Fue durante una entrevista con Mauro Viale. Una dosis de misoginia en estado puro.
Lunes 24 de abril de 2017
Carlos Bilardo estuvo el pasado domingo en el programa La Pura Verdad, transmitido por América 24. Persiguiendo declaraciones que eleven el rating, su conductor, Mauro Viale, decidió centrar el diálogo en los abusos sexuales.
“El doctor siempre da cátedra”, rezaba la placa gráfica que acompañaría al entrenador durante el segmento. Lo único que enseñó, a lo largo de veinte minutos, fue su desprecio hacia las mujeres.
Replicando las recientes declaraciones de Chiche Gelblung, Bilardo culpabilizó a las víctimas por la violencia ejercida sobre sus cuerpos. Explícitamente planteó: “Hay chicas jóvenes que incitan a eso”.
Frente a los cuestionamientos de Viale –que fingía corrección política mientras alentaba las declaraciones del entrevistado-, el ex futbolista redoblaba la apuesta. Mientras en la pantalla de fondo aparecían imágenes de Micaela y otros casos de femicidio, afirmaba: “Yo peleé mucho tiempo contra la vestimenta de la mujer. (…) No puede ir como quiera. (…) Hay algunas que se visten bien y hay otras que son provocativas”.
La justificación de las violaciones por parte de Bilardo, no se detuvo en la condena hacia las mujeres. “Contra la naturaleza no podés. Si el perro corre a la perra, ¿qué querés?, ¿que el hombre no corra a la mujer?”, preguntaba burlonamente. Según él, los hombres “tienen tentación” y hay algunos “que necesitan” la violación.
¡Ni una menos!
De acuerdo con Andrea D’Atri, fundadora de la agrupación de mujeres Pan y Rosas: “Los mitos que circulan acerca de la violación se inscriben en una cultura patriarcal en la cual, la violación es sexo. Sexualidad masculina que ‘necesita’ descargarse, porque está inscripto en una supuesta naturaleza. Según esta interpretación, las mujeres tendrían la capacidad de provocar, aun involuntariamente, el deseo masculino”.
Sin embargo, como bien explica D’Atri, “En la sociedad capitalista patriarcal, la violación adquiere el carácter de una demostración de fuerzas, una certificación de quién tiene el poder. Por eso, la violación no es sexo. Es una demostración violenta de poder, es control, es crueldad, es tortura”.
Durante los últimos años, las calles han sido testigos de multitudinarias movilizaciones contra la violencia machista. Aunque Bilardo no tome nota, el grito por #NiUnaMenos es fuerte y pone un límite al discurso misógino que los medios legitiman y reproducen diariamente.