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Red Internacional
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OPINIÓN. “Perdón profe, estamos trabajando”

Soy Mariano, un profesor del Valle de Uco, en Mendoza. Por ser considerado personal de riesgo trabajo desde la virtualidad con los alumnos/as. Al conectarme en los horarios convenidos comienzan a enviarme mensajes con su presente. Pero no todos y todas. La realidad no es la misma para todos/as los chicos/as y tampoco en todas las épocas del año. Son muchos y muchas quienes no pueden conectarse por falta de recursos. Pero también son muchos y muchas que deben estar trabajando en la cosecha.

Lunes 8 de marzo de 2021 09:19

La presencialidad para muchos es un privilegio, no de ahora, sino de siglos. De esto no hablan ni funcionarios de educación, ni gobernadores, ni el presidente en sus actos de Vendimia. La disyuntiva entre trabajar o estudiar no ofrece alternativas para muchos y muchas jóvenes, sobre todo en zonas rurales.

“Presente profe, pero no vamos a poder estar conectados porque estamos trabajando”.

Mientras se niegan a invertir “más para educación”, critican los paros (con el único fin de esquivar y desprestigiar los reclamos laborales) diciendo que tenemos de rehenes a los/as estudiantes. A las pésimas condiciones edilicias, los salarios miserables, la falta de nombramientos, de dinero para elementos de limpieza y material de trabajo, se suma una situación social que a muchos y muchas no les permiten estudiar. En Vendimia nuestros jóvenes y muchos niños y niñas: trabajan.

Problemáticas que desde los barrios privados y a través de vidrios polarizados de autos de alta gama, los funcionarios y gobernantes, hacen que no ven. Cuando Thomas dice que las escuelas están al 100% y que están en óptimas condiciones ¿También hace referencia a esto?

Para quienes trabajamos en los CENS de la región, la experiencia nos ha enseñado que muchos y muchas estudiantes comenzarán a asistir al terminar la cosecha. Las dos actividades son incompatibles por horarios.

A la mayoría se le complica poder lograr tener un título secundario, y aspirar, o al menos intentar trabajar en otras cosas, tener “el día de mañana una vida mejor”.
Los desayunos caros de la COVIAR, los planes estratégicos de la vitivinicultura, o hasta la Vendimia virtual borran de un plumazo esta realidad. Los discursos sobre “presencialidad cuidada”, “escolaridad protegida”, “todos en la escuela”, también.
Su cinismo da bronca. Y con esa bronca apostamos a aportar nuestra parte, buscando las maneras, organizándonos, peleando por más derechos, por más para educación y sobre todo, por dar vuelta todo. Para que de una buena vez, el vino sea de quien lo pisa, y no de quien pisa al pisador.