El Encuentro en Rosario albergó 70 mil mujeres. Desde Pan y Rosas Rosario nos preparamos para continuar esas peleas construyendo una gran fuerza política en los lugares de trabajo y estudio y que intervenga con fuerza el 19N en Atlanta con el Frente de Izquierda.
Sábado 15 de octubre de 2016 13:49
Rosario albergó a 70 mil mujeres. Al Encuentro llegó el grito de #NiUnaMenos en la segunda provincia con más femicidios del país. El hipócrita enojo de la opinión pública quería ocultar esta masividad. Los medios debieron terminar su campaña de demonización hacia el Encuentro Nacional de Mujeres por las paredes pintadas porque volvieron los tristes titulares de siempre: las mujeres seguimos siendo víctimas de femicidios. Los diarios, canales, radios, debieron abandonar su hipócrita indignación que quería ocultar un Encuentro histórico, el más masivo en 31 años.
Algunos días pasaron de aquel lluvioso acto, pero la bronca vuelve a inundar el estómago, los pulmones, la piel. El asesinato de Lucía pone más que nunca en agenda la necesidad de fortalecer un movimiento de mujeres en las callescontra el machismo, que ponga al desnudo que los gobiernos son ciegos, sordos, mudos. Seis nuevos casos de femicidios, brutales, sádicos, asqueantes, sacudieron y llenaron de dolor y de bronca a las miles que participamos en Rosario, a todas las mujeres, a los varones que acompañan la lucha por nuestros derechos.
Cada agravio, cada ataque que sufrimos las mujeres, confirman que tenemos que ser miles, millones las y los que ganemos las calles. Justamente por eso Pan y Rosas, junto a una mayoría del Encuentro de Mujeres propusimos y defendemos que el próximo Encuentro sea en Capital. No queremos que nos sigan invisibilizando, que los medios nos bastardeen, que la justicia siga siendo cómplice, que los gobiernos miren para otro lado.
Pan y Rosas Rosario junto a cientas de estudiantes y trabajadoras
En Rosario, Pan y Rosas puso todas sus fuerzas al servicio de un Encuentro que sea masivo, con universitarias, secundarias, y llegando a amas de casa, a obreras, empleadas domésticas, porque ahí también se gritó #NiUnaMenos. Por eso en cada lugar, hicimos pre-Encuentros, actividades, reuniones, charlas, proyecciones, festivales.
Con este impulso, logramos que participen estudiantes de la UNR que sufren la violencia de género en sus facultades y que pelean por la implementación en toda la Universidad del Protocolo contra la Violencia Machista. Participamos con aquellas que quieren transformar el contenido misógino de sus carreras, porque quieren que sus programas contemplen una perspectiva de género. Con nosotras también vinieron estudiantes secundarias que se enfrentan al autoritarismo de los directores y la regimentación, y que exigen educación sexual en sus escuelas. Fueron parte de nuestra delegación, decenas y decenas de estudiantes terciarias, muchas de las que hacen mucho esfuerzo para poder estudiar y que pelean por jardines materno-infantiles para poder permanecer en las aulas.
Participaron decenas de trabajadoras de call centers que sufren acoso laboral y la prepotencia de sus líderes. Vinieron familiares de las víctimas de gatillo fácil, trayendo su heroica pelea contra la narcopolicía asesina. También vinieron trabajadoras de la salud, médicas, municipales y docentes, que exigen que sus sindicatos de una vez por todas tomen las demandas de las mujeres. Tenemos el orgullo de haber participado junto a empleadas domésticas, las más invisibilizadas de todas, que levantan la cabeza, se empiezan a organizar y reunir en sus barrios. Además participaron de las actividades y del Encuentro obreras de la alimentación y las metalúrgicas, que reclaman por guarderías, por categorías, por acabar con los abusos en las fábricas y por el fin de la precarización laboral. Con fuerza redoblada, Pan y Rosas se propuso y se propone organizar a las mujeres trabajadoras.
