Somos trabajadoras y apoderas de Fundación Integra parte de la agrupación de mujeres Pan y Rosas. Estamos viviendo momentos difíciles en hogares y jardines. La inflación y los bajos sueldos se hacen sentir, el financiamiento para los jardines y salas cunas 2022 ya se acabó en Integra y quienes más lo resienten son los niños y niñas hijos de la clase trabajadora.
Viernes 23 de septiembre de 2022
Desde inicio de año educadoras y técnicas de Peñalolén, Antofagasta y Valparaíso nos reunimos para buscar mantener nuestra organización en pie y pelear por un sistema público nacional y unificado de educación inicial. Elaboramos una propuesta popular de norma a la convención que presentamos sin embargo no tuvo cabida, es que la única forma de conquistar nuestras demandas es la organización y la unidad de las y los trabajadores con independencia al gobierno de turno.
Nos organizamos en la Asamblea Permanente por un sistema público unificado de educación inicial con trabajadoras de la JUNJI, nos movilizamos junto a apoderados en la última negociación y durante el año 2021 peleamos (y ganamos) un bono de acceso difícil en la sala cuna Los Avellanos.
Pero nuestros esfuerzos parecen ser insuficientes, las reformas que se han implementado por parte de los gobiernos de la Ex Concertación y la derecha dejan intacto un sistema compartimentado, que genera enormes brechas salariales en desmedro de las trabajadoras de Integra y VTF y debilita de conjunto la educación pública.
Trabajadoras reclaman la necesidad de rebajar la jornada laboral sin disminución del sueldo y con más contrataciones para que educadoras y técnicas de extensión horaria puedan seguir teniendo el espacio necesario de horas no lectivas de planificación y preparación de actividades.
Se reclama el alza salarial, bonos de incentivo, una alimentación digna que responda a nuestros requerimientos nutricionales, es inhumano que nuestra alimentación sea la misma proporción que la de un bebé. El problema que enfrentamos es un problema estructural que de no resolverse seguiremos viviendo como trabajadoras en la precariedad y, no pudiendo atender nuestras propias necesidades, con agobio laboral, todo el sistema educativo tambalea pues somos nosotras las que lo echamos andar y es la educación inicial la base en la formación del ser humano.
Es por eso que creemos que nuestra lucha tiene que ser este año en contra de la carestía de la vida, lo que implica pelear por una serie de demandas que atiendan los diferentes aspectos que venimos peleando hace años y que se concentran en la pelea por un nuevo sistema público unificado de educación inicial.
Proponemos:
- Sistema Público de Educación Inicial financiado integralmente por el Estado, administrado por profesionales, trabajadoras de la educación, familias, cuidadores y comunidades.
- Tarifado nacional por oficio (igualdad salarial por el mismo trabajo) y la unificación del sistema que hoy se encuentra compartimentado en VTF, JUNJI, e Integra, exigiendo financiamiento integral para la implementación de didácticas educativas teledirigidas lo que requiere infraestructura y coeficiente técnico capacitado y suficiente para cubrir las necesidades educativas oportunamente.
- Financiamiento en base a aportes basales directos en base a la renacionalización del cobre y el impuesto a las grandes fortunas.
- Respeto a la autonomía en el manejo financiero y a la libertad curricular.
Hoy todos los y las trabajadoras estamos viviendo los costos de una crisis económica que no generamos, y de la cual los empresarios quieren salir sin ningún rasguño y sus riquezas intactas. Por eso que nos tenemos que hacer parte de la pelea nacional por:
- El congelamiento de los precios de los combustibles, servicios básicos, alimentos y los arriendos, así como los créditos hipotecarios.
- Reajuste de salarios y pensiones inmediato acorde a la inflación. No podemos volver a aceptar el miserable reajuste que recibimos el 2021.
- Salario y pensión mínima de 650 mil pesos.
- Reducción de las horas de trabajo para que puedan trabajar más personas. Esto es, respetando las horas necesarias de planificación.
La única forma de que la crisis no la paguemos nosotras es poniendo a disposición toda la fuerza de los sindicatos de la Fundación Integra, desde la base y en unidad. Que impulsemos asambleas de base en todos los jardines y salas cunas a nivel nacional para discutir impulsar, además de la pelea por un reajuste salarial acorde a la inflación, una campaña por un sistema público unificado de educación inicial.
No podemos depositar confianza alguna en que en las alturas los nuevos pactos en el congreso nos vayan a beneficiar, será nuestra propia fuerza organizada, por eso propongo que se discuta y vote la realización de una consulta para la realización de un congreso de unificación de todos los sindicatos de Integra.
Nosotras podemos ser un actor nacional y reavivar la esperanza en que otro sistema educativo y otra sociedad es posible, donde, reconociéndonos en nuestra diferencia, podamos ser tratadas socialmente como iguales.