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Red Internacional
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COMIENZO DEL JUICIO ORAL. Perassi: la fiscalía habló de encubrimiento policial y pidió perpetua para los principales acusados

En la fase de alegatos de apertura, el fiscal Donato Trotta pidió prisión perpetua para Strummia, Michl, Díaz y Ruñisky, imputados por privación ilegítima de la libertad y aborto no consentido seguido de muerte.

Jueves 21 de marzo de 2019 23:10

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Imágenes exclusivas de La Izquierda Diario

El comienzo del juicio oral y público por Paula Perassi se dio esta mañana en un Centro de Justicia Penal muy agitado. Desde muy temprano, su familia junto a distintas organizaciones se congregaron en Sarmiento y Rueda con sus carteles y pañuelos que recuerdan a Paula, hoy era el día que estaban esperando hace 7 años y medio.

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Para sumar otro disgusto a este largo recorrido de lucha por justicia, tuvieron que toparse con pasacalles en defensa de los policías acusados que rodeaban todo el edificio, y con entorpecimientos para el acceso a la sala de audiencias, donde se privilegió a la defensa. Así lo denunciaron en un comunicado a primeras horas de la mañana las organizaciones que vienen acompañando a la familia Perassi.

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Alegatos de apertura en la primera jornada

En una causa donde se espera que declaren 186 testigos, fue el fiscal Donato Trotta quien realizó la apertura con un alegato que describió toda la hipótesis de la fiscalía tras la investigación, luego hizo lo propio la querella y la defensa. Los alegatos de apertura continuarán el viernes, y las audiencias se extenderán hasta el 23 de abril, fecha en que se estipula la lectura del fallo.

La fiscalía solicitó prisión perpetua para Gabriel Stummia, Roxana Michl, Antonio Díaz y Dominga Ruñisky, por los delitos de privación ilegitima de la libertad agravada y aborto no consentido seguido de muerte, en calidad de coautores.

Para el comisario Adolfo Puyol, el fiscal Donato Trotta solicitó 6 años de prisión e inhabilitación por 10 años para ocupar cargos públicos, por encubrimiento agravado por su condición de funcionario, e incumplimiento de sus deberes como tal. En su alegato la querella planteó una disonancia, y pidió perpetua para Puyol, por considerar que no se trata sólo de encubrimiento, “su accionar comienza mucho antes, esta parte considera que estaba actuando mientras Paula estaba viva, por lo tanto ésta participación debe quedar en calidad de partícipe primario”, señalaron.

En el caso de los otros policías imputados, Gabriel Mario Godoy, Jorge Enrique Krenz, Aldo Concepción Gómez, y María José Galtelli, se solicitó, con unidad de criterios entre la fiscalía y la querella encabezada por Adrián Ruiz, 16 años de prisión e inhabilitación para ejercer un cargo público por 10 años por encubrimiento, agravado por su rol de funcionarios públicos, sustracción y destrucción de pruebas, y falsedad ideológica, en calidad de autores.

La teoría del caso que sostienen la fiscalía y la querella

Paula Perassi fue vista por última vez en la noche del domingo 18 de septiembre de 2011 tras recibir un llamado a las 20:46 que motivó la salida de su casa. Quien efectuó el llamado fue Gabriel Strummia, cuyo teléfono está identificado en las cercanías de donde Paula recibió el llamado. La sanlorencina de 34 años cursaba un embarazo de 6 semanas producto de la relación extramatrimonial que mantenía con éste.

Blanquear esa relación extra marital a su esposa- la también imputada Roxana Michl, a quien se le atribuye el dominio funcional de los hechos- tendría muchos costos para su matrimonio, para la fiscalía éste sería el móvil y lo que obligó a ejecutar un plan. “El plan era muy sencillo, sacarla a Paula contra su voluntad, engañada, subirla al auto de Díaz – empleado de Strummia, también imputado- , y llevarla a realizarse el aborto, y así lo hicieron. La llevaron a la casa de la señora Ruñisky- la partera Dominga Ruñisky- que vivía en Timbúes, el tribunal va a tomar cuenta de todas las pruebas que se han reunido en este sentido”, aseveró el fiscal. Al día de hoy, el cuerpo de Paula todavía no fue encontrado.

La necesaria participación policial para encubrir

Para Trotta, todo el plan que terminó con la vida de Paula “debía necesariamente contar con una cobertura, esa cobertura la dio el accionar policial”, Strummia contaba con una llegada al entonces comisario Adolfo Daniel Puyol, con quien mantiene conversaciones el día de la desaparición de Paula, y los días sucesivos. El rol de la policía fue “encubrir, prefabricar datos y pruebas, medidas de distracción en definitiva”, con un objetivo: mantener la impunidad de los principales sospechosos de la desaparición de Paula. Retomando las palabras del Equipo de Antropología Forense, que intervino en la búsqueda, aseveraron que no se puede desaparecer alguien sin rastros si no hubiese un pleno pacto de silencio y encubrimiento de los poderes del Estado.

El alegato fue contundente, los altos jefes policiales son los únicos que contaban con todos los elementos para darle cobertura ilegítima a la situación, y más aún, sembrar todo tipo de prejuicios sobre la figura de Paula Perassi y frenar ordenamientos durante el proceso de instrucción.

Maniobras de la defensa para desacreditar el juicio

Desde un primer momento la defensa de Strummia y Michl apeló a ilustrar al empresario como un simple dueño de una metalúrgica, invocando que eran una familia conformada y que, por tanto, no había móvil para doblegar la voluntad de Paula o para idear un plan sistemático que encubriera su desaparición. Para el abogado Enrique Fernando Sirio, hay “fuertes indicios de una relación” entre Paula y su defendido, pero “sólo se basan en dichos”, dijo el letrado quitándole peso a la prueba, “dicen que tenía una relación diaria con Strummia, pero ¿sabemos con quién salía diariamente?”, agregó oficiando como detractor de Paula, con una clara connotación de género.

Por su parte, la defensa del comisario Adolfo Puyol justificó el vínculo de un “padre sufriente” con Stummia por una relación estrictamente laboral, por tener Puyol una flota de camiones por la que requería los servicios mecánicos de Strummia . Asimismo, intentaron desacreditar la lucha de la familia diciendo que era un caso “instalado” por los medios de comunicación y la familia, “el señor Perassi no tiene justificativo para acusar como lo hace a nuestro defendido”, esbozó con desfachatez el abogado Víctor Corvalán hacia Alberto Perassi, quien hasta el día de hoy se mueve con chaleco antibalas producto de las amenazas y hostigamientos que viene recibiendo desde que comenzó la causa.