La actividad se realizó en la Plaza de la Democracia y contó con la participación de personas artistas, familiares de víctimas de femicidios y mujeres, exigiendo Ni una menos y no más impunidad.
Lunes 6 de septiembre de 2021
La Peña feminista contra la impunidad, se celebró el sábado 4 de septiembre, como un acto de conmemoración al 6S del 2020, día en el que el movimiento de mujeres llevó adelante una manifestación nacional espontánea, que tuvo como eje la denuncia a la justicia patriarcal y la impunidad que receta la institución judicial, además de la exigencia de justicia por Allison.
Movilización del 6 de setiembre 2020
La actividad contó con la participación de artistas, que expresaron demandas contra la policía y contra la impunidad del Estado ante los casos de femicidios y las múltiples violencias hacia las mujeres y cuerpos feminizados. Además, tanto por parte de las familias como de las decenas de mujeres que nos hicimos presentes, se exigió justicia por Naty, por Yendry, por Fernanda y por Raisha, pues sus casos continúan en la impunidad, por todas las que hoy en día faltan, pero también exigiendo Ni una menos.
Con La Izquierda Diario, nos hicimos presentes en la peña, extendiendo nuestra total solidaridad a las familias de las víctimas de femicidios. Pero no solo la solidaridad nos mueve, pues, como nos mencionó un familiar de Fernanda y Raisha, “vamos a repetir estos actos de manifestación, hasta que sea necesario”. Es necesario convertir la rabia y el dolor en lucha y organización, y tengamos un mundo en el que ninguna niña ni mujer sea asesinada por su género. Y para eso, hay que darle vuelta a todo.
Las vidas de las niñas, también importan
El 5 de septiembre de 2005, fue asesinada en Sarapiquí, una niña de tan solo 8 años, llamada Josebeth Retana Rojas, quien fue asfixiada por su asesino. Hasta la fecha, su caso se encuentra impune y no hay una explicacón al respecto, pues, aunque se tenía identificado un sospechoso y había pruebas suficientes, la Fiscalía General de la República, decidió archivar el caso.
Otro caso es el de Kattya Vanessa González, niña de 8 años asesinada en Zapote el 4 de julio del 2003, luego de salir de su casa a recoger un conejito que un vecino le había ofrecido. Fue encontrada una semana después, enterrada en la casa del vecino.
Estos casos de las niñas marcaron a una generación de mujeres, que hoy salimos a las calles al grito de Ni una menos.
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Un año después de la manifestación nacional contra la impunidad
El movimiento de mujeres, junto con las familias de las víctimas de femicidios, continúan exigiendo no más impunidad ni más justicia patriarcal. Los casos de Naty, Josebeth, Yendry, Fernanda y Raisha, dejan en claro una cosa: las leyes no son suficientes ni mucho menos pueden ser la única salida para acabar con el problema estructural. La gestión de las instituciones estatales demuestra una y otra vez, que solamente garantizan impunidad, y que las leyes no funcionan para garantizarnos una vida digna ni libre de violencia de género. Esta lógica se agrava más cuando se trata de mujeres o niñas que viven en zonas rurales, que son de sectores pobres o en situaciones vulnerables.
Si esta es la lógica de la gestión estatal, no podemos esperar que nos garantice una verdadera justicia.
Si queremos hablar de una verdadera justicia, desde Pan y Rosas planteamos que hay que exigir la creación de refugios para las víctimas de violencia de género, otorgar salarios de cuarentena para que las víctimas de violencia puedan tener independencia económica y no dependan de su agresor, y hay que garantizar atención psicológica y de calidad para las mujeres y familiares víctimas de violencia.
Es necesario crear un Comité independiente de investigación, conformado por familiares de las víctimas de femicidios, organizaciones sociales, políticas y de mujeres, que sea políticamente independiente del Estado y sus instituciones, y que exija al Estado todos los recursos económicos y materiales necesarios para llevar adelante la investigación, con acceso para la Comisión y familiares, a las carpetas de investigación.
A un año de la manifestación del 6S, el movimiento de mujeres, la clase trabajadora y las familias de víctimas de femicidios, tenemos que pensar en salidas que no se limiten a modificar las leyes que no garantizan una verdadera justicia, ni con la impunidad. Hay que impulsar una salida que rompa de raíz con la estructura que gestionan las instituciones estatales.
Para abrir una conversación al respecto, extendemos la invitación al Taller de Pan y Rosas “Feminicidios y violencia patriarcal: una salida no punitiva”, el próximo lunes 13 de septiembre, a las 6:00 p.m. Te invitamos a escribirnos para hacerte llegar la invitación.