Con cada una de ellas intervinimos codo a codo. Pusimos todas nuestras fuerzas por un encuentro democrático, independiente de Macri, de los gobernadores del FPV y el PS y de la Iglesia. Miles de mujeres dijeron que queremos un plan de lucha para tomar medidas serias contra los femicidios, para dejar de morir por aborto clandestino, derecho que Cristina y Macri nos negaron. Dijimos que queremos seguir organizadas para acabar con el machismo y la opresión.
En el Encuentro las mujeres decidimos
Al XXXI Encuentro lo veníamos preparando desde hace casi un año. Las mujeres de Pan y Rosas dijimos que para la fuerza de su masividad continúe organizada el día después, las miles de mujeres que participarán debían hacer suyo el encuentro. Y que este debía ser democrático. Que debíamos poder votar resoluciones para llevarnos de regreso a cada lugar de trabajo y estudio, a cada punto del país. Para seguir siendo una fuerza organizada de miles. Siendo parte de la Comisión Organizadora, desde esta concepción democrática y de bases que defendimos, tuvimos importantes diferencias con organizaciones como Patria Grande y el PCR que se opusieron sistemáticamente a que podamos votar y buscaron imponer sus criterios sin discusión.
En la mayoría comisiones se expresó que la voluntad de discutir, decidir y votar, era la de la mayoría de las mujeres. Decenas de talleres alzaron la mano aunque una minoría organizada se opuso. Con Pan y Rosas defendimos cada votación con muchísimas mujeres que participaban por primera vez del Encuentro y que encontraron en el voto la mejor forma de expresar sus opiniones, su decisión. Y, llegado el caso, las disidencias. Y no sólo votaron porque querían demostrar sus fuerzas, sino porque compartieron con nosotras que era la única forma que el Encuentro sea una bisagra para avanzar en la autoorganización de las mujeres.
Las conclusiones de los talleres lo demuestran. Aunque un sector de la Comisión Organizadora impuso que no se lean en el acto de cierre, todas las actas son el reflejo material de que en decenas de talleres seapostó a decidir. Allí no sólo dijeron “queremos votar” sino que también plantearon que querían que el XXXII Encuentro sea en Buenos Aires.
Una parte de la Comisión Organizadora, empecinada en imponerse por sobre las mayorías, dijo unilateralmente “Chaco”. Miles de mujeres que queremos darle más fuerza al movimiento de mujeres, que queremos pelear por el aborto legal, que queremos que la masividad del #Niunamenos se exprese en el próximo Encuentro, que queremospisar fuerte contra el gobierno derechista de Macri, nos pronunciamos mayoritariamente por Buenos Aires. Esos gritos, aunque la Comisión Organizadora haya resuelto otra cosa, no se pueden silenciar.
Te puede interesar: De Rosario a Atlanta, con la fuerza combativa de las mujeres
Para darle continuidad, organizate con nosotras
Con todas las mujeres que participaron del Encuentro en Rosario queremos materializar una conclusión: la pelea recién empieza. Es necesario conformar una enorme fuerza militante que no sólo apunte a conquistar mejoras dentro de este sistema, sino que esté decidida a pelear por el fin de la opresión y por una vida digna de ser vivida. Para lograrlo, aunque necesitamos ser millones, sabemos por dónde empezar: por la más amplia autoorganización en cada lugar de trabajo y estudio, para conquistar comisiones, asambleas, secretarías para reunir a cada una de nuestras compañeras y todos los días a alguien más. En los lugares de trabajo, donde se redobla la opresión contra nosotras, apostamos a desarrollar una fuerte corriente de mujeres organizadas.
Queremos preparar una organización independiente del Estado y de los gobiernos, y de la justicia que condena a las mujeres como Belén y Yamila de Rosario. Para eso, tenemos que hacerle frente nada menos que a la policía que desaparece mujeres como Paula Perassi, que organiza las redes de trata y que asesina a nuestros hermanos como Franco Casco, Pichón Escobar y Jonatan Herrera. También debemos enfrentarnos a la Iglesia, que quiere decidir sobre nuestros cuerpos.
