Según la resolución en la que se establece el ascenso extraordinario, la oficial se destacó "en el cumplimiento de su deber". ¿Habrá sido la que más gaseó y golpeó?
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Miércoles 26 de julio de 2017
El ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, decidió premiar con un ascenso a la agente policial que resultó herida tras el brutal desalojo de los trabajadores de PepsiCo, el 13 de julio. Tal como se dispuso en una resolución interna, la sargento Natalia Soledad Tapia Almeyda, quien sufrió la fractura de una pierna ese día, fue ascendida de forma extraordinaria "al grado inmediato superior".
La resolución detalla que "la Superintendencia General de Policía realizó un pormenorizado análisis del desempeño profesional de la Sargento Tapia Almeyda, quien se ha destacado en el cumplimiento de su deber". El "honorable deber" que le valió el ascenso a la oficial herida, consistió ni más ni menos, que en apalear a trabajadores y trabajadoras que peleaban por el pan para sus familias. ¿En qué se basará la Superintendencia para determinar el carácter destacado de su accionar? ¿Habrá sido una de las policías que más se ensañó con quienes se manifestaban contra el cierre y los despidos fraudulentos? ¿Habrá sido una de las que más gaseó y apaleó gente ese día?
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Con este gesto, Cambiemos no hace más que reafirmar la voluntad gubernamental de profundizar su política represiva. Con esta provocación además, intenta legitimar el accionar brutal y desmedido de la Policía Bonaerense y de la Gendarmería Nacional.
El repudio a la represión en PepsiCo se hizo sentir en el barrio que rodea la fábrica. Los vecinos de la zona salieron con cacerolas a la puerta de las casas a manifestar su apoyo a los obreros y a las obreras en lucha. Comerciantes de los alrededores asistieron a manifestantes heridos que escapaban de los palos y los gases de las fuerzas represivas. No hay "ascenso" ni "reconocimiento" que pueda tapar la bestialidad con la que las fuerzas represivas atacaron a los manifestantes y a los trabajadores despedidos. No hay premio que pueda volver atrás el repudio y la bronca generalizada que generó el desalojo a los obreros y obreras de PepsiCo.
"En el marco del cumplimiento de la medida judicial que dispuso el desalojo de la planta perteneciente a la firma Pepsico S.R.L., la Sargento Tapia Almeyda, resultó lesionada al repeler la agresión de los usurpadores ante la negativa de retirarse del predio", dice la resolución firmada por Ritondo. Vale recordar, que la orden judicial que la oficial de la Bonaerense cumplimentaba, se trató de una medida ilegal con un pretexto absurdo, en pos de desplazar a los trabajadores en lucha, para dar vía libre a la empresa en su accionar completamente fraudulento e ilegal. Por tal "honorables" fines, Ritondo definió premiar a Tapia Almeyda.
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Tanto desde el Gobierno nacional, como del provincial a cargo de María Eugenia Vidal, nadie se preocupó por los manifestantes ni trabajadores heridos. De hecho, se pudo ver con claridad en las cámaras de televisión que cubrían los hechos, cómo el camión celular que trasladaba a los detenidos, se retiraba del lugar mientras abogados, personalidades políticas y periodistas solicitaban a los gritos que asistieran a un hombre que se había desmayado adentro.
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La política del Gobierno es clara: para los trabajadores y las trabajadoras que enfrentan el ajuste, se plantan contra una patronal que actúa en la ilegalidad y luchan por el pan para sus familias, la respuesta del Estado es palos y criminalización. El premio a la policía herida, no es más que una burda provocación.