a un pequeño sector de la sociedad. Los medios de comunicación hegemónicos siempre dicen algo pero callan otra cosa.
¿Y LA SALUD PÚBLICA?
Las y los trabajadores de la salud hoy son quienes están preparándose para palear la emergencia sanitaria en medio de la falta de recursos materiales y humanos, esenciales para poder dar respuesta a las demandas que se presentan día a día en los hospitales. Ellos también sufren afectaciones psíquicas, producto de las condiciones de trabajo en las que se encuentran. Se reivindica su labor a deshoras pero no son héroes, son trabajadores, y necesitan presupuesto, insumos y una gran inversión en salud para poder responder a la gran demanda que se espera aumente enormemente.
La mayor contradicción para ellos y ellas es que así y todo deben dar respuesta pero sin poder tomar decisiones y resolver que es lo más efectivo para responder a la pandemia. Como es el caso del pedido que hace días realizan desde la corriente de Izquierda por la Salud Pública por test masivosque permitiría tener un mayor conocimiento de la cantidad y distribución de los casos. La OMS recomienda no solo el aislamiento preventivo sino también la realización de test masivos que permiten efectivizar los métodos del aislamiento.
En esos mismos hospitales y centros de salud, hay servicios de salud mental que atienden la demanda de la población de los trabajadores, de los barrios populares, de aquellos que no salen al aire en ninguna noticia. Sectores que no solo viven bajo condiciones deplorables, sino que además sufren la militarización y represión en sus barrios.
SOLUCIONES INDIVIDUALES PARA PROBLEMAS SOCIALES
Ante tanta aparición mediática que reduce la psicología a impartir una serie estrategias de afrontamiento para la cuarentena de los que pueden, surge una pregunta: ¿existen soluciones individuales para problemas sociales? es la psicología una disciplina que debe restringirse a los límites de las cuatro paredes de un departamento y al ámbito de lo privado? ¿Debería la Psicología en medio de una pandemia, tan solo hacer aportes para hacer más transitable está situación, limitándose a quienes tienen la posibilidad?
Aunque no se muestre en los grandes medios, existen otras maneras de entender el sufrimiento psíquico y de transformarlo desde una perspectiva social.
Es evidente que la demanda excederá ampliamente la capacidad de respuesta de los profesionales de la salud mental que integran el personal de hospitales, centros de día y centros de salud. Ni psicólogos, ni psiquiatras ni residentes darán abasto a cubrir la enorme demanda que acudirá a los hospitales. Pero también es verdad que son cientos los y las estudiantes avanzados en la carrera que podrían sumar sus conocimientos para responder a las enormes necesidades.
Mediante comisiones en los lugares de trabajo, donde se discuta junto a los trabajadores de la salud, y junto a estudiantes de sociología y trabajo social, por ejemplo, podría realizarse un relevamiento sobre las poblaciones de riesgo en la ciudad: los trabajadores precarios, vendedores callejeros, trabajadores desocupados de comercios, etc, para responder a las principales problemáticas surgidas alrededor de la pérdida de trabajo, entre otras.
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Se podría exigir la apertura de canales, líneas de atención para brindar apoyo a todas las personas que lo requieran.
Utilizando herramientas como las de la psicología comunitaria se podría concurrir a los lugares de trabajo exceptuados del aislamiento en los que se encuentran los trabajadores con miedo frente a los posibles riesgos de contagio y se armen redes entre los mismos trabajadores para dar cuenta de sus exigencias a la patronal como condiciones de seguridad e higiene y a los sindicatos, elaborar los malestares individuales transformándolos en colectivos y apostar a que los mismos trabajadores sean su soporte.
A la vez, se podría dar cuenta de la situación de internación o de atención ambulatoria en hospitales y neuropsiquiatricos, para garantizar a usuarios las condiciones de aseo preventivo, como también atender las demandas de resguardo específicas de los trabajadores del sector.
En salas de emergencia, junto a familiares de pacientes, intervenir para permitir elaborar y simbolizar el miedo, la angustia, la desesperación.
Es fundamental estar en la primera línea brindando el saber para atender a los más desfavorecidos por esta crisis, las y los trabajadores y el pueblo pobre. La solidaridad no alcanza si no va en conjunto con una coordinación de sectores que ya se pusieron a disposición para producir los insumos que se necesitan, como es el caso de los trabajadores del astillero Río Santiago y las trabajadoras textiles de Neuquén. Está coordinación tienen que ir con una exigencia de mayor presupuesto para hacerlo en condiciones de higiene y seguridad óptimas y con los recursos necesarios.
Hoy más que nunca hay que pelear por una perspectiva de psicólogos que, además de brindar herramientas que puedan ayudar a sobrellevar el malestar propio de una situación que nos es impuesta, pongan en cuestión las condiciones desiguales en las que a cada uno le toca afrontarlo, y pelee porque eso se revierta.
En ese sentido, en la facultad de psicología la agrupación Tesis XI está impulsando la red de estudiantes por la pandemia, con el objetivo de que los estudiantes puedan sumar aportes desde su disciplina, acompañado de una exigencia a las autoridades para que pongan a disposición todos los recursos con que cuenta.
Inscribite: Pongamos la UNLP al servicio de combatir la pandemia!