Muchas voces han acusado a esta formación de haberse alineado con el comunismo. Dicho así, alguien podría pensar que Podemos abandonó el reformismo, pero la realidad es bien distinta. Ahora, ¿Qué es el comunismo?
Martes 31 de mayo de 2016
Desde que la formación morada cerró un acuerdo con Izquierda Unida para presentar una candidatura conjunta de cara a las próximas elecciones generales del 26J, la derecha grazna contra Podemos. Estas “acusaciones”, además de venir de Cs, el PP y sus tertulianos, son lanzadas por el PSOE y otros tertulianos "progresistas" que "opinan" que el comunismo —o lo que ellos entienden por comunismo— es un sistema que demostró ser inviable.
Una cuestión resalta a primera vista. A los políticos del régimen les asusta el comunismo.
“Y por fin se juntaron PODEMOS + IU. Populistas + Comunistas. "Ni derechas ni izquierdas" decía Iglesias. ¿Dónde está el partido transversal que nos vendían? Dijimos que Podemos era IU 2.0 y decían que era mentira. Y ahora se junta la flor y nata de la extrema izquierda.” Reza en un post la “comunidad anti-Podemos” en Facebook
Pero para hacer honor a la verdad, la formación de Pablo Iglesias ha hecho todas las concesiones posibles para poder cerrar un pacto de gobierno con el PSOE. Entregando de esta manera demandas como el salario mínimo, la reforma de la ley electoral, la derogación de la reforma laboral de Zapatero o la realización del referéndum en Catalunya.
Por otro lado, Garzón, quien se declara comunista, aclara que la coalición que lidera con Podemos, “Unidos Podemos”, no se reclama de esta ideología y tradición. De hecho ésta coalición abandona aspectos que han sido el “salto y seña” de IU, como la república, la exigencia de nacionalizaciones y la negativa a ser parte de la OTAN. Sobre estas cuestiones, Unidos Podemos no dice ni una palabra.
Pero cuidado que las etiquetas pueden engañar. Bajo la de “demócratas de centro derecha”, se esconden franquistas reciclados. Bajo la de “socialistas” se ha administrado el capitalismo en el Estado español, así como en otros muchos de Europa. Mientras que bajo la de “comunistas” se esconden socialdemócratas y reformistas de todo tipo. Izquierda unida es un buen ejemplo de esto último.
¿Qué es el comunismo?
Muchos jóvenes que comienzan a nacer a la vida política asocian a IU u otras formaciones que se dicen de izquierda con las ideas del “comunismo”. Y en las escuelas e institutos explican de manera mecánica y superficial la experiencia de la “URSS” como la del “fracaso del comunismo”, como un sistema inviable.
Nace una nueva juventud que reconoce que el capitalismo es un sistema contra el que hay que luchar, a la vez que rechaza el “comunismo” bajo las premisas de la enseñanza escolar que reproduce las ideas hegemónicas de la burguesía sobre qué es el comunismo. Pero otro sector las rechaza al identificarlo, en el Estado español, con corrientes reformistas como IU.
Para una primera aproximación, por qué no recurrir a quienes sentaron sus bases. Para Marx se trata de “una asociación de hombres libres que trabajen con medios de producción colectivos y empleen, conscientemente, sus muchas fuerzas de trabajo individuales como una fuerza de trabajo social”. El comunismo es la conquista de una sociedad sin Estado y sin clases sociales, libre de toda explotación y opresión.
“Llamamos comunismo –decían- al movimiento real que anula y supera el estado de cosas existente”. Es decir que para los fundadores del marxismo, la perspectiva del comunismo estaba indisolublemente ligada a que la clase obrera tomase el poder y expropiando a la burguesía, socializase los medios de producción. El único medio para lograr esto es desarrollar la lucha de clases y hacer la revolución.
¿Ser comunista hoy?
El siglo XX dio experiencias revolucionarias que los fundadores del comunismo no llegaron a conocer. La victoria de la Revolución Rusa, su resistencia frente a la reacción, la labor de sus primeros años y su posterior degeneración burocrática, dejo enormes lecciones así como nuevos problemas, que Lenin hasta poco antes de su muerte y León Trotsky abordaron.
Y ninguna de estas impugnó la irreconciliable lucha de clases y la revolución de los trabajadores como método, la organización de un partido revolucionario como herramienta y menos aún el comunismo como objetivo.
Si Marx y Engels en el manifiesto comunista se proponen “que los comunistas expongan a la faz del mundo entero, sus conceptos, sus fines y sus tendencias” hoy se trata de recuperar el comunismo de la pretensión de identificarlo con dictaduras burocráticas como la del estalinismo y reestablecer la relación inescindible entre libertad y el avance hacia el comunismo.
Así también como rescatarlo de sus interpretaciones socialdemocratizantes frente a estas experiencias, vertiente de la cual es originaria Izquierda Unida, quienes se proponen la utopía reaccionaria de “transformar gradualmente el sistema capitalista en un sistema socialista democrático” como si fuera posible “democratizar” la economía capitalista.
IU y Podemos, así como las experiencias de los “ayuntamientos del cambio” han mostrado una enorme capacidad para liquidar en la práctica, sin sonrojarse, cualquier promesa electoral.
El historial de IU y sus cogobiernos con el PSOE en Andalucía y otras comunidades son parte de esta práctica. En última instancia, el problema de estas formaciones es su negativa a levantar un programa de ruptura con el Régimen para imponer mediante la movilización un verdadero proceso constituyente que no esté encorsetado en la legalidad postfranquista del ‘78. En el cual pueda discutirse todo. Desde un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, y que a su vez permita acabar con el paro, la precariedad y la miseria a la que tienen sometidas a las clases trabajadoras y populares, así como cuál será la relación política entre los distintos pueblos que hoy conforman el Estado.
Solo un gobierno de los trabajadores podrá llevar adelante tal programa, imprescindible para dar inicio a un proceso de transformación social que se proponga acabar con la sociedad de clases.