Estas declaraciones fueron emitidas en el contexto de su regreso de la Jornada Mundial de la Juventud, que la Iglesia católica realizó en Portugal la semana pasada. En este evento, señaló que la Iglesia tenía espacio para todos, “incluidos los que cometen errores, los que caen o luchan”.
Martes 8 de agosto de 2023
Buscando un tono inclusivo, llamó a que los ministros eclesiásticos acompañen a todos los fieles, aunque no se ajusten a las reglas. Sin embargo, reconoció que todavía las mujeres y diversidad sexual no tienen derecho a algunos sacramentos que sí tienen los varones, lo que deja en evidencia siglos de persecución a estos sectores por parte de la institución, a la vez que intenta convencer de que la iglesia bajo su mando está siendo comprensiva al respecto.
Este ha sido el sello de Francisco, un Papa que se muestra benevolente y menos castigador, pero que pese a las reformas que ha impulsado para asignar más roles a las mujeres en cargos de alto rango o que busca adherentes entre la juventud y la diversidad, su religión sigue inspirando a sectores conservadores, que ven como “un error” su preferencias sexuales y de género, como lo señaló con esa palabra su máxima autoridad.
“La Iglesia está abierta a todos, pero hay leyes que regulan la vida dentro de la Iglesia”, hizo saber Francisco en el avión de vuelta a Italia. Pero esas leyes han sido responsables de la estigmatización de las personas de la diversidad, lo que les provoca múltiples formas de opresión en sus vidas.
Según el reciente informe de la encuesta Casen, hubo un incremento de personas que se reconocen como no heterosexuales en los últimos cinco años. Un dato que contrasta con otro informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de 2021, señala que la esperanza de vida de las mujeres trans en América Latina es de tan solo de 35 años.
En las últimas décadas, el movimiento de mujeres y de la diversidad sexual han promovido el aumento progresivo del estudio sobre los cuidados de las personas de la comunidad LGBTIQ+, lo que ha contribuido a tener mejores herramientas para un trato que erradique prácticas opresivas que dañan con estigmas morales las condiciones de vida y las psiquis de esta población.
Están comprobados los efectos negativos que tienen estos prejuicios tanto desde el ámbito de la salud mental como también, así lo develaron las denuncias de abusos sexuales en colegios, iglesias en Chile y el mundo. Como también en el ámbito familiar, que es dónde los sectores conservadores de la Iglesia en Chile pretenden que se imparta la Educación Sexual y donde transcurren las violaciones de esas niñas de 13 años que representan el mayor porcentaje de causales de aborto en Chile.
El Papa con esas declaraciones, minimiza el daño que implica decir que es un error, como también las repercusiones que esta creencia tiene en la sociedad.
