Las convocatorias a marchar este lunes por parte del chavismo y de la oposición no contaron con la afluencia esperada, cuando se celebra el 59 aniversario del fin de la dictadura de Pérez Jiménez.
La Izquierda Diario Venezuela @LaIzqDiario_VE
Martes 24 de enero de 2017
La oposición aglutinada en la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) hizo la invitación a retomar la ruta de acciones de calle contra el gobierno de Maduro cuando se celebra el 59 aniversario del fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Lo mismo hizo el gobierno convocando también en función del mismo aniversario, aunque aprovechando la fecha para realizar un homenaje al periodista y guerrillero Fabricio Ojeda que murió encarcelado en 1966 en un cuestionado "suicidio", aunque ya es claro que fue asesinado. El 23 de enero de 1958, una rebelión civil y militar acabó con la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, quien huyó ese día de Venezuela en un avión rumbo a la República Dominicana.
La MUD salió a marchar desde el este de Caracas con la idea de llegar a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en el centro de la capital para exigir que se anuncie un cronograma de comicios para gobernadores y alcaldes, aunque, como ya se sabía, no pudo llegar a su destino pues también el chavismo se movilizó desde el oeste de la ciudad hasta el Panteón Nacional, que además de la fecha del 59 aniversario de la caída de Pérez Jiménez, lo hacía para trasladar sus restos de Fabricio Ojeda hasta el Panteón Nacional, donde reposan el cuerpos del Libertador Simón Bolívar y otros héroes de la independencia del país.
Aunque los discursos altisonantes de dejaron de pronunciarse. Henrique Capriles declaraba que "Que este 23 de enero del año 2017 sea el punto de inicio a que los venezolanos rescatemos nuestra democracia, yo sé que la gente está desanimada, yo lo sé, la gente sobrevive, el venezolano todos los días sale a sobrevivir". Sosteniendo también que los dirigentes opositores tienen el deber de "rescatar el ánimo" de la gente, y que las próximas movilizaciones en contra del Gobierno de Maduro no serán anunciadas pues serán "sorpresa".
El acto central del gobierno fue desde el Panteón Nacional. Maduro concentró su discurso alrededor de la vida de Fabricio Ojeda, y los acontecimientos de la época, haciendo alusión a que el espíritu de los acontecimientos que llevaron a la caída de Pérez Jiménez fue traicionado por los hacedores del Pacto de Fijo, centrando sus críticas en Rómulo Bentacourt y demás firmantes de lo que fue conocida como la “democracia puntofijista”.
Señalando además que, según registros, fueron asesinados 3 mil luchadores como parte de la generación que peleó durante la década de los años 60 y 70. Aunque toda su alusión, de manera indirecta, era en referencia a los actuales partidos de la oposición que en su mayoría provienen de los partidos dominantes de la IV República, aunque Acción Democrática fundado por Betancourt se encuentra activo y entre los principales de la derecha.
En medio de estas movilizaciones se pudieron conocer las propuestas que hicieron los representantes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y del Vaticano que median para reactivar públicamente las conversaciones entre el Gobierno y la MUD. Los “acompañantes” llamaron al Gobierno y a la oposición a sugerir fechas para la realización este año de las elecciones de gobernadores y alcaldes, como una de las propuestas para reactivar las conversaciones públicas.
Destaca la propuesta la creación de un mecanismo de verificación de los acuerdos a los que se lleguen en el marco de la “mesa de diálogo”. Además, se llama a reconocer que tanto el poder Ejecutivo como el Legislativo fueron electos de forma constitucional, democrática y legítima para cumplir con los mandatos y períodos determinados por Ley" y se contempla un plan para “terminar con el estatus de desacato” que el Tribunal Supremo determinó sobre la Asamblea Nacional.
Aunque las marchas de hoy, tanto de la oposición como la del chavismo, se caracterizaron por escuálidas, poca nutridas, lo que es entendido como una muestra de desánimo alimentado por la severa crisis económica signada por la galopante inflación, la escasez de alimentos y medicamentos, y una severa carestía de vida que golpea centralmente al pueblo trabajador y popular.