Esta organización que necesitamos, no se logra de un día para otro ni de forma espontánea, o separando artificialmente las fuerzas de las mujeres de la de millones de hombres que también sufren las consecuencias de la explotación: es necesaria la construcción de una amplia agrupación, una gran corriente militante de mujeres que luche de forma consciente y decidida, empezando por todas esas compañeras que ya sacaron esas imborrables conclusiones. Necesitamos esta organización porque además, para decidir desde abajo y de forma democrática tendremos que enfrentarnos también a todas las instituciones retrógradas, burocracias sindicales y sectores que se niegan a que las mujeres decidamos. Lamentablemente, corrientes políticas de izquierda, como dijimos, copian estos métodos en el movimiento estudiantil o en sindicatos donde intervienen.
Este gigante desafío tiene hoy una primera estación: que las mujeres del PTS y las miles de compañeras independientes que “se pusieron la remera de Pan y Rosas”, sigamos construyendo juntas esta agrupación de mujeres, combativa y de izquierda, con reuniones periódicas y discusión democrática y colectiva. Necesitamos extender nuestra agrupación a cada lugar donde ya llegamos con las cientos de compañeras que hicieron esta importante experiencia con nosotras. Queremos poner de pie a Pan y Rosas en los gremios de la industria, en el sindicato docente, estatales y de la salud, en todas las facultades, entre las amas de casa y empleadas domésticas, en las principales escuelas secundarias y una gran cantidad de institutos terciarios. Con la fuerza con la que intervenimos en el Encuentro, ya podemos lograrlo.
No sólo queremos avanzar hacia esos lugares, sino multiplicar las fuerzas, redoblar la apuesta. Cada local que abrimos, tres por ahora en Rosario, debe ser un punto de encuentro, de reunión, un lugar donde encontrarnos las estudiantes y las trabajadoras y que se sumen diariamente más compañeras. Queremos que muchas de esas compañeras independientes que hoy no militan en el PTS se pongan a la cabeza y sean parte decisiva del rumbo de nuestra agrupación.
Los desafíos inmediatos
Pronto nos esperan importantes desafíos. Debemos volver a cada lugar donde trabajamos y estudiamos para contarles a todas y todos la verdadera cara del Encuentro, donde miles participaron, muchas votaron y decidieron, donde una gran mayoría peleó por que la próxima sede sea Buenos Aires.
A todas ellas, en cada fábrica, facultad, barrio y escuela queremos proponerles hacer comisiones para preparar lajornada por Lucía Pérez y que participen con nosotras de este 19O en la Plaza San Martín de Rosario, para empezar a demostrar que si tocan a una, efectivamente nos organizamos miles y que denunciamos que los gobiernos, del signo que sean, también son responsables. Así podemos empezar a hacer realidad la pelea por convencer día a día a muchas mujeres cómo empezar a autoorganizarnos.
Un mes después, el 19N, el Frente de Izquierda convoca a un acto en Atlanta para para que la izquierda intervenga con fuerza y personalidad en la escena política denunciando el ajuste de Macri y los gobernadores del FPV, el PS y el Frente Renovador y la necesidad de fortalecer una alternativa independiente de las y los trabajadores, las mujeres y la juventud. Será un importante hito para la izquierda, como hace más de una década no sucedía, donde hablarán nuestra compañera Myriam Bregman y Nicolás del Caño. Queremos que Pan y Rosas muestre todas sus fuerzas allí porque apostamos a hacer del Frente de Izquierda un verdadero motor para poner de pie un movimiento de mujeres masivo, en las calles, autoorganizado e independiente. Queremos que seas parte y te sumes a continuar allí con este desafío.
A todas las que se sumaron en cada uno de estos encuentros les decimos: porque #VivasNosQueremos, no hay tiempo que perder. Tomemos juntas este desafío en nuestras manos, sumemos a nuestras amigas y compañeras, salgamos a la cancha. Luchemos por un futuro libre de violencia, opresión y explotación. Sumate a Pan y Rosas en el Frente de Izquierda.