El despliegue policial ordenado por Claudia Sheimbaum en la Ciudad de México contra las manifestantes por la despenalización del aborto a nivel nacional, ha causado indignación y repudio, violatorio de derechos humanos. Hoy se denuncia por activistas violencia sexual de la policía.
Viernes 2 de octubre de 2020
Las mujeres, en México y en el mundo, no han dejado de movilizarse en la pandemia exigiendo sus derechos, que por años les han sido negados por el régimen y los gobiernos. En la movilización internacional por el derecho a decidir, el pasado 28 de septiembre, un despliegue policial de 3 mil ganadero reprimió la protesta en la ciudad de México.
Encapsulamiento por más de 4 horas, uso de gas lacrimógeno, extintores, petardos, amedrentamiento y golpes, fue la actuación de la policía, en la que activistas también denuncian violencia sexual contra las manifestantes.
En redes sociales se han difundido imágenes que comprueban la violencia sexual ejercida por una mujer policía contra una manifestante.
Erika Martínez, exige justicia para su hija QUIEN sufrió una violación sexual, denunció la violencia sexual de la policía. Y ante la situación de violencia que viven las mujeres en el país le dice a AMLO: “quiero decirle a ese presidente que cómo se indigna por este cuadro, ¿por qué no se indigna cuando abusaron de mi hija?”.
“No es represión, es abuso” es la denuncia que repudia la violencia sexual de los cuerpos policiales contra las manifestantes.
El acoso, abuso y la violencia sexual ha sido implementado por el gobierno mexicano en otros sexenios contra las mujeres que se organizan y exigen sus derechos, cuyo caso más conocido por su brutalidad, fueron las mujeres de Atenco, víctimas de tortura sexual.
Estos métodos de violencia sexual del estado, ejecutadas por el cuerpo represivo-policial, son métodos aleccionadores para las que deciden romper las condiciones impuestas por una cultura patriarcal y capitalista, donde las mujeres históricamente han sido subordinadas al ámbito privado, doméstico.
Esto se da en el marco del nuevo protocolo de actuación de los cuerpos policiales, emitido por Sheimbaum en agosto y dirigido por Omar García Harfuch Secretario de Seguridad Ciudadana.
Organizaciones como Amnistía Internacional México, han señalado que se violentaron los derechos humanos de las manifestantes y que el protocolo de Claudia Sheimbaum no sigue los estándares internacionales; “se convirtió en una detención arbitraria y violatoria de los derechos humanos ya que no existía una orden de aprehensión en contra de las activistas”, señaló Edith Olivares Ferreto, jefa de la unidad de Derechos Humanos en Amnistía Internacional México y, añadió, “nos percatamos de prácticas de abuso sexual en otros Estados de la República”.
Pese a las declaraciones de Sheimbaum de que el operativo fue “preventivo y no hubo represión” la realidad es otra. Los cientos de policías iban armados, llevaban gas lacrimógeno rosa y morado, para reprimir la manifestación y criminalizar la protesta social en contra de las legitimas demandas del movimiento de mujeres.
Sus declaraciones más bien afirman que no sólo no es partidaria del feminismo sino que usara al brazo armado del estado contra las mujeres que cuestionan el orden establecido; y ese es el peligro que temen, la firme convicción de mujeres de organizarse y luchar por sus derechos.
Las mujeres policías son parte de este brazo armado del estado, que actuará en contra de cualquier que cuestione el orden establecido -patriarcal y capitalista, origen y causa de la opresión y explotación de las mujeres-, y su función es reprimir y salvaguardar los intereses de quien gobierna y de los grandes empresarios. Son parte de la burguesía y no representa nuestros intereses, por lo que tampoco pueden ser nuestros verdugos quienes nos protejan.
¿Qué momento esta viviendo el movimiento de mujeres y el feminismo en el país?
Con el aumento de la precarización laboral en la crisis, la violencia de género y feminicida que le arrebata la vida a 11 mujeres al día, el fortalecimiento del movimiento de mujeres es clave para enfrentar la política represiva del gobierno y avanzar en la conquista de nuestros derechos. Nuestras aliadas son nuestra clase: trabajadoras, estudiantes, amas de casa, maestras, jóvenes, comunidad sexodiversa y con nuestros compañeros de clase, con quienes juntas, avanzamos por el derecho al aborto, libre, seguro y legal, por nuestros derechos laborales y humanos y contra la violencia patriarcal.

Mariana Morales
Socióloga UNAM - Profesora la Facultad de Economía UNAM