El presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA) Bernardo Larraín Matte, estuvo en distintos medios durante la jornada de ayer, exponiendo la posición de la gran burguesía respecto al proceso constituyente.
Martes 27 de octubre de 2020
El presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA) Bernardo Larraín Matte, estuvo en distintos medios durante la jornada de ayer, exponiendo la posición de la gran burguesía respecto al proceso constituyente, de salir a defenderse pero siendo ofensivos políticamente. Buscarán tener convencionales propios, defender su poder de veto de un tercio si, sin duda, pero lo que más buscarán acorazar es la propiedad privada, es decir su capital, su fuente de riqueza o como a ellos les gusta decir “el derecho a la propiedad” derecho al cual, como decía Marx en el Manifiesto Comunista, solo tiene acceso el 1% que priva del derecho a propiedad al restante 99%.
Sin duda este escenario político del país no es el que la gran burguesía deseaba, ni en las pesadillas de los Piñera o los Larraín Matte imaginaban una rebelión popular que pusiera en jaque su modelo de acumulación y depredación, sin embargo, inteligentemente estos personajes buscan subirse al carro de “la fiesta de la democracia” como muchos analistas del gobierno y “oposición” llamaron a la peor derrota electoral de los neoliberales de derecha y “centro izquierda”. Se suben festejando la participación y reconociendo la necesidad de cambios cosméticos, ya que sin duda no quieren por ningún motivo que se vea amenazada la estructura económica del país.
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Y no es solo eso, además el presidente de la burguesía industrial, llamó al sector a hacer autocríticas y "asumir un compromiso con lo público" y a jugársela “por sentar las bases del proyecto país de los próximos 30 años". Como podemos ver esa es la orientación que guiará los pasos de los y las capitalistas, cuando ellos hablan de “reformar lo malo” y “mantener lo bueno” de la constitución del 80 se refieren justamente a lo que a ellos les benefició en estas décadas, un modelo económico basado en la superexplotación de la mano de obra y del medio ambiente en pos de su beneficio como élite empresarial y política, es decir, todo lo que salimos a impugnar durante la revuelta, eso justamente es lo que buscaran hacer permanecer.
Y si algo de bueno tiene eso, es que en este proceso podremos ver muy claramente quien está al lado de quien, y así los falsos amigos del pueblo como la vieja Concertación y la ex Nueva Mayoría al no poder llevarle la contraria al gran capital por los lazos que han venido tejiendo todos estos años, y el Frente amplio que ya ha demostrado que no los enfrentaran, quedarán expuestos tal como son ante los ojos del pueblo, un farsantes e hipócritas vende humo.
¿Incertidumbre o terror al fantasma de la rebelión?
En muchos medios se habla de la alta incertidumbre que despierta en el empresariado este proceso constituyente convulsionado, el cual a pesar de desviar el camino de la huelga general abierto el 12 de noviembre, no fue capaz de derrotar la rebelión. Pero no es solo el proceso constituyente, que por lo demás lo tienen resguardado bajo 4 o 5 llaves, sino que les preocupa que se pueda reactivar un nuevo ciclo de lucha de clases, lo cual para nada en este marco está descartado.
Para Larraín Matte algunas cosas que podrían ayudar a dormir tranquilo al gran capital tienen que ver justamente con evitar un nuevo “estallido”, y para eso es clave según el dirigente gremial, plantear la siguiente interrogante: “¿los actores políticos van a amplificar las expectativas de lo que se puede esperar de una constitución o van a asumir una actitud más responsable de decir que la constitución no es la solución mágica a todos los problemas de Chile?”. Larraín además plantea que “esas señales de contener expectativas, de anticipar acuerdos, de resolver las reglas del juego con las cuales va a funcionar la convención, serían muy positivos para contener la incertidumbre”.
Justamente en ese control de expectativas en el pueblo por un lado y de reducción de la incertidumbre empresarial por otro, se juega mucho para la burguesía, ya que la gente a pesar de las trampas que el proceso tiene, guarda muchas esperanzas en generar cambios radicales tanto sociales, económicos y políticos, pero ¿qué sucederá cuando esas expectativas choquen con los límites del régimen y con las trabas de la convención constitucional?, sin duda, el presidente de los industriales prefiere ni imaginarlo.