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Red Internacional
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Pilar: voces de mujeres trabajadoras hacia el 8 y 9M

Mujeres del sector industrial, de comercio, docentes y empleadas domésticas expresaron cuál es su realidad cotidiana y cómo las encuentra este Día Internacional de la Mujer.

Viernes 6 de marzo de 2020 17:06

¿Cómo son las condiciones en tu lugar de trabajo?

Mónica, obrera del Parque Industrial de Pilar: ¡Exigente! Con los años, esos ritmos ya van pesando en tu cuerpo. Por tantos despidos desde el año pasado estoy en un puesto pesadísimo que en su momento lo hacía un compañero. Sin ir más lejos, en estos días tuve que hacer una tanda de cables malos y eso me obligó a hacer más fuerza de la que debo. El resultado fue que ayer en casa no podía recuperarme del cansancio y el dolor de cuerpo.

Erica, empleada doméstica: trabajo con conocidos, por lo tanto el trato es relativamente bueno, cosa que a muchas no les pasa. Pero como trabajo en negro, el salario es bajo e irregular ya que no tengo horarios ni días fijos, lo que me lleva a estar constantemente inestable.

Agustina, docente de música: yo trabajo en un jardín, en un contexto complicado. Se ven muchos problemas familiares y todo se refleja en les niñes. Cuenta con comedor y a veces no hay clases pero el comedor abre igual porque es una necesidad para ellos. El jardín por suerte tiene bastante material, gracias a las maestras que como siempre nos encargamos y hacemos malabares.

Con respecto a los sueldos, los docentes dependemos de la suerte básicamente. Mi primer sueldo en la docencia lo cobre después de 5 meses. Así que si tuviera la necesidad de alimentar a una familia, no sé cómo haría. La verdad que al principio es inestable y es difícil acomodarse.

Micaela, trabajadora precarizada: Es muy estresante, la padezco mucho. Trabajo 12 horas diarias [en una empresa de seguridad privada, N. del E.], con turnos rotativos que obvio que no son fijos. Por lo tanto puedo estar un día de mañana y al otro de noche. Francos que nunca se respetan. Estoy mirando constantemente 120 cámaras, sin descanso, sin poder ir al baño y si lo llego a hacer, viene el encargo y empieza con su exigencias, me grita y me habla de forma altanera.

Al salir del trabajo ¿cómo te sentís generalmente para encarar el resto de tu día?

M: trato de descansar un poco porque salgo cansada físicamente. Después intento hacer mis cosas: gimnasio, curso, pintar y las cosas de la casa también. Pero hay días en los que se me complica muchísimo porque no tengo energía para nada. ¡Ni para cocinar!

E: si salgo tarde hago lo mínimo en mi casa, la cena y atiendo a mis hijas, todo a las corridas para dormir temprano. Trato de pasar las tareas pesadas para los días que no trabajo afuera. Es agobiante vivir de trabajos informales, sin vacaciones, aportes, aguinaldo, obra social ni ART y, además, todo el trabajo “invisible” que realizamos en nuestros hogares.

A: después de trabajar tenía que ir a cursar, así que trataba de poner toda la energía. Salía bastante exhausta, muy cansada. Estar con niñes todo el día consume mucha energía pero igual es una profesión muy buena. Que se ve afectada por la poca inversión de lo gobiernos.

M: digamos que después de trabajar doce horas (que se extienden a catorce con el viaje) intento descansar, pero llego a casa y también quiero charlar con mis hijas. Me encantaría tener más tiempo para incluso hacer otras cosas también. Estoy sola con ellas. A veces, aunque parezca loco, quisiera hacer cosas básicas como mirar una peli, salir al cine, ¡tener tiempo!. Ese tiempo que me lo roba el trabajo.

¿Cómo te preparás para la convocatoria del movimiento de mujeres a movilizar este 8 y 9M?

M: nos preparamos con mis niñas. Ese día no tiene que importar ni el cansancio ni nada. Es necesario ir e invitar a las mujeres que conocemos para crear conciencia.

E: ¡Tengo bronca y a la vez muchas ganas de dar vuelta todo! Por eso voy hablando con todas mis amigas y personas para que puedan asistir, porque tenemos que ser miles en las calles y hacer que el movimiento de mujeres crezca. Seguir peleando para que podamos conseguir trabajos dignos. Ya no podemos vivir con esta situación que cada día empeora para nosotras y nuestras familias.

A: Con mucha bronca y angustia. Con ganas de romper todo y de cambiar esta realidad que estamos viviendo. Es una pesadilla de la que, de una vez por todas, tenemos que despertar. Porque lejos de confiar en las burocracias como la del gremio docente, que naturaliza que deberíamos trabajar tres turnos para llegar a la canasta básica, ¡confío en nuestras propias fuerzas!

M: esta fecha me encuentra preparada. Va a ser el primer año que movilizo por nosotras las mujeres. Y voy con ellas, con mis hijas que juntas aprendimos muchísimo. Aprendimos que nadie nos regaló nada, y que gobierno tras gobierno nos quieren condenar a no tener futuro. Mis hijas son jóvenes. No quiero que se resignen porque aprendí que tenemos otra opción y la vamos a conquistar en las calles.

Organizarnos para tirar abajo el capitalismo patriarcal

Las mujeres de la clase obrera somos las que más sufrimos en carne propia los golpes económicos, físicos y emocionales por las condiciones de explotación y opresión que vivimos. El informe "Empleo y trabajo no remunerado", elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA, mostró que la brecha en la distribución del trabajo no remunerado es la más amplia: 86,3% para las mujeres y 41% para los varones.

Esta realidad nos lleva a pensar, repensar y cuestionarnos muchas cosas. Las mujeres obreras podemos hacer mucho más que resignarnos a pagar las crisis que generan las grandes empresas. Podemos hacernos cargo de nuestro futuro. Somos parte de esa clase que mueve el mundo y que mueve las máquinas que producen a diario. Ésas que hoy son el sustento de nuestras familias.

Como mujeres debemos estar totalmente seguras de que para nosotras nada es imposible. Así como nos ponemos al frente de nuestras casas, lo hacemos en los lugares de trabajo y estudio, demostrándole a este sistema que nos explota, que nos niega derechos, que tenemos claro que nuestros derechos los vamos a ganar con lucha y organización.

Este 8 y 9M, junto con Pan y Rosas, ¡¡hagamos que la tierra tiemble!!. Contra la violencia de género y los femicidios, por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, por la aprobación del proyecto de la Campaña, por #NiUnaMenosSinTrabajo. Porque la deuda es con nosotras, las trabajadoras y no con el FMI ni con los grandes especuladores, a quienes el gobierno del Frente de Todos les quiere pagar la deuda descargando el ajuste sobre nuestras espaldas. Juntas debemos pelear por la inmediata separación de la Iglesia del Estado, que militan fuerte en contra de nuestros derechos.